28. Desde tu primera caricia

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"I'll never betray your trust

I'll never betray your faith

I'll never forsake your heart

I'll never forget your face"

Anathema.

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Llevaba sentado en el comedor de la mansión más de media hora, mirando al vacío, sin haber dado una probada del plato que yacía sobre la mesa, ya completamente frío. Sus manos, que reposaban encima, se encontraban crispadas a pesar de lo inexpresivo de su rostro, dando una imagen completamente perturbadora y amenazante.

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Estaba viva.

Por Salazar que estaba viva y coleando.

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Podía verla a través de los ojos de esa señora de tez oscura, tan claro como si estuviese observando una fotografía. Hermione Granger había sobrevivido al derrumbe, lo que implicaba que Malfoy también, que ambos habían escapado juntos y que los muy cobardes se estaban escondiendo bajo sus narices, disfrazados bajo la poción multijugos. Y eso lo sacaba de sus casillas, ya que en la última semana se había convertido gratuitamente en un verdadero infieri, lamentando la muerte de una zorra traicionera que no se merecía sus pensamientos.

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Ni uno solo.

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Cerró los puños hasta dejar sus nudillos blancos y golpeó la madera, llamando la atención del resto de los comensales, que guardaron un momento de silencio antes de volver a sus respectivas cenas. Y es que Theodore Nott no podía creerlo. A pesar de todos sus esfuerzos, había perdido la batalla, pero estaba seguro que ganaría la guerra. No dejaría que ese par de idiotas se burlaran de él. Ellos se enterarían. ¡Oh si!, ellos sufrirían lo mismo que sufrió él, o peor. Peor sonaba mejor. Mucho mejor.

Mientras él repasaba las mil formas en que podría ocuparse de esa pareja, a lo lejos una joven de cabellos negros como la noche y tomados en una apretada coleta, lo observaba detenidamente, tratando de descifrar qué escondía. Pansy Parkinson jamás bajaba la guardia cuando se trataba de Nott, pero tenía sentimientos encontrados por aquél mortífago que conocía desde la infancia. Melancolía por aquellos años donde los tres jugaban a las escondidas en el patio trasero de Malfoy Manor, y terror por el hombre en que se había convertido.

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Pero también se sentía culpable...

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Luego de que Voldemort se enterara de la deserción de Draco, y qué fue lo que se llevó en el camino, la serpiente puso un grito en el cielo al saber que tuvo bajo su poder a la sangre sucia mas impura de todas y que a él no le hubiesen notificado sobre el asunto. Fue una verdadera suerte que no asesinara a Theodore ahí mismo frente a todos, ya que no tardó en descubrir que era él quien había retenido tan magnifico botín. Simplemente, el Señor Oscuro se dedicó a torturarlo a punta de cruciatus por dos días, sin darle agua ni comida, y violó su mente exigiendo cada uno de sus recuerdos, los cuales finalizaban con la muerte de Draco Malfoy y Hermione Granger, aplastados bajo una montaña de rocas.

Todo esto se filtraba con facilidad para el resto ya que los desleznables de Chaos y Chronos festinaban con el asunto, mientras sus compañeros mortifagos apostaban botellas de whisky para ver cuánto resistiría antes de morir bajo la varita del que no debe ser nombrado. Pero no, Theodore Nott no murió y había vuelto más oscuro y temible que nunca. Solo hablaba para repartir maldiciones imperdonables y lo escuchaban murmurar solo a menudo, completamente enloquecido.

El Diario de una MáscaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora