Verónica Vogue rompe la burbuja de perfección en que vivía cuando llega a Avonlea.
Obligada a cambiar su vida por completo y a dejar los lujos atrás, descubre todos los sentimientos que nunca había dejado salir y por fin empieza a entender lo que si...
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HOY ERA JUEVES Y LA ARDURA SEMANA estaba por terminar, casi. Verónica estaba tan cerca pero tan lejos de la libertad. No quería volver a casa pero tampoco quería seguir en la escuela, le era agotador, su única motivación hasta el momento era Tillie y algunas chicas más.
Se puso su vestido morado oscuro, el mismo que había mojado en el lago, luego se puso las calcetas blancas y sus zapatillas negras, un collar de plata y se quitó los listones dejando su cabello con rizos definidos, luego para el final tomó su listón morado y lo ató alrededor de su cabeza.
"Ya casi, ya casi, ya casi. Verónica tú puedes" se dijo a ella misma mirándose al espejo.
Desayuno unos panes con mermelada junto a la familia Barry, camino a clases con Diana y Minnie May, esta vez ya charlaban un poco más, necesitaban hacerlo, no querían soportar la incomodidad cada semana que Verónica estuviera en la casa.
"¿Has hablado con Gilbert?" Preguntó Minnie May ganándose un codazo por parte de Diana, Veronica por su parte no sabía que responder, le había dado tantas vueltas al asunto y no había llegado a ninguna conclusión concreta.
"Yo..." comenzó a decir un poco dudosa de si misma hasta que optó por contestar la pregunta fácilmente y sin detalles, "Yo no he hablado con Blythe".
"¿Y piensas hacerlo?" Volvió a preguntar la pequeña con inocencia.
"¡Minnie May!" La regañó Diana, "Deja de preguntarle cosas personales a Verónica"
"Lo siento" se disculpo la niña un poco apenada.
"No te preocupes, Minnie May" Replicó Verónica con simpleza.
Llegaron a clases, se sentaron en donde de costumbre, el profesor aún no llegaba y todos yacían parados platicando en tono alto, Verónica y Tillie están charlando animadamente al igual que todos.
"Adoraría vivir en Inglaterra" hablo Tillie con los ojos llenos de ilusión, se imaginaba Inglaterra como todo un lugar de ensueño.
"Quizá algún día cuando vuelva podrías ir conmigo" Dijo Verónica con una pequeña sonrisa.
"¿Enserio?" Preguntó esperanzada, como si ya se pudiera verse en Inglaterra.
"Seguro, mis padre fácil podrían pagarte el viaje, pasar unas cuantas semanas con tu mejor amiga no estaría nada mal" hablo Verónica con simpleza en su voz.
"¿Mejores amigas?" Preguntó Tillie anonada, pero Verónica no podía distinguir si lo decía de buena o mala manera.
"Perdón, yo pensaba que..." decía Verónica algo apenada hasta que la misma Tillie la interrumpió.
