Los besos de JongIn ❀ KaiSoo

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Espalda

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Los labios de JongIn bajaron lentamente por su cuello, haciendo que KyungSoo se estremeciera y se removiera bajo su cuerpo, el calor que JongIn emanaba lo reconfortaba, lo hacía sentir que podía fluir libremente entre sus manos, entre las caricias de las yemas de sus dedos y en el agarre firme sobre su cintura, manteniéndolo preso contra el acolchonado, con la respiración un poco acelerada y las mejillas ardiendo por todo el calor que venía sintiendo.

JongIn era así, un estuche completo de sorpresas, sus labios podían dar el beso más sutil y ligero mientras estuvieran bajo los ojos atentos de sus padres o podían ser el conato que los llevara al incendio que estaba viviendo en esos momentos.

Un montón de sentimientos revueltos en su estómago, la sensación tibia sobre su vientre y sus dedos rodeando sus glúteos con perfección, JongIn siempre se dedicaba a delinear su cuerpo como si fuese un pedazo de arcilla y lo moldeara a su gusto con sus manos, KyungSoo se dejaba hacer por él en cada una de las maneras, se aferraba a las sábanas de aquella cama en la que habían estado tantas veces, sintiéndose preso de sus labios descendiendo por sus omoplatos.

Los labios de JongIn eran gruesos, dibujaban caminillos invisibles sobre su piel, degustaban partes esenciales de la misma con lengüetazos y alguna que otra mordida que lo hacía sucumbir a todo lo que sentía por él.

JongIn era cuidadoso, siempre atento en cada paso que daba, trazándolo con ligereza en caricias constantes que lo encendían cada vez más, en un millón de besos esparcidos por su cuerpo como estrellas en el firmamento, saltando de un lado a otro o siguiendo un camino en particular, por la vereda de su columna vertebral, en su cuerpo desnudo, deteniéndose con precisión sobre la parte baja de su cintura.

KyungSoo gemía cuando JongIn se entretenía especialmente en aquella curva de su espalda, ahí donde terminaba y comenzaba su trasero, dejando pequeños besitos que se esmeraba por hacer, haciéndolo apretar las sábanas entre sus manos y soltar ligeros suspiros por tanto placer acumulado en su interior.

ㅡ Me gustas tanto... ㅡ JongIn habló, su voz era exquisita entre sus jadeos y el silencio que se extinguía de su habitación casi por completo cuando estaban a solas. ㅡ Me encantas.

Las mejillas de KyungSoo se calentaron más ante aquellos cumplidos, sin poder distinguir el calor corporal provocado por las manos de su novio descendiendo peligrosamente hasta sus piernas, mientras él no podía evitar sentirse expuesto y listo a la vez.

JongIn se relamió los labios y sonrió, besando cálidamente sus perfectas y redondas nalgas, haciendo que KyungSoo se deshiciera entre sus brazos, amaba escucharlo susurrar de aquella manera, provocar en él todo aquello que nadie más podía ver, hacerlo perder la cordura de manera tortuosa, alimentarse de todo aquel cuerpo mientras repartía besos por doquier.

ㅡ JongIn... ㅡ KyungSoo susurró y JongIn se regodeó, besándolo en aquella zona otra vez.

Los besos de JongIn eran ardientes, lo hacían quemarse y suplicar por un poco más, lo ponían tenso y a la vez lo desestresaban y lo hacía olvidarse del mundo, cuando sus labios recorrían su espalda y bajaban hasta su trasero, haciendo el mejor de los trabajos, hacerle el amor lentamente, haciéndolo sentir como en las nubes, de manera indescriptible.

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