No lo beses! - (IzuOcha -Kacchako)

Queria agradecerte

Ese fin de semana había sido una verdadera mierda.

Para quitarse esa toda la frustración, Katsuki se encerró en su habitación, intentó jugar videojuegos, leer, levantar pesas, pero no tenía ganas de nada. Si tan solo existiera un lugar donde pudiera explotar todas las cosas que quisiera, eso quizás ayudaría.

Siendo aún muy temprano se lanzó a su cama y cubrió su rostro con una almohada, quizás dormir, si, dormir sería lo mejor.

- Hijo, no vas a cenar? - Mitsuki abría la puerta de la habitación del chico.

- ES MUCHO PEDIR QUERER UN POCO DE TRANQUILIDAD!? - Volteó su cuerpo para quedarse viendo a la pared, por qué su madre tenía que ser tan entrometida?

- Parece que la misión fue muy dura...

El rubio se retorció, pero guardo silencio.

Mitsuki suspiró, que difícil era la adolescencia.

- No estoy segura de lo que pasa por tu cabeza hijo, pero... siempre serás un héroe muchacho, yo sé, que aunque tenga un carácter de mierda, tienes un corazón de oro, lo que sea, podrás salir de eso -La mujer secó el sudor de sus manos en la falda, su instinto de madre le decía que su hijo la estaba pasando mal y aunque quería darle un fuerte golpe en la cabeza, su corazón se estrujó pensando que esa actitud tenia que ver con Uraraka y que quizás ella tenía algo de culpa, quizás su esposo tenía razón y no debió entrometerse, pero no hacerlo seria negar su propia naturaleza. Su hijo sobreviviría y saldría con la frente en alto sea lo que sea, ya sea una lucha con villanos o un problema de amores, confiaba en eso, y si no era así, el golpe en la cabeza estaría esperándolo.

Se escucho el golpe de la puerta al cerrarse, por primera vez en la vida Mitsuki no lo había molestado hasta artarlo.

Tenía la mirada fija en la pared, todo era blanco, si levantaba la mirada podría ver el póster heroico de All Migth que le recordaba lo que su madre le había dicho, el era un héroe. La idea de perder lo humillaba, mas aún el pensar en perder frente a Deku.

La sonrisa de Uraraka aparecía en su mente, dándole una punzada en el corazón y recordar sus lágrimas... sus malditas lagrimas... dio un rodillazo a la pared, resintiendo un poco el dolor, ella lo hacia sentir tan débil y a la vez tan fuerte.

Solo quería que esa tonta sonriera de nuevo, mientras eso pasara, aceptaría lo que ella decidiera.

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Esa noche, al cerrar los ojos volvió a tener ese horrible sueño, donde Uraraka era una hechicera, y aun en ese sueño, no podía hacer que ella lo eligiera a el. Era una pesadilla

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El inicio de semana fue demasiado escandaloso para los estudiantes de la clase A, la noticia de que habían desarticulado una importante rama de la liga de villanos en sus primeras semanas como héroes profesionales los había hecho celebridades, estudiantes de primer año no dejaban que acosarlos, estudiantes de tercer año los miraban con recelo, y uno que otro se sentía ofendido de que ellos siguieran destacando tanto.

Bakugou pasó la mañana tan tranquilo que llamaba la atención de cualquiera que conociera su explosiva personalidad, de reojo vio las miradas, sonrisas y sonrojos de Uraraka y de Deku, a las que como respuesta solo pudo resoplar resignado.

A fin de cuentas, algo así no podía ser un peso para el, después de la tortuosa noche de reflexión pensó aquello: Sobre todo, el era un héroe y seguiría adelante.

Aunque odiara la idea, Uraraka le gustaba mas de lo que quisiera admitir, pero lo que sentía por ella también hacia querer que fuera feliz, y aunque estaba seguro de que el podría lograrlo, no podía obligarla a elegirlo.