[ Viernes 18 de Diciembre, 2015 ]
El rostro de mi madre se ilumina con la hermosa y gran sonrisa que nos dedica, movimiento un poco más sus caderas para hacer relucir nuevamente el hermoso vestido que esa noche había escogido. Al igual que yo, Elise vuelve a llenarla de elogios, escuchándose las palabras de mi madre a los segundos. Sus instrucciones con respecto a nuestra seguridad quedan en nada cuando su mirada se posa en mi padre. Le dedico una cómplice mirada a mi hermana antes de volver a disfrutar del momento empalagoso que nuestros padres nos regalan.
Es en su despedida cuando mi celular vibra sobre la mesa. A mi espalda, termino por escuchar las advertencias de mi padre, mientras en la pantalla de mi celular se muestran las que mi prometido ha escrito. "Estamos muy bien resguardadas. Pero, apresúrate por favor.", envío mi respuesta rápidamente para despedir a mis padres como es debido. Tras el último fatídico evento, todos habíamos acordado en necesitar una noche de distracción. Mis padres tendrían la suya y nosotras, por nuestra parte, la disfrutaríamos con nuestros amigos. Obviamente, el principal objetivo de esa noche, aparte de disfrutar al máximo, era también mantener a todos protegidos durante lo que durara la velada. Al marcharse nuestros padres, James y Derek se mantienen junto a nosotras, vestidos de civil y disfrutando -esperaba- de un momento de distensión en el patio de casa, mientras la misma era vigilada por cuatro o cinco guardaespaldas más. Tan desagradable como ello podía llegar a ser a momentos, no había habido ni una queja o excusa al respecto.
—¿Estás lista?— la voz de Elise resuena cálida en la habitación, haciendo contacto visual con su reflejo en el espejo del tocador al instante. Ella sonríe, dando una delicada caricia a su barriga. —Los demás están ansiosos.
—Dame diez minutos.— le pido y tomo mi celular para una vez más chequear los mensajes de Sebastián. Una hora más. Un suspiro pesado dejo escapar.
—¿En cuánto llegara?
—Una hora aproximadamente.— ella lo lamenta al igual que yo.
—¿Nos encontrara allá entonces?
—Ya tiene la dirección.— digo sonriente y ella copia el gesto de la mejor manera en que puede, sin embargo, noto el cambio inmediatamente su mirada se aleja de la mía.
No era la única que había tratado tan duramente el evitar las marcas en mi cuello. Incluso yo lo hacía al mirarme al espejo. El maquillaje ayudaba solo a cubrir una parte de ellas. Estaban ahí recordándonos a todos los que había pasado. El peligro que ambas habíamos corrido.
—¿Puedo preguntarte algo?— inquiero con la lentitud necesaria, recibiendo un amable asentimiento de su parte y la dulce espera de su mirada. —¿Qué pasó después de que la camioneta cayera al lago?— y la seriedad baña su rostro como en un día de eclipse total.
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{ III } SUEÑOS CONFIABLES (EN EDICIÓN)
Jugendliteratur✓ ❝estamos destinados a estar juntos...❞ Cuando la felicidad se siente ser para siempre, se nubla nuestra capacidad de percibir los peligros que pueden estar acechándonos. Aún cuando los secretos han sido compartidos, Catherine y Sebastián siguen...