Un azabache corría por los pasillos de un hotel de manera veloz, su respiración era irregular, su corazón latía frenético contra su pecho, quitandole el aire. Este parecía buscar algo...o más bien a alguien en específico, ya que en su mirar se presentaba preocupación y nerviosismo.
Miraba hacia todos lados, los pasillos del lugar se le hacían infinitos, no sabía si era su imaginación o las ganas que tenía de ver a una persona especial para el.
De un momento a otro se detuvo de golpe, miraba fijamente a una puerta en frente del chico, se acercó lentamente, no provocaba algún sonido además de su agitada respiración.,
Quería tocar la puerta, levantó su mano en puño a punto de golpear la madera de esta, pero se detuvo, dejó caer su brazo al lado de su cuerpo sin acatar la acción que planeaba.
Retrocedió unos pasos, sintiéndose inseguro de si mismo. El azabache tenía miedo que la persona que estaba al otro lado de la puerta rechazara su presencia, ya que hace unos días parecía ignorarlo constantemente.
Era cobarde, sabia él que no perdía nada con intentarlo, pero no se atrevía a hacerlo. Admitía que era cobarde, pero simplemente tenia miedo a sufrir por el gran amor que le tenia a dicha persona, ya que si se enteraba la persona al otro lado de la puerta de ese sentimiento todo acabaría para él.
Suspiro derrotado, sentía una tristeza profunda por no poder declarar sus sentimientos, ¿Por qué era tan difícil? Se preguntaba diariamente, deseaba tanto poder recibir respuesta, pero nadie nunca respondería a sus pensamientos.
Se iba a alejar de aquella puerta sin intentar su cometido, tragó en seco y se empezó a alejar.
Por unos segundos escuchó la puerta abrirse detrás de el después de estar unos metros lejos de aquella zona, pero pensó que era producto de su imaginación queriéndole jugar una mala pasada.
—¿Yūichirō? — se detuvo de golpe, escuchar su voz provocó que su corazón diera un salto de sorpresa, sentía su pulso detrás de sus orejas cuales fuertes golpes frenéticos—.
Se giro en su mismo eje de manera lenta respirando pesadamente teniendo cierto temor de mirar esos zafiros.
Parado frente a frente con "él" le provocaba mariposas en el estómago que le era imposible controlar, y es que nadie decide de quien se enamora.
—Buenas tardes Mika— sonríe mostrando sus dientes agradeciendo infinitamente que su voz no haya salido tímida y entrecortada, ya que ello hubiera delatado como realmente se sentía.
—B-buenas tardes — algo que el azabache no había notado era la sutil pigmentación carmesí que se encontraba en la blanquecina piel de las mejillas del susodicho enfrente del más alto — ¿Que haces por aquí? — detuvo su hablar ya que sentía que sus manos dudaban de lo nervioso que estaba, los latidos de su confundido corazón golpeaban bruscamente contra su pecho impidiendo que las palabras salgan de su boca— si no mal recuerdo, tu habitación queda al otro lado del pasillo—.
El azabache no sabia cual era mejor respuesta a la pregunta del chico de cabellos dorados frente a el, no había pensado en una escusa lo suficientemente coherente y creíble para su extraña aparición en un pasillo lejano a su habitación.
—Solo estaba rondando por aquí, no conozco muy bien el hotel y quería conocer alrededores —no sabia exactamente como había podido inventarse eso en tan poco tiempo sin que sonara que era una mentira, pero se conformaba con el resultado ya que el rubio aparentaba haberle creído cada una de sus palabras, —.
ESTÁS LEYENDO
• [ C A F E T E R Í A ] • YuuMika
Fanfic-¡N-no! ¡a-aquí no y-yuu-chan..!- trataba se detenerlo mientras besaba mi cuello mordiendo sutilmente la piel que había ahí-. -Solo quiero tenerte de nuevo, Mika- dijo contra mi piel causandome cosquillas-. -¡P-pero estamos en la c-cafetería ton-nt...