Cáncer, una palabra, seis letras que arruinan tu vida y la acortan. Una enfermedad que puede causarte la muerte si no es detectada a tiempo, pero ¿Qué pasaría si alguien llega a tu vida justo cuando ya estas harta de esta y te saca de la desesperaci...
Son las 03:21 AM, y aún no puedo dormir, no paro de pensar en lo que pasó. Christian me besó, igual es raro, nos conocimos hace sólo un mes. Di mi primer beso, y lo arruiné.
Doy vueltas y vueltas en la camilla, odio cuando me sucede esto. Paso una mano por mi cara mientras me siento en la camilla. Observo a Christian, está dormido, ¿Debo despertarlo? Me siento demasiado sola.
Me levanto y me acerco a Christian, su cabello negro está despeinado y sus ojos cerrados. Me pongo a la altura de la camilla y le toco el hombro, no hay reacción.
-Christian -susurro tocandole nuevamente el hombro para que despierte. ¡Dios! Este hombre no se despierta con nada- Christian -hablo moviendolo un poco, una idea llega a mi mente, levanto mi mano, la acerco a su nariz y la apreto para que no pueda respirar. ¡Esta técnica funciona de maravilla! Y así es como Christian despierta asustado
-¿Qué pasa? -dice asustado y se da cuenta de que estoy a su lado- Sarah, ¿Qué pasa, quieres dormir conmigo? -sube y baja las cejas y yo pongo los ojos en blanco.
-No puedo dormir.
-¿Y para eso decides taparme la nariz para que no pueda respirar? -me observa fijamente.
-¿Qué querías que hiciera? No despertabas nunca -lo miro a los ojos.
-¿Qué quieres hacer para que duermas? -se pasa una mano por la cara- ¿Quieres dormir conmigo o que?
-¡¿Que, no?! -exclamo- Podríamos conversar, ya que los seres humanos somos más sentimentales en la noche, ¿puedo subir a tu camilla?
-Si, ten cuidado con mis piernas -dice mientras subo a la camilla- ¿Y de que que quieres hablar?
-Verás, tengo mucha curiosidad sobre ti, háblame de tu vida -sonrío.
-Este es el momento donde apenas sé mi nombre -sonríe y pasa su mano por su pelo- Bueno, tengo diecisiete años, tengo dos hermanas y no tengo novia -me mira a los ojos.
-¿Eso es todo? -tomo su mano- Christian, quiero que me hables de tu hermana -puedo notar como se tensa- Siempre y cuando no te haga sentir muy mal, puedes desahogarte aquí, yo estoy contigo.
Se hace un silencio, comprendo que se le haga difícil hablar de este tema.
-Wendy Morrison, ese era su nombre, tenemos distintos apellidos porque mi padre abandonó a mi madre, a mí y a Madison, mi otra hermana. Entonces llegó otro hombre y llegó Wendy. Hubo un tiempo en el que ella actuaba muy raro, fue unos meses antes de lo sucedido, cuando le diagnosticaron depresión. El día antes de que se suicidara, Madison llevó a su nuevo novio a la casa, apenas el entró por la puerta y Wendy lo vio, salió corriendo a su habitación, intenté de verdad lo intenté para que me explicara lo que le pasaba para así poder ayudarla, pero ella solo se negaba. Unos días más tarde, no enteramos que el novio de Madison también se había suicidado. Siento que ella... Nos ocultaba muchas cosas, recuerdo que algunas noches se escuchaban sollozos que provenían de su habitación. Al día siguiente le iba a preguntar que le pasó, pero, ya no estaba -Veo como las lágrimas caen por sus mejillas- Un día la encontré escribiendo algo, le pregunté que era, pero se puso nerviosa y salió corriendo dejándome con la curiosidad, siempre escribía y nunca supe que era o porque lo hacía, supongo que era una manera de desahogarse -pasa su mano por sus ojos, secándose las lágrimas- Ahora te toca a ti, cuéntame de tu vida.
-Tengo quince años, me diagnosticaron Leucemia hace seis meses, tengo un perro llamado Sam, sólo tengo una amiga, la mayor parte del mes la paso con mi madre.
-¿Y tu sobrino? -interrumpe- en un mensaje escribiste que tenías un sobrino.
-Ah, James -lo recuerdo- Tiene cuatro años y es muy inteligente, sabe lo que es la Leucemia y en el momento que me la detectaron me regaló un oso de peluche -Sonrío al recordarlo- Le encanta jugar con Sam y con sus juguetes de súper héroes, especialmente con Spiderman.
-Se nota que es alguien muy importante para ti .
-Y lo es. Hace unas semanas, estaba leyendo mis historias como siempre y de la nada, se me acerca y me dice que él quiere un tío, porque quiere jugar con alguien más, no sólo conmigo -ambos sonreímos- es muy tierno, algún día lo conocerás.
-Eso espero -sigue con esa sonrisa en la cara- Sarah, ¿No te enojaste por lo del beso?
-No, ¿Porque debería enojarme? -lo miro y me doy cuenta de que me observa fijamente, no despega su mirada de mí- Claro que apenas nos conocemos y creo que fue inapropiado.
-Lo fue, en serio perdón -se frota los ojos.
El silencio nos invade, no puedo dejar de observarlo y el tampoco deja de hacerlo. Siento como si algo nos tuviera conectados, algo muy difícil de explicar. Me acerco a él y lo abrazo, a lo que él corresponde luego de unos segundos, creo que he encontrado mi nuevo hobbie: abrazar.
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No se cuanto tiempo pasamos así, pero sentí la necesidad de abrazarlo, me separo de él y veo que me observa sonriendo y le devuelvo la sonrisa. Admito que es un poco raro estar en su camilla, estoy muy acostumbrada a la mía.
El acerca su mano y acaricia mi mejilla.
-Ya lo he dicho antes -menciona- pero quiero recordarte que eres hermosa.
Me quedo sin palabras, ¿Qué debo responder?
Observa mis ojos y luego baja su mirada hasta mis labios, yo hago lo mismo.
No sé en que momento exactamente pasó esto, pero sus labios están sobre los míos, no quiero alejarme, no puedo. Es como si nuestros labios estuvieran hechos el uno para el otro, esto se siente bien. No se que me ha hecho este chico, probablemente nunca lo sepa, pero en los momentos que estoy con él me siento protegida, algo que me asegura que con él voy a estar bien.
Se separa de mí lentamente, y lo observo nuevamente, en especial sus oscuros ojos, desconozco exactamente de que color son, sólo se que es un color oscuro, muy parecido al negro. Recuerdo todo lo que ha pasado.
-Lo siento... yo no quería -digo nerviosa, la verdad no me acuerdo si yo lo besé o él me besó- Ah, perdón -me cubro la cara.
-No te preocupes -acerca su mano acerca mis muñecas y aleja mis manos de mi cara- Ve a dormir, ya es tarde.
Es verdad, perdí la noción del tiempo charlando con él, me levanto y bajo de su camilla y voy hacia la mía.
-Buenas noches Christian -digo dándole la espalda para que no note la estúpida sonrisa de enamorada que tengo en mi rostro.
-Igual -responde.
¿De verdad esto pasó? No lo puedo creer, cuando Emily se entere de esto va a empezar a gritar como loca y después va a empezar el interrogatorio.
Aquí es cuando me pregunto ¿He empezado la construcción de mi puente? Espero que sí, al menos creo eso, no quiero ilusionarme. El sueño me empieza a invadir y mis párpados empiezan a pesar. Sin darme cuenta, me quedo dormida, con el recuerdo del beso en mi mente.