Sirena

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"Hagas lo que hagas, nunca se acerques a una sirena"

Ryunosuke nunca había tenido razones para desconfiar de su tutor. Nunca le desobedeció. Más que su tutor, era la persona que admiraba y sabía que si Dazai le decía algo tenía una razón para ello, tarde o temprano descubría la razón por la que se lo había pedido y se alegraba de haber obedecido.

"No las mires, no les hables"

Pero por más que le buscaba sentido a esta orden no lo encontraba. Habían pasado semanas desde el primer encuentro con una y había tenido noches enteras sin dormir buscando sentido a las palabras de Dazai sin resultado alguno.

"Ellas te quitarán lo que más amas"

Gin seguía en su cuarto. Gin no había tenido contacto con ninguna.

"No sigas su voz"

Su sirena no cantaba, nunca cantaba, siempre tenía una sonrisa triste y melancólica.

"Mucho menos toques a alguna"

Pero si no lo hacía él ¿quién curaría la cola de su sirena?
Hace tres semanas, mientras daba un paseo cerca del mar vio algo extraño moverse en la arena. Según sabía esa parte pertenecía a Dazai y nadie entraba sin autorización, con bastante curiosidad de acercó corriendo, y entonces le vio: arrastrándose en la arena, intentando regresar al mar, asustada de él. Al inicio no había sabido reaccionar, pero tras unos minutos notó la cara de dolor que ponía cada que movía su cola. Sin pensarlo mucho le tomó del brazo y le pidió que no se moviera. Acomodó la cola en un buen ángulo y le dio una pastilla de las que siempre cargaba para el dolor, no sabía si tendría efecto, después de todo, eran pastillas humanas pero verle así de indefensa y lastimada le provocaba un gran pesar.
Cuando la pastilla hizo efecto, le cargó y caminó hacia un manglar. Quería curarle de forma adecuada, no estudiaba medicina por nada.

"No creas en lo que dicen"

Siempre que hablaba de su hogar en el mar, sus ojos se iluminaban, sonreía sinceramente, era feliz.

"No dejes que entren en tus sueños"

¿No era asombroso como lograban comunicarse en las noches? La primera vez creyó había sido solo un sueño, pero cuando volvieron a hablar confirmó había sido muy, muy real.

"No les mires a los ojos, será tu perdición"

Ojos heterocromaticos, amarillo y lila en armonía, al contrastar con la luz de la luna no habían nada más hermoso.

"Pero aún más importante, no entres al agua junto a una"

Y en el borde del risco, a un paso de saltar, intentó recordar por qué no debía hacerlo, Dazai le había dado una razón, estaba seguro de ello, aunque no lograba recordar.

-Ven Ryu, el agua no está tan fría como parece- Por primera vez hablaba con un tono muy animado.

-Yo... No puedo ir, no debo ir- quería sonar firme, pero sus dudas eran papables en su voz.

-¿Por qué no? ¿no somos amigos? - sonaba realmente triste por ello y para Ryunosuke fue como presionar su corazón.

-Dazai dijo que...

-Dijo que no debías entrar con una sirena, pero yo no soy una sirena, soy un tritón.

-Atsushi, de verdad- de verdad quería entrar, pero su tutor le había dicho que no, tritones y sirenas eran la misma especie.

-Ese soy yo. Aunque no lo creas, hay diferencias ellas cantan, yo nunca he cantado ¿no es así? pero ven, quiero mostrarte un lugar.

Y sin pensarlo más, saltó.

"Porque te devorará"

Ahora recordaba, esa había sido la razón que Dazai le había dado, pero ya era tarde, Atsushi estaba clavando unos afilados dientes en su cuello.

VidasWhere stories live. Discover now