Disfraz

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Hay un oscuro secreto que la Agencia Armada de Detectives guarda recelosamente. Este año Atsushi y Kyouka serán informados, eso sí, para entrar en la sala de juntas todos deben identificarse.
Cuando al fin están sentados Kunikida se levanta y enciende el cañón. La imagen al frente dice MNS con letras grandes en color rojo, los novatos tiemblan ante lo que eso pueda significar.

-Otro año ha pasado y estamos en la fecha nuevamente-pronuncia con tono solemne y los veteranos bajan la mirada. -Sin embargo, este año tenemos dos nuevos reclutas y es necesario darles un puesto.

-Atsushi-kun puede usar mi puesto- declara Dazai seriamente y el chico tigre tiembla.

-Yo nunca podría ocupar el lugar de Dazai-san.

-Atsushi-kun, tienes toda mi confianza puesta en ti. Sé que podrás.

Atsushi no sabe que decir. No se cree merecedor de tanto y teme su negativa sea interpretada como groseria. Su debate interno es interrumpido cuando Kunikida golpea a Dazai con su libreta.

-Deja de flojonear, serás tú quien use el disfraz.

-Kunikida-kun, Ats-

-Prosigamos-dice ignorando al castaño- Misión Navidad Secreta. Cada año nos encargamos de darles juguetes a los niños en las plazas. Esta no será la excepción.

Ni Kyouka sabe como reaccionar a eso, aunque sigue sin entender cómo pudo creer era algo muy serio. No dice nada, el chico tigre se ve igual que ella y ambos se limitan a aceptar instrucciones.
Kunikida y Dazai usarán el traje de Santa. Los demás deberán ser elfos y ayudar. Eso sí, para resguardar el secreto (una gran parte de sus ingresos viene de ese evento) todos deberán cubrir su rostro. Con todo aclarado y disfraz en mano cada uno se va a su casa.

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-Dazai, llegas media hora tarde y no traes tu disfraz de Santa. Tienes cinco minutos para justificar o voy a ahorcarte.

Debían empezar a las cinco de la tarde, pero Dazai recién esta llegando al cinco... Para las siete. Si eso puede empeorar va sin su disfraz, lleva un suéter café y un pantalón simple. Ni como elfo pasa.

-Estaba dispuesto a usarlo, de verdad que sí-empieza con las manos del rubio en su cuello- pero pensé ¿No será confuso para los niños ver dos Santa? ¡Creerán que uno es falso! Entonces sus esperanzas en la Navidad serán rotas y les arruinaremos la fecha. No, no, no. Tal atrocidad no puede ser realizada por mi.

-La semana pasada tú fuiste quien le dijo al mocoso que Santa no existe, y no de forma amable como Kenji-kun sugirió, fuiste directo a decírselo como chismorreo y fotografiaste su cara al enterarse.

Mientras habla empieza a apretar la garganta pero en un movimiento bastante ágil Dazai logra librarse.

-Bueno, Atsushi-kun es mi aprendiz, necesitaba lo supiera. Pero los niños del mundo... No, no, imposible. Aunque si Kunikida-Kun no puede hacer el trabajo solo...

Dicho esto, empieza a caminar a la salida, pasa tomando una de las capas rojas que iban a regalar y sale. La paciencia del rubio se acaba y sin dudar se arroja sobre él. Antes de alcanzarlo Ranpo se atravieza.

-Déjalo. Hoy verá a su novio, por eso no quizo usarlo.

-¿Novio? ¿No siempre está hablando de suicidio con mujeres?

Ranpo encoge los hombros, realmente no le interesa.

-Es cosa de ellos, de todas formas, el sueter que trae es regalo de su pareja.

Lo único que la mente de Kunikida puede procesar es una pregunta:

¿Realmente alguien puede soportar a Dazai como pareja?

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Son las tres de la mañana, su trabajo al fin a terminado pero la pregunta sigue rondando la mente de Doppo. Incluso ha estado intentando imaginar qué tipo de hombre es el que ha soportado a Dazai. Uno admirable, sin duda.
Todos empiezan a irse, pero Dazai se queda mirando la carretera, esta esperando a alguien, es más que obvio.
Atsushi, al ver a su superior así se acerca, Kunikida también, la curiosidad es grande, después de todo, solo ellos tres quedan en el lugar.

-Dazai san ¿espera a alguien?

-¿Esperar? - dice mientras ríe - no, estaba pensando ¿Qué tan doloroso puede ser morir congelado?

Bien. Debió esperar eso. Quizá esta vez Ranpo se equivocó, no hay nadie que pueda soportar a Dazai y sus intentos de suicidio, está seguro que ello. La curiosidad que ha tenido no es mas que una perdida de tiempo, concluye Doppo, se pone sus guantes y empieza a irse, Atsushi le sigue, pero media cuadra después recuerda a dejado su maleta. Deja al peliblanco y regresa con calma por sus cosas.

Al llegar nuevamente a la plaza lo ve.
Talla sus ojos, asegurándose no es una alucinacion. Pellizca su brazo pero el resultado es el mismo:

Dazai besando a alguien, alguien que él no puede ver porque el cuerpo de Dazai le cubre, sostiene un casco en su mano derecha mientras con la otra acaricia el cabello del suicida. Ambos recargados en una moto. Cuando se separan el desconocido entrega un casco a Dazai y se pone el suyo.

Mientras suben a la moto puede ver su figura, usa gabardina y pantalón negro, un chaleco rojo y guantes.

Está seguro de haberle visto antes, pero no logra recordar dónde. Lo último que escucha es a Dazai riendo mientras abraza a su pareja y grita "acelera, acelera".

Para cuando se da cuenta, está en su departamento y una nueva duda alberga su mente: ¿Cómo puede existir alguien que soporta a un suicida, pero no la mujer ideal?

VidasWhere stories live. Discover now