Capítulo 7

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JEREMY

--Eres una vergüenza. ¿Te das cuenta que arruinaste todo?--me recrimina mi padre molesto. --Tu madre estaría muy decepcionada de ti...

Lo observo. No puede estar hablando en serio.-- Mi madre estaría decepcionada si, pero al ver en lo que me convertí... En una fiel copia tuya. ¡Doy asco!-- le grito totalmente furioso.

Él me mira y niega --¡Tu eres un...--baja su mirada al suelo, al volver a verme abre sus ojos exageradamente.

Yo lo miro con terror y le pregunto--¿Qué pasa?

¡Cuidado!

Escucho como me advierte, sin embargo al despertar me encontré con una catarata de agua cayendo sobre mi. Casi me ahogo al tragar tanta cantidad de agua.

--¡Despierta!-- me grita Venice al mismo tiempo que deja la cubeta de agua sobre el suelo.

Imbécil.

Yo la fulmino con la mirada--¡¿Estas loca!?-- le grito exasperado. --¡Casi me matas mujer!

--Ay no seas exagerado.--dice son una sonrisa malvada.-- Fueron dos gotitas de nada... --hace un ademan con la mano restandole importancia.-- ¡Además tu debías despertarte hace tres horas!

--Y que quieres que haga, si mi despertador es ¡Un gallo!--le grito --¿Nunca pensaron en actualizarse?

--¡No!--me contesta.-- La gente que visita está ciudad lo hace para desconectarse de todo y volver a sus raíces, la naturaleza. Esa, es la principal característica de nuestro pueblo...--Me comenta sonriente.

Debe querer mucho este pueblo horrible para que le brille los ojos de esa manera cuando habla de él.

--Aja.--le doy la razón para no discutir con esta mujer, no se de lo que sería capaz.

--¡Bien!-- se levanta y me observa detenidamente hasta que abre los ojos como dandose cuenta de algo--¿No tienes algo para ponerte cuando duermes?

Yo sonrio de lado. --¿Que? No te gusta lo que ves.--le guiño un ojo.

Ella me asesina con la mirada y pasa su vista rápidamente por mis abdominales perfectamente marcados. Yo sonrio y ella al darse cuenta me dice--¡Quédate tranquilo que he visto mejores!

¡Pero que le pasa! ¿Cuál es su maldito problema? A todas les encantaba mi maravillosa figura trabajada y ella se digna a compararla con otras, que seguramente ni me llegan a los talones.

--¡Ahora levantate, vístete!--me ordena como un sargento-- Te espero en el Granero, idiota.

La vuelvo a fulminar con la mirada y ella me saluda con fingida simpatía para retirarse dando un portazo.

¡Ay por favor Dios! Dame paciencia para soportar esto.

(...)

--¿¡Que quieres que haga que!?--le pregunto al escuchar todo lo que debo hacer.

--¡Ay que me dejas sorda, idiota!--me pega un fuerte coscorron en la cabeza.

--¡Auch! ¿Qué mierda te sucede?--Le pregunto sobandome la cabeza.

Ella rueda los ojos y me vuelve a explicar-- Debes limpiar todos los establos donde están los caballos, alimentar a las gallinas y a los cerdos y por último ordeñar a las vacas, ¡Debemos tener leche para desayunar mañana!-- me palmea la espalda dándome ánimo.--¿Has entendido?

Yo me llevo las manos a la cara en señal de frustración y doy un gran suspiro-- ¡Okey! Haré todo, si es que no muero en el intento...--susurro lo último como para que está niña no me escuche.

Ella se ríe y luego me dice-- No creo tener esa suerte.

Yo por mi parte, la fulmino con la mirada mientras ella se va dando un portazo dejándome en este establo mugroso.

¿Cómo mierda se limpiaba un establo? ¿Debía sacar a los caballos? ¿Tenía que limpiarlo con ellos dentro?

--¡Argg! ¡Qué mierda!--grito haciendo que la acústica del establo provoque un eco.

Cogí la pala y me dispuse a entrar al primer establo que vi. Al entrar, el olor a caca de caballo, inundó mis fosas nasales, haciendo que tire la pala a la mierda (literalmente).

Salí rápidamente de allí, dando un portazo y alterando a un caballo de color negro que no paraba de relinchar.

--¡Malditos, malditos todos! -- patee lo primero que vi con tanta mala suerte, que era una cubeta de agua que paso a derramarse sobre mis pies.

¡Argg! ¡Maldita la hora en la que se equivocó de micro!

Debía librarme de esto. No puedo ni siquiera imaginarme limpiando toda la mierda de ese maldito caballo.

Definitivamente debía hacerlo. Y hacerlo rápido. Si quería huir, debía hacerlo ahora.

Salí del establo, no sin antes revisar si la insoportable de Staton estaba afuera. Al confirmar que no, seguí mi camino hacia el albergue, donde estaban todas las habitaciones.

En el camino, a penas me cruze con gente, a la que saludaba con una sonrisa tranquila y relajada. Finalmente, cuando llegue a la entrada del albergue me topé con el Señor Staton.

--¡Hola Jeremy!-- me saluda con una abrazo que me aplasta todos lo huesos.

Debía deshacerme de él, lo más rápido posible.

--¡Hola Señor Staton!-- lo salude amable.

--¡No me digas Señor Staton!-- me recrimina con una sonrisa-- Dime Billy.

Billy era un sujeto que debería tener entre cincuenta y sesenta años, pero se veía bastante bien. Es un hombre agradable, simpático y gracioso. En resumen, todo lo contrario a Venice. Todavía no podía creer que ese fuese su padre.

Y todavía no podía creer que Venice no le haya dicho que yo era el que supuestamente le robó el dinero a su padre.

--¡Bueno Billy!--le sonrei de forma amable -- ¿Sabe que su hija me pidió comprar algunas cosas? ¡Pero esta chica no me dio el dinero!-- le digo mientras niego con la cabeza-- ¡Tendré que sacar el dinero de mi bolsillo!

El señor Staton me da un golpe en la cabeza.-- ¿Qué dices hombre? ¡Espera que busco el dinero para que puedas comprar las cosas!-- me sonríe mientras busca en una de las cajas.

Lo cierto es que me sentía mal al engañar a Billy para que me pueda dar dinero para pagarme el pasaje a los Ángeles. Sin embargo, recordé que si me quedaba, debía limpiar todo el maldito establo y se me paso.

--Ten.--Me dice entregandome el dinero.-- Compra también una botella de whisky, pero no se lo digas a Venice.-- me suplica y yo asiento entendiendo.

Salgo por fin del albergue y con el dinero para el pasaje.

¡Los Ángeles, ahora si, allá voy!















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