© photographer; jjk [book #2]

veintidós

Por tercera vez en la noche, MinAh despertó llorando. Tallé mis ojos y me levanté para ir a tratar de calmarla. 

Hace una semana nos habían dado de alta y tal como lo habíamos hablado, en cuanto salimos del hospital nos mudamos temporalmente a casa de JungKook. Era grande, lo admito, pero era extraño que alguien como JungKook tuviera una casa tan grande y limpia, ¿En que momento había conseguido tanto dinero para vivir en una casa como esta? Estaba fascinada por la distribución, en el patio había algunas flores plantadas y un árbol de sombra del lado izquierdo, apenas lo vi no pude evitar imaginar a MinAh corriendo en el gran patio. JungKook y yo apenas habíamos intercambiado algunas palabras en el tiempo que llevaba viviendo con él, y era lo mejor.

Lo que menos necesito en estos momentos es volver a quererle. Mis pesadillas habían cesado y todo gracias a MinAh, ya que apenas si podía dormir una hora y media en toda la noche. SeokJin dijo que vendría cada miércoles a ayudarme con la pequeña, mientras que ChanYeol y BaekHyun vendrían los sábados. TaeHyung no debía venir ahora, pues estaría cuidando de su esposa de ahora en adelante, mi pequeño hermano también había formado su familia finalmente. 

Cuando logré que MinAh volviera a dormir, bajé a la cocina por algo para beber, aunque no esperaba ver a JungKook sentado con una taza de té entre sus manos. Ignoré por completo su presencia y me serví algo de agua para luego volver a mi habitación. O al menos ese era mi plan.

— ¿MinAh está dormida? 

— Acabo de dormirle. —respondí mientras salía de la cocina y subía los escalones con cuidado.

— ¿Puedo verla? —preguntó bastante inseguro desde su lugar.

— ¿Por qué preguntas algo así? No te prohibí estar a su lado en ningún momento —me limité a decir y continué con mi camino, pero ahora JungKook venía detrás mío y parecía emocionado. En cuanto llegamos a la habitación, lo detuve—. No debes hacer ruido, me ha costado hacerla dormir y ten cuidado por donde caminas, aún tengo cajas de la mudanza por la habitación. 

La cuna de MinAh estaba a lado de mi cama, digo, no pensaba dejarla en alguna otra habitación sola, al menos no ahora. JungKook con mucho cuidado se acercó a verla dormir, aunque no pude ver su expresión gracias a la poca iluminación que había sabía que sus ojos brillarían al distinguirla en medio de la oscuridad, prendí una pequeña lámpara que estaba a lado de la cama y pude percibir una pequeña sonrisa de su parte.

— Se ve tan linda durmiendo. —sonreí y asentí.

Me senté en mi cama mientras los observaba detenidamente, aunque segundos después el llanto de MinAh hizo eco por la habitación, esta vez fue JungKook quién se encargó de arrullarla. Tomó con cuidado a MinAh y la abrazó, la meció de un lado a otro y comenzó a cantar. Ella se mantuvo en silencio mientras continuaba siendo arrullada por su papá. No tardó mucho para dormirle de nuevo, suspiré y sonreí.

— Has tardado menos que yo. 

— Podrías cantarle.

—sonreí y negué— ¿Parece que se cantar? Olvídalo —bostece.

— ¿Te parece si me quedo a dormir contigo? Por si MinAh llega a despertarse, así yo me encargo de ella y tu sigues durmiendo.

— ¿Qué me asegura que no intentarás sobre pasarte conmigo?

— Si intento algo, me sacas a patadas si quieres. —suspiré agotada y solo asentí. Me recosté y cubrí mi cuerpo con la sábana, segundos después sentí que JungKook se recostaba frente a mi. Mantuve mis ojos cerrados, y me dormí. 

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Me desperté asustada, y revisé a mi alrededor. JungKook seguía durmiendo —con apenas su boxer— y MinAh estaba despierta, pero estaba tan entretenida jugando con su pequeña cobija que incluso me dio algo de miedo. Me senté en la orilla de la cama y traté de arreglar un poco mi cabello, MinAh me vio y sonrió. Revisé la hora y me preocupe cuando vi que ya eran las diez de la mañana, MinAh debe estar hambrienta. Cuando al fin estaba en mis cinco sentidos, la tomé en mis brazos y le di de comer, aunque era incómodo alimentarla frente a JungKook. Cuando MinAh volvió a dormirse, la recosté en su cuna de nuevo y moví bruscamente a JungKook.

— Casi es medio día, levántate. 

El gruñó y solo movió su cabeza, suspiré. Retiré la sábana de su cuerpo y gruñó de nuevo.

— Iré a darme una ducha, si MinAh se despierta encárgate de ella. —ordené mientras palmeaba su brazo y me metía al baño. Me di una ducha rápida, sequé mi cabello y salí de el baño, JungKook observaba el suelo como si su vida dependiera de ello. 

— Buenos días. —canturreo mientras frotaba sus ojos con la palma de sus manos.

— Ponte algo de ropa —dije divertida, el bufó. Pude ver su brazo completamente lleno de tatuajes ahora, ¿En qué momento los había hecho? ¿De verdad estaba trabajando con todos esos garabatos en el brazo? Creí que Seúl era tan reservada como Tokyo—. Iré a preparar el desayuno, mientras ve a ducharte y tiende la cama. 

Tomé a MinAh entre mis brazos y bajé con con ella a la primera planta. Puse a MinAh en la carriola que había comprado varios días antes y la dejé relativamente cerca de la cocina, me dispuse a hacer el desayuno en silencio. Había sido incómodo el haber despertado con JungKook a lado mío semi desnudo, ni siquiera había tratado de tocarme o molestarme, lo que realmente me pareció extraño. 

Terminé de preparar el desayuno y justo en ese momento JungKook llegó con una pequeña toalla sobre su cabello mojado, sonrió al ver a MinAh tan tranquila. Inmediatamente acarició su mejilla, acomodé los platos y traté de ignorar la escena tan tierna. 

— ¿Dormiste bien? —preguntó mientras se sentaba.

— Si, hace mucho no dormía durante tanto tiempo. Gracias.

— Hoy saldré por unas horas, puede que regrese un poco tarde —dijo mientras desayunaba tranquilamente, puse mi mentón sobre ambas manos.

— JungKook, ¿Te prostituyes? —casi se ahoga con mi pregunta, inmediatamente después empezó a reír. 

— ¿Parece que lo hago?

—bajé la mirada incómoda— Normalmente estás conmigo cuidando de MinAh, o sales a comprar cosas para ella, además nunca he visto que vayas a trabajar. Así que pienso que te prostituyes o vendes fotos íntimas en internet. ¿O acaso eres parte de alguna mafia?

—entre risas negó— En su momento te hablaré de eso, mientras puedo asegurarte que lo que estás viendo, no es resultado de vender drogas ni de engañar a gente, o matar a alguien. Y no, tampoco me prostituyo. SeokJin dijo que tenía la tarde libre, así que vendría un rato a hacerte compañía. —dijo cambiando de tema de repente, tomé un poco de café de mi taza.

— ¿Enserio? 

— También dijo que te ayudaría con algunas labores de casa y que no aceptaba un no por respuesta. 

— ¿Y a donde irás? —el sonrió al notar que quería regresar a nuestro anterior tema de conversación.

— Tranquila, no iré a buscar a ninguna chica como piensas, esa parte de mí la dejé atrás hace meses aunque no lo creas así. Quiero decir, recaí unos días antes de volver a verte pero sólo fue una vez y no... —se quedó en silencio cuando notó que no pretendía hablar sobre eso, tomó aire y respondió mi pregunta— Solo iré a ver a un viejo amigo, nada fuera de lo normal. —cuando terminó de comer, tomó su plato y se fue directo al fregadero, donde lo lavó y lo dejó en el escurridor. La toalla que traía sobre su cabeza ahora estaba reposando en su nuca, se acercó a mi y besó mi frente.

— ¿Qué haces?

— No te excedas, descansa, ve una película o no se. No quiero que te la pases todo el día de un lado a otro, ¿Si? —suspiré— Iré a cambiarme y me voy.

¿Qué mierda había sido eso?

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No se, mi inspiración está por los suelos. ):