Capítulo 6: Insurrección - Parte 01

226 16 10
                                    



— Lucette... —la voz de mi madre sonaba irritada. Sentía sus ojos verdes posados en mí, fijamente, esperando a que hiciese lo que me había ordenado. Sintiéndome del todo impotente, alcé mi mirada suplicante hacia la reina Hildyr y dije:


— No puedo hacer esto —esperaba que ella me comprendiese, que no insistiera más, pero mis esperanzas fueron del todo inútiles. Madre chasqueó la lengua antes de hablar de nuevo.


— No te estás esforzando lo suficiente —me reprochó ella.


— Pero yo...


— Es casi como si no quisieras completar tu entrenamiento —dijo ella, hablando por encima de mi voz y silenciando la mía. Desde que Madre había regresado, había cumplido la promesa que me hizo la noche de nuestro reencuentro: todos los días se reunía conmigo en el salón del trono y me enseñaba a usar mi magia. Pero sus métodos eran... En fin, me era imposible estar de acuerdo con la forma en la que me instruía.


— Pero esto es... —empecé a hablar, aunque nuevamente ella me interrumpió.


— Un pajarito, nada más —su voz era tan fría como el hielo y en su mirada empezaba a ver los primeros destellos de la ira. Aun así, eso no evitó que protestase.


— ¡Este pájaro sigue vivo! —le grité, viendo cómo el animalito se movía sin parar.


Lleva intentando escapar de esta cúpula desde que fue atrapado. Ni si quiera está malherido, soy incapaz de lastimarlo.


— Tu gran corazón será el final de todos nosotros, Lucette —me regañó Madre— ¿Sientes esa clase de confusión cada vez que almuerzas? ¿Necesito recordarte a cuantos animales matamos diariamente para poder alimentarnos?


Pero esto es diferente. No queremos comernos el pájaro, no quiere matarlo por necesidad, sino para que practique con mis poderes. Pretende que arrebate una vida injustamente. ¿Por qué Madre no puede verlo?


— Lo único que estás haciendo es agitar el aire de la cúpula. Se supone que esta lección trata sobre el control de tu magia. ¿Cómo sino vamos a saber cuándo tienes éxito sin un barómetro? —sabía que tenía razón en esa parte, pero aun así seguía en mis trece. No podía forzarme a hacer algo como eso. Al comprender que sus palabras no conseguirían nada por mi parte, Madre alzó sus manos. Sin aparente esfuerzo por su parte, manipuló el aire que había en la pequeña cúpula donde estaba encerrado el pájaro hasta hacerlo desaparecer, asfixiando al animal— ¿Ves ahora lo fácil que era?


Yo no dije nada en absoluto. Mis ojos miraban en shock el cuerpo sin vida del pájaro, fijándome en sus alas desplegadas y en sus ojos de mirada vacía. Semejante visión trajo a mi mente, para mi sorpresa, un recuerdo que no sabía que tenía si quiera. Esta situación ya había pasado antes, cuando era una niña, y al igual que ahora había sido incapaz de salvar la vida del pájaro.


Todavía sigo sin poder salvar a nada ni a nadie.


~Cinderella Phenomenon~ Ruta de FritzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora