Capítulo 8

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VENICE

-–¡Buen día, Señor Smith!-– lo saludo al entrar al local.

El señor Smith era el dueño del local, donde solía comprar las balas para mis armas. Es un gran amigo de mi padre y por eso, conozco a toda su familia, como él me conoce a mi.

-–¡Hola Venice! ¿Cómo está tu padre? Me contaron los gemelos que le robaron todo el dinero recaudado en estos años... ¡Debe sentirse fatal!-– me dice al mismo tiempo que niega con la cabeza.

-–Si...-– justo en ese momento recuerdo al imbécil de Suns. ¡Ja! ¿Cómo la estará pasando con los caballos? ¡Definitivamente, al salir de aquí iría a verlo!-– ¡Bien!-– sacudi mi cabeza para centrarme en lo que iba a pedirle.-– ¿Tienes...-–pero no pude terminar porque él me interrumpió.

-–Lo siento Venice. William me prohibió venderte balas o cualquier cosa que puedas utilizar para asesinarlo.-– dice al mismo tiempo que se cruza de brazos.-– Y verás... No me agradaría desobedecer al nuevo comisario temporal...-– se rasca la nuca nervioso.

¡Maldito! En cuanto me devuelvan mis pertenencias, le voy a depositar una bala justo en su corazón.

-–Esta bien, Señor Smith...-–le digo molesta-– No se preocupe que cuando vuelva a ser Sheriff, me va a escuchar ese imbécil.-– él ríe hasta que ve con terror detrás de mi.

-–¿Qué decías de mi, Staton?-– escucho la irritante voz del idiota de William.

Me doy la vuelta y lo veo sonreír con arrogancia.-–Le comentaba al señor Smith que disfrutes el lugar TEM-PO-RAL que te ha dado el intendente, porque cuando vuelva a ser Sheriff te pateare el trasero.-– digo al mismo tiempo que me acerco hacia él.

William sonríe de lado y me mira de arriba hacia abajo.-–Eres adorable al pensar que seguirás siendo Sheriff. -–me dice con malicia. -–¡No podrás controlarte y ahí estaré yo, para ocupar tu lugar cada vez que te suspendan!-–Eso hizo que inmediatamente, me ría en su cara. -–¿De qué te ríes, Staton?

Yo trato de contenerme y le digo-– Es que no puedo creer que pensé que podrías quitarme el lugar. -–vuelvo a reír y él me asesina con la mirada-–¡Si apestas como policía, ni me quiero imaginar como Sheriff!

-–Imbécil.-– murmura molesto.-–No te arresto, porque no sería capaz de soportarte en la comisaría.-–dice al mismo tiempo que sale de la tienda.

Yo, obviamente, voy detrás de él para seguir fastidiandolo.-–¡Admitelo! -–lo golpeo en el brazo.

-–¿Admitir que?-–me pregunta extrañado.

-–Admite que no me arrestas porque serías incapaz de hacerlo...-–lo reto.

-–¡Ja! No seas ridícula Staton. Yo podría arrestarte hasta con los ojos cerrados.

Yo ruedo los ojos -–En la Academia siempre te gane todas las batallas cuerpo contra cuerpo y ahora que ya no estamos allí, sigo pateando tu trasero, de vez en cuando. -–le recuerdo.

-–¡Eso es mentira!-– me recrimina molesto mientras se cruza de brazos.

Yo intento reprimir una risa y me despido-–¡Bien! ¡Adiós William! Y disfruta tu puesto antes de que vuelva...

Él me mira molesto y se va caminando mirándome de reojo. Yo conozco esa mirada. Esta preocupado. ¡Ja! Idiota.

-–¡Ese vaquero me ha robado mis manzanas!-– grita un Señor alarmado al mismo tiempo que señala en la dirección que se fue-–¡Agarrenlo! ¡Rápido que se escapa!

No lo dude ni un segundo y corrí en la dirección que ese señor me señalo. Rápidamente, William se me unió.

-–¡Vete niñita! -–Lo empujo al mismo tiempo que sigo corriendo.

-–¿Puedes dejarme hacer mi trabajo, Staton?-–me pregunta adelantándose en la carrera.

-–¿Ese no es el intendente dando premios a esos policías?-–le pregunto para distraerlo.

-–¿¡Que!?-– detiene su marcha-–¿Donde?-– fija su mirada en todas las direcciones en busca de su reconocimiento.

¡Por eso lo odiaba! Siempre quería que lo reconozcan. Le importaba un cuerno el bienestar de las personas.

Idiota.

-–¡Ay creo que vi mal entonces!-–le digo al mismo tiempo que tomó una gran ventaja de él.

Me atrevo a mirar por un segundo hacia atrás y estaba él sacandome el dedo corazón. ¡Ja! Amaba fastidiarlo.

-–¡Detente!-–fijo toda mi atención en el sujeto que había robado esas manzanas.-– ¡Soy la oficial Staton y te ordeno que te detengas!-– grito un poco agitada por la corrida.

Él no me hace caso y apresura su marcha por lo que yo, a pesar de que siento que en cualquier momento se me saldrá un pulmón, acelero mi marcha para alcanzarlo.

-–¡Detente si no quieres que lo haga por las malas!-–le advierto mientras sigo corriendo.

Él parece no escucharme por lo que cogo las boleadoras que tenía enganchadas en el cinturón y se las lanzo a la altura de sus pies.

Me detengo esperando que las boleadoras atrapen a ese infeliz y cuando lo han conseguido, voy hacia él, con la intención de arrestarlo.

Al llegar al lugar donde estaba tendido, lo cogo dándolo vuelta.

Estaba cubierto de sangre debido a que le rompi la nariz, pero aún así podía reconocerlo.

Idiota.

-–¿¡Que rayos haces aquí!?-– le pregunto al mismo tiempo que logró levantarlo. -–Me imagino que no serás tan imbécil como para pensar en escaparte... -–Lo miro amenazante.

Él niega rápidamente con la cabeza.

-– ¿Y como pensabas hacerlo, genio?-–lo interrogo al mismo tiempo que comenzamos a caminar. Él con un poco de dificultad debido a que las boleadoras seguían enrrolladas en sus piernas.-– Necesitas dinero y...

De repente una idea cruzo por su mente.

No creo que sería capaz de hacerlo.

Lo miro esperando una respuesta.

-–¡Puedo explicarlo!-–se defiende.

-–¡Le volviste a robar a mi padre!-– exclamo totalmente enfadada-–¡Eres un maldito infeliz! ¡Imbécil! ¡Malnacido!-–lo golpeo haciendo que todos nos miren.

-–¿Qué rayos sucede aquí?-–nos pregunta William, al llegar a nuestro encuentro.-– ¡Atrapaste al ladrón y...-–lo mira con detenimiento-– ¿¡Le has roto la nariz!?

-–¡Si, Oficial!-–le contesta Suns con desesperación-– ¡Esta mujer está loca!

-–Y dímelo a mi...-– susurra él y yo lo fulmino con la mirada-– ¡Bien por ti, Staton! Ahora debemos llevarlo a la comisaría...-– me dice al mismo tiempo que tira de Suns.

-–¡No!-–me apresuro a decir haciendo que los dos me miren de forma extraña-–¡Yo me ocupo de él, William!-– sonrio con malicia, sabiendo que William me lo dejaría.

A partir de hoy, te vigilare todo el día, y haré de tu vida una mierda.

Pagarás centavo por centavo lo que le robaste a mi padre.

No sabes lo que te espera, Jeremy Suns.











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