·6·

269 44 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


















El silencio es pesado y tirante. Sólo se puede distinguir el chillante sonido de los cubiertos chocando en los platos, y el pasar de algunos autos afuera. Sigo con la mirada clavada en el plato frente a mí, picando el contenido que hay en él con mi tenedor. El apetito se me ha esfumado gracias a los recuerdos que revuelven a mi estómago en éste momento.

Una voz dentro de mi cabeza me advierte para que no lo haga..., que ya es suficiente, y que sólo lograré torturarme más si lo saco a colisión.   Estoy segura de que ella también debe  estar harta de mi molestia insistencia,  pero no puedo evitar callarme. No soy capaz de mantenerme al margen con este tema en especial y Julia es la única que me puede dar una respuesta para calmar a ese monstruo de la ansiedad que no deja de atormentar mis adentros.

Suspiro con pesadez, tratando de armarme de valor mental para hacerlo.

Ambas sabemos que lo haré de todos modos en algún momento de la noche, pues ya se me ha hecho costumbre el preguntarle durante nuestras cenas. Sé que lo entiende. Aún no me siento tranquila, aún necesito saber el más mínimo detalle para no ser torturada por el monstruo de la duda y de la angustia. Aun necesito saber si algún día estaré completamente fuera de peligro...

Sólo quiero dejar de temer, sólo eso.

Sólo quiero sentirme completamente libre y a salvo cuando salgo de casa para ir al instituto o para hacer cualquier otra cosa. Ya no quiero pensar en la posibilidad de ser tomada por la fuerza de nuevo. Ya estoy harta de ese monstruo de la paranoia también, pero es extraño. Ha pasado una semana desde que entré a la escuela, los chicos no dejan de portarse extraños cuando me ven, en especial ese chico, Hunter.

Aun no dejo de temerle a la forma en la que me mira. La tensión sigue siendo la misma cada vez que lo tengo cerca y sigo sin comprender sus extrañas y asustadas reacciones. Si no fuera por Lindsey y por Brandon, que hacen de mis tardes mas llevaderas en la escuela, me sentiría completamente abrumada por toda esa atención. Ambos se están volviendo dos amigos increíbles para mí. Les he contado de mi adopción ya que era lo único que me puedo permitir explicarles. Sólo les dije que viví en una casa hogar toda mi vida... Tuve que mentir, porque lo otro aún no sé cómo lo vayan a tomar, y apesar de que me han demostrado ser unos chicos comprensivos y agradables..., siento que esto es algo que puede romper con algunas de las barreras que hemos formado con nuestra naciente amistad. Nunca se sabe con las personas y yo no me quiero arriesgar a que me odien, me tengan asco o simplemente sientan lástima por mí.

La mala vibra que percibo de los otros chicos no es lo que me inquieta tanto. Si no la extraña sensación de ser acechada todo el tiempo. No se ha ido, al contrario. Últimamente, cuando salgo de casa de Julia para pasear por el vecindario o simplemente para ir a la biblioteca o a buscar algo de comida...  siento que alguien sigue mis pasos, siempre me siento acompañada. Tal vez esté volviéndome loca, incluso mi psicóloga me ha dicho que sólo es la paranoia y que alguien cómo yo, que pasó por algo tan horrible durante mucho tiempo, es normal que haya quedado con ese tipo de secuelas. Es muy común en personas con estrés postraumático y supongo que es mucho más comprensible si se videan en mi caso por la terrible situación en la que me ví envuelta.

✔️MONSTRUO (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora