Verónica Vogue rompe la burbuja de perfección en que vivía cuando llega a Avonlea.
Obligada a cambiar su vida por completo y a dejar los lujos atrás, descubre todos los sentimientos que nunca había dejado salir y por fin empieza a entender lo que si...
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VERONICA PENSABA AYUDAR a Anne pero no sabía cómo, la iba ayudar por que en el fondo sabía que la pelirroja no lo había hecho con intención, que no lo merecía del todo, la pobre ya había pasado por suficientes cosas y había salido de ellas por su cuenta, y si Verónica podía ayudarla lo haría.
"Vamos Anne, dame ideas, tú eres la creativa aquí" hablo Verónica mirando el cielo.
"Es que no lo se, he intentado explicarme pero no quieren escuchar" Anne quería llorar pero no lo hacía, pero aún así su voz se quebrada de vez en cuando.
"Esta bien, calmada que no es el fin del mundo" Verónica se sentó y miró a Anne, quien estaba con los ojos llorosos, la castaña acosto su cabeza en el hombro de Anne haciéndola reír.
"Es que no se como le hago para causar problemas siempre, por una vez en mi vida parece sue empiezo a encajar pero mi bocota lo arruina",
"Eh eh, tranquila. Solo hay que concentrarnos en buscarle una solución a tu problema, mi abuela solía decir que el tiempo lo arregla todo".
"¿De verdad crees eso?" Anne preguntó algo desanimada.
"Eso creo, puedes aférrate a eso".
...
"¿Veronica?" Diana toco la puerta de la habitación donde Verónica yacía acostada.
"Pasa" Dijo Verónica dejando su libro a un lado de la cama, Diana entró a la habitación y se sentó en la silla de el tocador, "¿Que se ofrece?".
"Nada, es solo que últimamente has estado distante y no digo que seamos las mejores amiga de la vida ni nada, es solo que actúas raro, luego haces como si nada pasara y me confundes, ¿he hecho algo que te incomodase?" Hablo Diana mirando los ojos vacíos de la castaña.
"No, claro que no. Es solo que he tenido varios imprevistos con ciertas cosas con respecto al adaptarme, es muy diferente aquí que no termino de acostumbrarme".
"Esta bien, no te presiono más" Diana hablo a punto de salir pero se detuvo en la puerta, "Bueno quizá un poquito más, ¿quieres salir?" Hablo Diana volteándose para ver a Verónica quien asintió y se levantó de la cama.
Veronica no era una persona que saliera mucho, al menos no acompañada, casi siempre sus paseos eran solitarios pero eso no le causaba conflicto pues después de tantos años acostumbrada a relaciones distantes le había terminado de gustar pasar tiempo consigo misma.
