Continuaba sin abrir mis ojos, recordado uno por uno como en un recuento cada cosa que me hicieron aquellos humanos vestidos de blanco. Mi mente se perdió en el mar infinito de mi subconciencia hasta dejarme inmersa en un día cualquiera de mi sufrimiento.Permanecía acostada en una posición casi inerte, mirando hacia aquella lámpara apagada y al mismo tipo al blanco techo. Extrañamente después del procedimiento quirúrgico de aquel dia me habían dejado sin ataduras alguna, pero aún así en ese momento no lograba sentir ni siquiera el primitivo impulso de huir; permanecí igual por quien sabe cuánto tiempo, hasta que de imprevisto el sonido de pasos acercándose se hizo presente en el silencioso lugar, pero estas pisadas eran peculiares, no eran como los ya comunes de los médicos sino más bien de pequeños pies descalzos.
En ese momento ni siquiera reaccione ante el sonido, tampoco pensaba en algo concreto, talvez una que otra cosa al azar, preguntándome como hubieran sido cosas si sucesos no hubieran ocurrido; pero como último pensamiento siempre deducía que aunque "pudo ser de otra manera" en este momento esto está pasando y ya no tiene remedio, mi único destino y bendición es poder morir rápidamente y poder terminar con este sufrimiento.
Los alegres pasos volvieron a ser persibidos por mi desconectado cerebro, pero esta vez se escuchaban como retumbaban en la amplia habitación en forma de eco; solo cuando las risas se integraron al ritmo de los pasos reaccione por completo moviendo la cabeza hacia un lado y encontrándome con dos pequeñas figuras al borde de la camilla.
Una tenue luz que entraba por la puerta abierta del cuarto me permitió admirar que eran un par de niñas seguramente menores que yo, lo que me pareció extraño en el momento fue que parecía bastante idénticas, incluso podía jurar que eran mellizas. Me quedé con mi miran fijo en ellas y las niñas hicieron lo mismo, nos quedamos así por un largo periodo de tiempo hasta que ambas empezaron a reírse .
??-ven y juega con nosotras hermana mayor-
Ambas hablaron al mismo tiempo, cuando se dieron cuenta que no me levantaba decidieron tomar mi mano y halarme; no caí al piso porque me obligue a mi misma a enderezarme quedando sentada sobre la camilla.
Las mire un momento y ellas de inmediato tomaron de nuevo mis manos jalandomela a quien sabe dónde. Caminábamos por los largo pasillos blancos y amplios de estas extrañas instalaciones, sin darme cuenta empecé a escuchar múltiples quejidos de dolor y los pasillos blancos he iluminados pasaron a ser oscuros y con extrañas puertas rojas; mire algo aterrada hacia las niñas que solo mantenían unas grandes sonrisas y caminaban bastante inocentes atravez de los escalofriantes pasillos; intenté resistirme a su agarre pero era inútil, ellas en sus pequeños cuerpos tenían demasiada fuerza.
Sentí un poco de miedo ante lo que ocurría a mi alrededor, y el sentimiento de vacío en mi estómago junto con la adrenalina en mi sistema generaban que este momento fuera aterrador; el pasillo parecía que no tenía final, las niñas solo reían y a veces daban pequeños saltos como si todo fuera un juego; los quejidos cambiaron como si una mezcla de música fuera, a la típica risa de las hienas, al cascabaleo de las serpientes desérticas y un grito desgarrador que llamó mi atención; reconocía aquel quejido de dolor... Esa era la voz de mi madre....
Lleve mi vista al sonido; mis manos fueron liberadas, pero mi mente bloqueada solo quería acercarse.... Y así lo hice. Paso a paso, cada vez más cerca hasta que al fin pude ver el cuerpo de mi madre; ella golpeaba mientras gritaba la puerta roja.
Sus ojos se fijaron en mí y su cuerpo dejo de luchar, sus dos manos y su cara confundida producción un extraño sentimiento dentro de mi, cómo si algo se moviera...
Intentaba entender que pasaba, porque me encontraba en esto horrible lugar, porque mi madre estaba aquí.... Porque estaba sola.
Cuando volví en mi quede estupefacta; mis ojos se habitaron como platos ante la imagen de mi madre derritiéndose. Ella gritaba demaciado fuerte, pero no se movía de su posición erguida como si algo la retuviera; ahora era yo la que golpeaba con todas mis fuerzas la gruesa puerta transparentes. La llamaba y luchaba con todas mis fuerzas, pero todo fue en vano cuando solo quedaban trozos de Piel en sus expuestos huesos, y dos ojos miraban hacia el cielo como buscando poder ascender; pero estos en un fluido movimiento se centraron en mi... Ella susurro mi nombre antes de escupir un espeso líquido negro y colapsar dejándome en shock.
Esto aún no acababa. Lo supe en el momento que sentí una presencia detrás de mí; una huesuda mano se poso en mi hombro, y su cuerpo tomando sus falange como apoyo se acercó a mí.
??-enfrenta tu destino-
El ser con una fuerza exuberante me hizo voltearme... era yo... Me pregunté a mi misma como era esto posible, pero en ese momento una criatura como sacada de una película de terror; su piel era prutrefacta, sus ojos brotados y su figura encorvada y huesuda, además de una sonrisa amplia pintada de restos rojos tomo lugar donde antes estaba "yo".
El ser quito su mano lentamente de mi hombro, pero en un movimiento rápido a certero golpeó mi vientre con su puño; pude sentir como su mano progresivamente se abría camino a mi interior; sentí de inmediato la arcadas que al final me ganaron. Sentí un largo cuerpo deslizarse por mi garganta, y cuando pude abrir mis ojos me encontré con el largo cuerpo de una serpiente con varias partes totalmente deshechas y envuelta de una sustancia espesa Negra..... Era Bianka.
Subí mi mirada enojada, confusa e incluso con miedo; el cubrió mis ojos con su mano y se acercó a mi oído.
??-es hora de despertar, Tora-
.....me ví inmersa en una profunda oscuridad....