Capítulo 7: Rebelión - Parte 01

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Debido a la gravedad de las heridas de Jurien, Rumpel había decidido que lo mejor sería llevarla a la clínica más cercana, para que pudiesen tratarla mejor de lo que él podía hacerlo con los medios de los que disponía en la Marchen. Annice dijo que les acompañaría a la clínica, y para mi sorpresa también optaron por ir tanto Ophelia como sus dos hijos. Por ahora, los únicos que quedábamos en la taberna éramos Delora, Waltz, Karma y yo. A diferencia de otras veces, me sentía especialmente incómoda en su presencia.


Quizás no lo digan en alto, pero estoy segura de que me culpan por lo que está pasando en Angielle ahora mismo. Necesito enmendar las cosas cuanto antes.


En esos momentos me encontraba en la taberna, sentada en una mesa junto con Delora. Mientras le daba vueltas a esos pensamientos, cerré mis ojos y note cómo un súbito mareo me invadía. Madre siempre había sido la persona que más me había importado, y precisamente porque ella había sido tan importante a mis ojos, jamás la había cuestionado ni desobedecido. Ella fue mi luz en los días en los que solo había oscuridad, y no podía evitar sentirme culpable por darle la espalda.


Pero no tengo elección. Si no detenemos a Madre, quién sabe cuántas vidas más se perderán.


— La única forma de detener a Madre es matándola, ¿verdad? —le pregunté a la bruja, yendo directamente al punto clave de la cuestión.


— Lo lamento, pero de verdad que éste es el único camino —me respondió la bruja.


...Sí, eso lo sé. Pero la verdad es que no creo que sea capaz de matarla yo misma.


Delora tenía una mirada peculiar en sus ojos, como si supiera exactamente lo que pasaba por mi cabeza, y después se giró hacia Waltz— Nos marcharemos tan pronto Parfait regrese de su reunión con las hadas. Si para entonces puedes usar tu magia al cien por cien, entonces quizás tengamos una oportunidad.


— ¿Magia? —pregunté antes de que Waltz pudiera responder, frunciéndole el ceño con extrañeza— ¿De qué estás hablando? Waltz solo sabe hacer trucos callejeros de magia. ¿En qué podría sernos de ayuda?


— No subestimes a nuestro pequeño mago —dijo Delora, sonriéndome de forma traviesa— Waltz es un brujo y es mucho más fuerte de lo que aparenta a simple vista.


Mis ojos se abrieron de par en par al escuchar esa afirmación, y no tardé en posar mis pupilas en el joven de ojos escarlatas.


— ¿Eres un brujo? ¿De verdad? —exclamé, del todo asombrada. Ni en mil años me habría imaginado que ese niño de pelo negro y cara risueña podría ser de la misma condición de Madre, Delora y Sir Mythros.


— Ya sabes que tengo la maldición de Nunca Jamás —dijo él.


— Así es —confirmé, aún con ciertas dudas. No conocía ese cuento en concreto, pero aun así ¿qué tenía que ver su maldición con todo esto?


— Tu madre fue la bruja que me maldijo —confesó Waltz, desviando su mirada hacia otra parte.

~Cinderella Phenomenon~ Ruta de FritzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora