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Camino apresurada por el estacionamiento del instituto, mientras trato de arreglar la delgada trenza que cruza por mi frente. Lindsey me enseñó a cómo hacerla el otro día cuando fuimos a la casa de Brandon a ver una película. Dijo que le encantaba como lucía con mi cabello rubio suelto, así que me he confiado de sus halagos para usarla aquí.

No tuve tiempo para arreglarme esta mañana, por eso trato de hacer mi mejor trabajo ahora con mi apariencia, pero creo que mi cabello sigue más enredado que una bola de estambre. Me quedé dormida por culpa de esas pesadillas y Julia no estuvo en casa para avisarme que ya se me hacía tarde para ir a la escuela. Tuve que salir cómo rayo para buscar el autobús y este tardó años en pasar, pero al menos logré llegar antes de que cerraran el instituto.

Aún hay chicos que corren a mi alrededor y que, al parecer, tuvieron un problema similar al mío ya que lucen igual de preocupados, y también suenan agitados por andar a las carreras cómo yo.  Eso me alivia un poco sinceramente, no quería armar un espectáculo con la prefecta por llegar tarde. Al menos no seré la única que hará el ridículo.

Cuando dejo de concentrarme en mi peinado improvisado, quito los audífonos de mis orejas, apago la música de Gwen Stefani que sonaba desde ellos y al levantar la mirada... siento cómo mis piernas comienzan a sentirse débiles y la sangre sube hasta mi cabeza.

La cobardía me invade por completo al verlo ahí.

Hunter.

Está de pie junto a la entrada de la escuela, recargado sobre la pared y concentrando su vista en su teléfono, pero en pocos segundos parece sentirme porque de inmediato levanta la mirada para mirarme. Trago grueso y después me concentro en seguir con mi andar normal pero mis piernas no dejan de temblar. Me siento una estúpida por reaccionar así pero no lo puedo evitar, no cuando me encuentro con esos ojos profundos.

Trato de no mirarlo mucho pero es imposible no hacerlo porque está justo en la dirección a la que ahora me dirijo, así que mis ojos tienen que estar pegados forzosamente en el frente, y, por desgracia, también en él. Me aferro a los tirantes de mi mochila y respiro profundo cuando noto cómo sus oscuros ojos se posan sobre mí con una intensidad que me cala hasta los huesos, pero es lo único que hace. Sólo... me mira. Ni siquiera se mueve cuando paso cerca de él, es cómo si no estuviera ahí, apesar de que casi rozamos hombros al entrar por la puerta. Todos los vellos de mi piel se erizan al acercarme tanto a él. Trato de aferrarme al aquí y sigo mi camino, reprimiendo difícilmente el impulso de voltear para echarle una última mirada, puedo sentir la suya clavada sobre mí aún.

Es increíble que a este chico al que le apodan"Monstruo", sea el mismo chico alegre y bromista que me contó Lindsey que era hace mucho tiempo. Antes de ser abandonado por sus propios amigos, antes de ser acusado por sin fin de horribles sospechas acerca de la extraña desaparición de su novia.

✔️MONSTRUO (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora