~Cinderella Phenomenon~ Ruta de Fritz

Capítulo 6: Insurrección - Parte 02

Jurien era muy rápida, pero Madre lo fue más. Alzó su mano diestra y tras un terrible destello de luz, vi cómo mandaba a Jurien despedida hacia atrás. Por fortuna, Garlan logró atraparla a tiempo de evitar que chocase contra el muro o el suelo y se lastimara.

— Y tú defiendes su honor como si fuese una especie de pobre damisela —añadió Madre, mirándola con crueldad— Qué patética.

Garlan habló a Jurien con voz suave, ignorando a mi madre y ayudando a la rubia a ponerse en pie tras semejante impacto— Jurien, por favor. Tan solo intenta provocarte.

— ¡Eso ya lo sé! —gritó Jurien, apartando la mano de Garlan con brusquedad y dedicándole una mirada asesina a Madre. La bruja continuaba en el mismo lugar de antes, dedicándole una terrible sonrisa.

A ella todo esto le divierte. Es solo un juego, nada más.

— Saca a la princesa de aquí, Garlan —le ordenó Jurien, recuperando su espada del suelo.

— ¿Q-Qué estás diciendo? —le pregunté. Tanto Garlan como yo la observábamos atónitos, entendiendo perfectamente el mensaje que escondían sus palabras y del todo en contra con el mismo.

— ¡No pienso dejarte aquí! —le dijo Garlan, viéndose por primera vez fuera de sí.

—Cuando ella esté a salvo, regresa a por mí. —le pidió ella, girándose después para mirarle con una dulce sonrisa en su rostro— Confía en mí, Lan.

Hubo un largo silencio mientras sus miradas conectaban, diciéndose con ese sencillo gesto palabras que ninguno de los dos llegó a verbalizar en alto. Eventualmente, los hombros de Garlan se hundieron y el joven acabó cediendo a la petición de Jurien.

— ...Está bien —le respondió. Los dos apretaron su agarre en sus respectivas espadas, y volvieron a girarse hacia Madre, quien les miraba con expresión aburrida en el rostro.

— ¿Has acabado ya? —le preguntó a Jurien al percatarse de que volvía a prestarle atención.

La reina ni si quiera se había movido, pero su presencia en ese pequeño túnel era abrumadora. A cada segundo que pasaba, el aire se cargaba más y más con la presencia de su magia. A pesar de que estaba convencida de que Jurien era capaz de percibirlo también, la joven volvió a adoptar su postura defensiva de antes, con sus extremidades relajadas y equilibradas. Parecía del todo imperturbable.

— Lista cuando tú lo estés —le respondió, sin que le temblase si quiera la voz.

Madre, no obstante, no la atacó. En vez de eso, su rostro se movió con gracia en mi dirección y su mirada se fijó en la mía una vez más:— Lucette, detén esta tontería —me ordenó, frunciéndome el ceño con exasperación— No es el momento para juegos. Sé una buena chica y regresa a tu dormitorio. —un denso silencio se creó en la sala mientras la miraba sin decir nada, consiguiendo por primera vez arrancarle una reacción a la reina— ¿Cariño? —Madre volvió a llamar mi atención, extrañada con mi actitud. A pesar de lo que temblaban mis piernas, me mantuve firme frente a su penetrante mirada y cogí fuerzas de la firme presencia de Garlan, quien permanecía detrás de mí.