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El frío me acapara de golpe al salir el pequeño aparcamiento que se encuentra afuera de la cafetería. Miro hacia todos lados antes de avanzar y después me abrazo a mí misma, por encima de mi abrigo blanco. Este me lo regaló Julia ayer, fue una sorpresa. Esa mujer nunca deja de ser tan detallista y linda conmigo. Es muy bonito, aún tengo miedo de tocarlo con mis manos y dejar algún rastro de suciedad, sin embargo trato de hacer a un lado mis absurdos nervios y mi preocupación al respecto, para cubrirme cómo ahora lo anhela mi tan temblorosa piel. Noviembre cada vez se vuelve más helado, aún así es de mis épocas favoritas.

Hace cuatro años que no tenía un noviembre así, frío, libre de tensión y de tristeza. Mi corazón aún es atormentando por un dolor de pérdida que persistirá en él... creo que para siempre, pero, al menos, en esta época... ya no lo resiento cómo en las otras veces.

La noche ha caído en su totalidad, tan oscura pero su cielo destacando por muchas estrellas en esta ocasión. Luce mágico, le quita la vibra tétrica que percibo a mi alrededor por lo solitario que se encuentra todo en este momento. Vine a la cafetería que está a un par de calles de la casa de Julia, por un anuncio donde se solicitan meseros y personal para lavar loza. Lindsey me comentó de él esta tarde cuando estábamos en la escuela, pues le había dicho antes  que quería buscar empleo para no quedarme sin hacer nada en las vacaciones.

Me siento algo desanimada, pues para conseguir el empleo tenía que contar con al menos dieciocho años cumplidos. Creo que Lindsey no se percató a tiempo de ese detalle para advertirme. En fin, no es su culpa y no estoy molesta, pero sí me siento un poco desilusiónada. Había considerado el preguntarle a Sarah si había alguna vacante en el local donde ella trabaja por ahora, pero ya he recordado lo que me había comentado ella, al respecto de que ya habían despedido a algunas chicas porque ya eran suficientes con las personas que tenían por el momento.

Diablos...

Viene navidad, y quiero hacerle algo especial a Julia. Es lo mínimo que merece después de todo lo que ha hecho por mí. También quería darle un detalle a Lindsey y a los chicos... Lo merecen y de alguna manera quiero demostrarles mi gratitud y mi cariño por ser parte de mi nueva vida, pero por ahora... no cuento con los recursos suficientes. Julia me ayuda con lo que necesito, pero esta vez quiero conseguir un poco de dinero por mi cuenta para darles una sorpresa, aunque sea pequeña.

No quiero perder la esperanza de encontrar algún trabajo antes de esa fecha, pero ya lo estoy viendo un poco imposible por ser menor. No creo que nadie quiera contratar a una chica de quince años que no tiene experiencia en nada, más que en...

¡No vayas ahí, Maddie! ¡No lo hagas!

"— Vamos, tú sabes que eso es para lo único que has servido. Ya estás sucia de todos modos."

Sintiendo un gran estrujamiento en mi corazón... trato de volver al aquí y dejar de lado la voz insidiosa del monstruo de la culpa. Siempre es lo mismo con él. Aveces siento que tiene razón al decir que soy una inútil y una sucia y que, haga lo que haga, nunca va a dejar de serlo.

✔️MONSTRUO (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora