{6} Wandering Tree Estate

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[ Sábado 7 de Noviembre, 2015 ]





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Sobre la gran cama matrimonial dejo caer el bolso de mis utensilios personales, junto con una pequeña ruma de ropa que todas hemos concluido pueden ser necesarias en cualquier momento. Mientras echo un vistazo a los mensajes en mi celular, escuchamos —junto a Charlenne y Cass, amiga de toda la vida de la novia— el horario que entre todas habíamos creado la noche anterior, de voz de la hermana mayor de Charlenne, Adele.

Habíamos tenido una noche esplendida, sin mucho alboroto más que un improvisado Karaoke en medio de la sala a eso de las dos de la madrugada; lo demás, habían sido solo divertidas conversaciones y anécdotas bastante personales sobre nuestras vidas, acompañadas de muchas risas, algunas lágrimas y mucho alcohol. Era sin duda un milagro que ninguna sintiera una gran resaca.

—Abriré...— me ofrezco cuando las demás están muy entusiasmadas con la pila de maquillaje que hay a nuestra disposición, deteniéndome al poner mi mano alrededor del pomo de la puerta cuando la voz de Charlenne me llama.

—¡No dejes permitas que te rapte, por favor! En cualquier momento llegara el equipo para prepararnos.— me informa y eso me hace consciente de lo mucho que la rubia conocía a su cuñado. Asiento, prometiéndole casi de manera solemne que no dejaré que eso suceda.

Enseguida, mi mano gira sobre el pomo y al tirar de la puerta me encuentro con lo que tanto había ansiado. Me basta un segundo observarle para hacer eco de las palabras de la novia dentro de mi mente.

—Buenos días, Catherine.— dice con una tranquilidad que me atarea, tanto como la manera tan refrescante en que sostiene su cuerpo compre el umbral de la puerta.

Sus ojos azules brillan ante mí con un entusiasmo y deseo que ya ha a esas alturas reconozco sin equivocaciones, sintiendo como el efecto de ello comienza, poco a poco, a debilitar mi voluntad. Solo continúa hablando.

—Hola...— respondo, tomando más aire del necesario y abriendo incluso la puerta un poco más, esperanzada en que la presencia, aunque lejana, de las demás le mostrará algo de limitación. —¡Han llegado por fin! ¿Cómo ha estado el viaje?

—Rápido.— contesta con su mirada azul recorriéndome por todas partes.—Se ha encerrado en su cuarto.— vuelvo a respirar, conteniendo aire y asintiendo al tiempo.

{ III } SUEÑOS CONFIABLES  (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora