Capítulo 9

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JEREMY

-–¡Auch!-–digo al mismo tiempo que me llevo una mano a mi cabeza.

-–¡Deja de quejarte, niñita!-–me regaña ella-–. ¡Tu te lo buscaste! Ahora te vigilare día y noche si es necesario, pero de aquí, no te escaparas-– me grita y me vuelve a pegar con el revolver en la cabeza.

¡Auch! ¿¡Que mierda le sucede!?

-–¡Apresurate!-–continúa gritándome-–. Quiero que cuando vuelva, este lugar, esté reluciente-–me dice para luego irse.

¡Estúpida!

¡Idiota!

¡Marimacho! 

¡Imbécil!

¡Loca!

¿¡Por que mierda me tuve que cruzar justamente con ella?

Si cree que me quedaré aquí, limpiando toda la mierda de los malditos caballos, está muy equivocada.

Tiro la pala donde estaba juntando la mierda de caballo y me dispongo a irme. Miro a ambos lados, por las dudas de que me descubra de nuevo.

Al no ver a nadie, salgo caminando del establo pero una voz me detiene.

-–¡Alto ahí vaquero!-– me grita un hombre.

Yo me doy la vuelta y al ver que me está apuntando con un arma, levanto las manos-– ¿¡Que quieres!? ¡No me mates!-– suplico verdaderamente aterrado.

Él me observa por un momento-–¡No lo haré!-–baja el arma y yo suspiro aliviado-– Pero... ¡Vuelve allí adentro o vuelo tu trasero en pedazos!-–me amenaza al mismo tiempo que me apunta de nuevo.

¡Este está peor que la otra!

Trago saliva y asiento. De a poco, me voy metiendo de nuevo en el establo-–¡Listo! Ya estoy aquí...-–le sonrio nervioso.

-–Igual no me iré-–me informa colocándose el arma en un estuche que llevaba colgado en su cintura -–. Venice me obligó a vigilarte. ¡Y aquí estoy!-– dice mientras se sienta sobre la paja.

Yo lo observo y me atrevo a preguntar-– ¿Tu quién eres?

-–Soy Peter Staton. El hermano de Venice.-–me comenta con simpatía-– ¿Y tú eres Jeremy Suns no?

Su pregunta me sorprende. ¿Acaso Venice le habló de mi?

-–Así es-– digo mientras junto horrorizado la caca de este caballo -–¿Quién te lo dijo? ¿Venice?-–pregunto de forma curiosa.

-–Si, ella me dijo-–me lo confirma.

-–¿Y qué te dijo sobre mi?-–pregunto con repentino interés.

-–Dijo que estabas loco y que tenga cuidado contigo porque dices incoherencias. Pero ahora te veo y no me parece que fueras una amenaza-– me dice divertido y yo lo fulmino con la mirada.

Y así fue, como nos pasamos conversando toda la tarde, mientras yo trabajaba y él me "vigilaba".

(...)

-–¿Has hecho todo?-– me pregunta Venice al mismo tiempo que me patea.

Estaba descansando. Tirado, debajo de un árbol. No molestaba a nadie. Y viene esta mujer y ¡Me patea! ¡A mi!

Me levanto enojado y la encaro-– ¡Si, he terminado todo! Si no pregúntale a tu hermano, que por cierto es muy simpático. Todo lo contrario a ti.-– le sonrio burlonamente y ella me asesina con su mirada.

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