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Mis ojos no dejan de pasearse en todos lados, mi mano sostiene un vaso de plástico con refresco y esta no deja de temblar. Trato de respirar profundamente para controlar a la ola de nervios que llena a mis adentros en éste momento, pero me resulta un poco imposible controlarlo como deseo.  La música pop no deja de sonar por toda la casa, y, apesar de la buena vibra que emana... no me resulta suficiente para contagiarme de su buena vibra.

<<No quiero estar aquí...

No me siento cómoda..

Quiero irme.>>

Soy cobarde, lo sé. La verdad me avergüenzo de mí misma al reaccionar de esta manera y al querer sucumbir al deseo de salir corriendo por la entrada principal..., pero la verdad ya no soporto a la tensión y a los miles de sentimientos estúpidos que ahora no dejan de torturarme a mí y a mi corazón frágil. No tengo las fuerzas ni el valor para seguir estando en el mismo lugar donde también se encuentra él. No sé lo que me pasa, no estoy completamente segura de si esta ansiedad es provocada por la mera presencia de Hunter y que eso me conlleve a buscar valor para enfrentar o ignorar la extraña e incómoda situación que nos ha venido envolviendo últimamente..., pero, de lo único que estoy segura, es de que ahora me siento mal y presionada al mantenerme aquí.

Los chicos decidieron venir a la casa de Martín después de jugar en el centro comercial. Martín fue el que lo propuso y ninguno se negó a seguirlo. Brandon, Lucas, Lindsey, Eliza, Olivier y... Hunter, han empezado con una pequeña fiesta donde no han parado de reír, contar anécdotas, bailar, cantar canciones ochenteras con el karaoke y... beber. Sobre todo beber. Desde que llegaron se activaron para armarlo todo, ahora la mayoría de ellos ya lucen muy pasados y para ser sincera... eso ya me preocupó. No me gusta este tipo de descontrol, y no me refiero a odiar las convivencias entre amigos, y mucho menos me quiero dejar ver cómo una amargada aguafiestas pero a lo que me refiero... es que me da aún un poco de desconfianza la gente alcoholizada. Lo sé, estoy siendo paranoica con estos chicos tontos que no parecen lastimar a una mosca, pero cómo lo había mencionado antes... aún no estoy bien con ciertas cosas. Aún existen ciertas inseguridades en mí y el monstruo de la cobardía no deja de traerme varias memorias respecto a mi infierno pasado.

Hombres alcoholizados.

Perdiendo el control conmigo.

Tomándome peor que a un trapo.

Soportando su asqueroso olor y dolor al someterme de tal salvaje manera.

Las risas de mis amigos son lo que me traen de vuelta al aquí y regreso desorientada de mi oscuro armario de memorias para detallar mi alrededor con pobre disimulo. Suspiro al darme cuenta de que sigo sola en la cocina. Sí, desde que llegué me vine a refugiar aquí, no podía estar en la misma habitación que él. Ya me había puesto muy nerviosa e incómoda hace rato cuando jugábamos bolos en Fun-star. Hunter no dejaba de mirarme. De hecho esta vez me inquietó mucho más que las oportunidades anteriores y no... No eran miradas perversas. Tampoco divertidas o cínicas...

✔️MONSTRUO (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora