•Capítulo 8 1ra parte•

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~•Yūichirō•~

Ya había pasado una semana desde que ingrese a esta escuela, las cosas seguían igual, me seguía juntando con los chicos y Mika se había convertido en mi confidente, extrañamente yo le tenía cierta confianza, porque yo no era muy abierto con las personas que conocía de poco tiempo.

Hablando de otra cosa, Guren y Shinya dentro de poco se irían a otro país para negociar con unos empresarios en America y eso significaba que me quedaría solo en esa enorme mansión.

Que aburrido...

–¡Joven Ichinose! – la voz del profesor interrumpió mis pensamientos repentinamente dándome cuenta que no estaba prestando atención a la clase– me podría hacer el favor de retirarse de mi clase e ir a convivencia?, porque no veo que le interese lo que explico– término de hablar, seguidamente me miro con cara de pocos amigos obligándome a pararme y salír del salón.

Si las miradas matasen yo ya estaría tres metros bajo tierra

Salí del salón sin agachar la cabeza, no me sentía avergonzado por el reproche del profesor, para mi, eso fue un milagro porque yo odio Trigonometría y de verdad desea irme de ese infierno.

Camine sin rumbo por los pasillos esperando que la campana del receso sonara y me pudiese despejar.

Mire la hora en mi móvil impaciente, ya no faltaba mucho para que los alumnos salieran despavoridos al comedor para probar el menú del día.

Mis plegarias fueron escuchadas y la campana sonó, no pasó mucho tiempo para que chicos y chicas salieran y se dirigieran al comedor directamente.

–¡¡Yuu-san!!– un fuerte golpe en la cabeza me sobresaltó e instantáneamente me lleve las manos en el lugar donde sentía dolor, me quejé sin poder evitarlo ya que me dolió demasiado –¡Perdón, perdón! ¿vamos a comer?

–¡Maldita uva desgraciada! – la insulte aun retorciéndome del dolor, pero a ella no le afectó ni un poco mi insulto –.

–Ni siquiera lo hice fuerte ¿vale?– hablo con un sarcasmo que ni siquiera se molestaba en ocultar –¿vamos a comer si o no?

–De acuerdo, pero tengo que ir a mi casillero por dinero – les dije aun sintiendo el constante dolor, aunque ya había disminuido –.

–Te acompañamos–.

Nos dirigimos al lugar donde se encontraban los casilleros, se hallaban al entrar, por eso íbamos ahí. Una vez llegamos abrí mi loker de manera rápida, lo que provoco que cayeran al suelo un montón de papeles en forma de corazón, eran tantos que la mayoría cayo a mis pies y otros fueron mas allá, pero lo curioso era que ninguno de esos papeles eran mios.

–¿Pero que...?– no podía creer lo que estaba viendo a mis pies, no podía ocultar mi sorpresa al ver aquello–.

¡Eran declaraciones de amor! ¡¿pero que estaba pasando?!

–Tu de verdad las tienes locas – el pony rosa habló mirándome sin ninguna expresión –.

–Que gracioso Kimitsuki – respondí con sarcasmo –.

–¿Ya te volviste popular?, eso fue rápido – Mitsuba me miraba irritada con los brazos cruzados, tenía el ceño fruncido y me observaba como si yo tuviera la culpa de que aquellas declaraciones iban dirigidas a mi–.

–Menos platica y mas ayuda– dije cuando empezaba a recoger la montaña de papeles que yacían en el suelo desparramados –.

Las personas que pasaban me miraban con sorpresa (creo que era por las cartas que estaban por el suelo) ,yo no soy esa clase de persona que quiere llamar la atención por esa razón trataba de recoger lo mas rápido posible aquellas cartas en forma de corazón.

Los chicos me ayudaron a guardar esa montaña de papel en mi loker lo que agradecí mucho (yo solo no hubiese podido) una vez ya guardados todos los papeles y sin quedar rastro alguno de ellos en el suelo, fuimos corriendo al comedor para llegar a comprar lo que fuera para saciar el hambre.

Poco después de terminar de comer, la campana sonó avisando que el receso había llegado a su fin.

–De acuerdo– dijo Shinoa levantándose de la mesa tomando rápidamente el té que había comprado – tengo que irme, tengo un profesor que es muy exigente con la puntualidad y no quiero otro regaño más – suspiro con cansancio – nos vemos–.

Corrió por un pasillo que conectaba a los salones y la perdimos de vista. Los chicos también se fueron a sus clases correspondientes y yo hice lo mismo

Después del receso me tocaba química hasta la hora de irnos y de verdad quería tirarme del tercer piso para morir y no escuchar aquella clase ya que era mas difícil que todas las áreas de matemáticas en una sola.

Pero tendría la compañía de alguien especial y eso me ponía de un muy buen humor.






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• [ C A F E T E R Í A ] • YuuMika Donde viven las historias. Descúbrelo ahora