Capítulo 4

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Andrés Gil como Ryan Kellaway (Multimedia)

VENICE

-- ¿Cómo que una semana de suspensión? -- grita el exagerado de Ryan. Mi mejor amigo, por cierto.

Nos conocimos hace seis años, en la comisaría. ¿Raro no? Él había golpeado a un hombre en la vía pública (Vale aclarar que el hombre era un policia). Estuvo doce días preso. Allí, construimos un vínculo muy fuerte ya que, en ese momento, yo era la que vigilaba las celdas.

-- ¡Si! -- exclamo cansada -- ¡Y deja de gritar imbécil! -- le golpeo la cabeza.

-- ¡No lo puedo creer! -- dice sobandose la cabeza.

-- ¿Qué no puedes creer? ¿Qué me hayan suspendido? -- digo mientras me tomo de un sorbo, todo el whisky que había en mi vaso.

-- No, que por lo que hiciste, no te hayan suspendido un mes. ¡Desobedeciste una orden del intendente, Venice! -- me sirve un poco más de alcohol.

-- ¿Quién eres? -- le pregunto molesta -- ¿Amigo de la policía? -- le digo en forma de burla.

Odio que sea tan correcto para todo.

Él se ríe mientras toma su trago -- Algún día te sacarán la matrícula. Y ahí estaré yo para decirte -- lo interrumpo.

-- ¡Te lo dije! -- ambos reimos -- Ryan, tu sabes que esto no lo hago de caprichosa, ni nada de eso. -- miro fijamente los hielos de mi vaso.

-- Si lo sé. -- sonríe sincero.

-- ¡Eso me molesta! -- hago una pausa -- Sabiendo la razón, por la cual hago todo esto, tu me regañas.

Me acaricia la espalda -- Si, ya se. Lo siento.

Trato de desviar el tema y digo -- ¡Sírveme más y cállate, niña! -- Él ríe.

-- ¡Lo que usted diga, general! -- hace un saludo militar y yo, soy la que río ahora.

-- ¿En serio no quieres casarte conmigo? -- le pregunto divertida.

-- Ahora que lo pienso... -- hace como que piensa -- ¡No! -- bebé un poco de su vaso.

-- Bueno... Tu te lo pierdes -- sonrio de lado.

-- Venice. -- me dice serio, mirandome a los ojos -- ¡Tu podrías tener a quien quieras! Eres hermosa, inteligente, honest

-- Pero no consigo a nadie que me quiera. -- lo interrumpo. -- Los hombres me tiene miedo.

Él ríe -- ¡Y si eres la Sheriff del pueblo! ¿Cómo no te van a tener miedo?

-- ¿Tú crees que puedo conseguir a alguien, que me quiera como soy, antes de que me muera, por lo menos? -- pregunto con fingido temor en mi voz.

Él me coge el rostro con sus manos, obligándome a que lo mire. -- Algún día vas a conocer a alguien que conozca como masticas ruidosamente, como bebés a sorbos, como bailas cuando nadie te ve, como te ves sin peinar... Conocerá todas tus manias ¿Y sabes lo que pasará?

-- ¿Me casare? -- digo con ilusión.

-- No -- niega con la cabeza -- Te dejará. -- me suelta y comienza a reír.

-- Ja ja ja -- río sarcástica mientras intento reprimir una risa. La hizo bien, el idiota.

-- ¡Fue muy graciosa tu carita de ilusión! -- dice sin parar de reír.

-- ¿Qué increíble que es la naturaleza no? -- intento cambiar de tema.

-- ¿Por qué lo dices? -- me pregunta extrañado.

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