Verónica Vogue rompe la burbuja de perfección en que vivía cuando llega a Avonlea.
Obligada a cambiar su vida por completo y a dejar los lujos atrás, descubre todos los sentimientos que nunca había dejado salir y por fin empieza a entender lo que si...
¡ADVERTENCIA! Este capítulo contiene fuertes escenas, si has sufrido de algún tipo de abuso sexual o psicológico, no te recomiendo leerlo. Igual puedes saltearte esa parte y continuar con la historia.
CAPÍTULO DIECIOCHO | HIDE AND SEEK
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HABÍAN PASADO YA VARIOS DÍAS, le había dado espacio al castaño, Verónica nunca había sufrido una pérdida tan desgarradora como la de el pero sentía que debía darle tiempo, el chico tenia tenía que tomarse el tiempo para recuperar su chispa, la alegría y carisma que tanto lo caracterizaban.
Habían hablado casualmente en veces, la idea de que se fuera de Avonlea le dolía a Verónica pero no tenía ningún derecho de decirle nada y no quería hacerlo.
Por qué aunque doliera la vida seguía, se iba quien se iba y se quedaban los que se quedaban, la vida misma no podía estancarse por una perdida.
Veronica había pasado mas tiempo con Tillie, ambas se habían vuelto aún más unidas pero aún así no confiaba ciegamente, una parte de ella seguía afligida, lista para ser atacada y responder. Una pequeña llama de ansiedad en su interior aún no podía ser extinguida por completo y Verónica empezaba a pensar que quizá nunca lo haría.
Las clases seguían con normalidad, había estado mejor con Josie, quien aún se mostraba ligeramente avergonzada, habían hablado un poco, un ligero intercambio de palabras que hacían el alma de la rubia pesar menos. Era curioso como un ser como Josie, que se mostraba tan rígido y potente, podía ser igual de frágil como Verónica.
"¡Viva, es viernes!" Uno de los chicos gritó al fondo del salón haciendo que todos soltaran risas, sin embargo, Verónica se limitó a ensanchar una pequeña agridulce sonrisa.
El fin de semana era gloria pura para la mayoría de las personas en ese salón de clases, pero para ella era el infierno mismo. El fin de semana significaba ir a su casa, la casa donde lentamente se apagaba una parte de ella.
No era que todos los fines de semana fueran malos, a veces simplemente salía con sus padres al teatro, cenaban en algún restaurante bonito o se dedicaba a descansar. Pero cada semana que pasaba era una duda, podía ser un fin de semana lindo y agradable pero también podía ser el infierno mismo.
El profesor llegó, toda la clase estaba aburrida y tranquila, algunos murmullos por ahí, otras risas por acá. Nada diferente.
"¿Has hablado con Gilbert?" Pregunto Tillie en un tono ve de voz moderado, supuestamente estábamos trabajando pero mi mente estaba inquieta y distraída para hacerlo.
"Un poco" Exclamó mientas sostenía el gis blanco en su mano derecha, tenía que hacer unos ejercicios matemáticos pero como quería el profesor que pensara la chica siquiera.
"Es lo normal que este dolido, ahora es huérfano" Replicó "No puedo imaginarme lo duro que es eso".
