CAPÍTULO V: Si no es amor.

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~Marte <3
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"Canis habet oculos, cor cervi."
Tiene ojos de perro, pero corazón de ciervo.

MARC.

El castaño abrazaba una almohada con brazos y piernas. Eran las 5 de la mañana. Ya había aceptado con resignación que no iba a ser capaz de dormir esa noche.

Llevaba varios días sin conciliar el sueño. Terminaba yendo al instituto con el semblante de un muerto viviente, se dormía en las clases de inglés, regresaba a casa, comía y quedaba rendido en el sofá hasta las 8 de la noche.

Todo había comenzado la semana pasada, cuando llevó a Klaus al parque.

Tras el incidente Marc no pegó ojo, buscando excusas y explicaciones para que el rubio le perdonase.

Pese al cansancio acudió emocionado al instituto sujetando una carta hecha a mano. El adolescente tenía una letra espantosa e ilegible, pero había puesto todos sus esfuerzos en hacerla elegante y bonita.

Tampoco se le daba bien exteriorizar sus sentimientos. Creía que mostrarlos lo hacían ver vulnerable. Sin embargo puso todo su esfuerzo en tratar de explicar por escrito cómo se sentía.

Klaus no apareció a primera hora. Marc seguía con la sonrisa en el rostro. No iba a desanimarse.

Pero el chico jirafa no llegó. Y las esperanzas del castaño fueron minadas.

"Ayer estaba resfriado, seguro que hoy se quedó en casa por eso." Se repitió el joven durante el resto de la jornada.

Pero los días fueron pasando, y al ver que Klaus no acudía dejó de llevar la carta al instituto.

El castaño no quería aceptar que la ausencia del chico jirafa le afectaba más de lo que debía así que hizo como si no le importara.

Cuando se cumplió una semana desde que el rubio no asistía a clase Marc dejó de fingir y mostró su preocupación abiertamente.

Ya debería haber regresado a clases. Uno no falta tanto por un simple resfriado...
¿Y si en realidad no acudía al instituto porque no quería verle?
Era una idea absurda, pero al adolescente le parecía plausible.

Necesitaba hablar con alguien. No podía acudir a Dani por obvias razones. Tampoco a Carla, que era incapaz de guardarle un secreto a su novio. Sus demás amigos no eran lo suficiente cercanos. Eso sólo le dejaba con dos opciones: hablar con Luna o hacerlo con su grandma. Y la primera era nefasta en las relaciones amorosas.

Se levantó de la cama y estiró la espalda. Se puso una pantaloneta de cuando jugaba baloncesto, unas deportivas y su sudadera blanca. Cogió las llaves y el móvil y salió con sigilo de casa para evitar encontrarse con Trisha. Desde el incidente su preocupada madre no paraba de hacer preguntas y de intentar pasar tiempo con él. Era insufrible.

Una vez en la calle se colocó sus auriculares y eligió una canción.

Cuando "Du Hast" de Rammstein comenzó a sonar emprendió la carrera.

Se dirigió trotando a un parque cercano. Cuando llegó ya estaba jadeando y tenía flato.

—Tengo que dejar de fumar.—Dijo para sí mismo.

Se inclinó hacia delante apoyando las manos en las rodillas en un intento de reducir el dolor.

Había dejado de estar en forma.
Reemprendiendo la carrera se prometió a si mismo que volvería a hacer ejercicio. No quería perder sus marcados abdominales que tanto trabajo le había costado conseguir.

Klaus (gay/yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora