[ Sábado 31 de Octubre, 2015 ]
No puedo ocultar mi risilla al dejar la cocina, la cual se intensifica cuando sus brazos me atrapan y me atraen contra él. Su cuerpo envuelve el mío con increíble fuerza, teniendo a sus labios muy entrometidos en mi cuello. Su coquetería en presencia de Sara no había sido para nada sutil, y por la manera en que su boca me besa y sus manos me acarician no tiene intención alguna en detenerse.
Ruidosamente, hacemos ingreso a su despacho, amarrando mis brazos y mis piernas alrededor de su cuerpo cuando muestra su impulso por levantarme, sosteniendo su rostro entre mis manos y besándole con el disfrute e intensidad que en ese momento tanto deseaba. Cuando me deja sobre su escritorio, todo tiembla, sintiendo como sus manos se escuchen por debajo de mi vestido y me toman de mis caderas, juntando nuestros cuerpos a través de un bastante duro gesto el cual ambos adoramos.
—Cath...— susurra contra mis labios que no tienen intensión alguna de dejar los suyos, sintiéndose el vibrar de su aparato por toda la mesa una vez más.
—No te atrevas...— le advierto con mis manos dispuestas contra el borde de su pantalón, alcanzando solo a desabrochar el botón cuando sus manos toman las mías y aleja su cuerpo unos centímetros, aun así, no su boca de la mía.
—Puede ser por esta noche...
—No me interesa...— digo y tan ágil como puedo serlo, introduzco mi mano dentro de su pantalón, acariciando sus labios con los míos y la sabrosa erección que ya venía creciendo.
Una ola de tensión cruza su cuerpo y su gruñido de satisfacción es delicioso. Echa su cabeza hacia atrás, como si estuviera pidiéndole a los cielos por un poco de compasión, permitiendo enseguida que nuestras bocas vuelvan a unirse.
—Lo lamento, en serio...— dice y sin más, me deja completamente desdichada sobre su escritorio.
No puedo dar crédito a lo que ha hecho por lo que me cuesta un par de segundos el dejar de mirarle con serio reproche, sintiendo fastidio profundo por cada una de las palabras que escapan de su boca a quien sea se encontrara del otro lado del aparato. Respiro con calma, queriendo así regular la temperatura de mi cuerpo y la agitación salvaje que siento en mi entrepierna. Me bajo del mueble y dejo la habitación aun sin poder creer lo que él se había atrevido a hacer.
Desde que nuestra campaña por un bebé había iniciado, nuestras hormonas —quizás más las mías— estaban tremendamente alborotadas, por lo que nuestro compromiso a tal importante objetivo no respetaba lugar, tiempo, o incluso, con quien nos encontráramos cerca. Por primera vez desde nuestra decisión, el trabajo se interponía entre nosotros y contenta no me encontraba. Cuando llego a su habitación, deambulo por está buscando la manera más apropiada para tratar mi disgusto, no encontrando más que mi traje de baño entre las prendas de ropas dispuestas en la parte que ya era mía de su armario. Quizás un chapuzón me ayudaría.
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{ III } SUEÑOS CONFIABLES (EN EDICIÓN)
Teen Fiction✓ ❝estamos destinados a estar juntos...❞ Cuando la felicidad se siente ser para siempre, se nubla nuestra capacidad de percibir los peligros que pueden estar acechándonos. Aún cuando los secretos han sido compartidos, Catherine y Sebastián siguen...