Arata ha vivido con Osamu y con Chūya desde que tiene 5 años. Él era un simple huérfano que por alguna razón ellos decidieron acojer.
Nunca ha entendido las razones y cuando lo pregunta Chūya le da un pequeño golpe en la cabeza "Eres nuestro hijo, no debe importarte nada más" contesta mientras sonríe.
Osamu por su parte, al escuchar la pregunta suele reír y decir "me recuerdas a mi, siempre pensaba demasiado las cosas cuando niño" para luego revolver su cabello e ignorarle.Arata ama a ambos, no le importa si ninguno es una mujer porque ellos le han enseñado qué es un hogar.
Dazai llevándole juguetes, libros, ayudándole cada tarde con sus tareas, haciendo cosas que ningún otro padre haría, como enseñarle a explotar una bomba y como abrir cerraduras con un simple pasador para cabello.
Chūya, cantándole cada noche, llevándolo a parques, enseñándole artes marciales, haciendo la comida que tanto le gusta o anulando la gravedad para que pueda flotar por toda la casa.Sin embargo, Arata sabe que hay reglas sagradas en la casa. Por ejemplo:
1- No puede decir ninguna grosería.
2- Debe pedir las cosas correctamente.
3- No puede tocar el vino o sombreros de Chūya.
4- No puede tocar las vendas ni libros de Dazai, en especial el manual del suicidio (aunque ya esté casi roto).
5- No puede mencionar a nadie su padre (Dazai) le ha enseñado a disparar armas además de crear explosivos caseros.
6- Y sobre todo, si sus padres le ordenan ir al hogar Akutagawa él debe ir.
Romper alguna de esas reglas tendrá malas consecuencias para él, lo sabe de memoria. No es como que estén escritas, pero definitivamente existen, es una cuestión de supervivencia simple y pura. Por eso es que ahora está escondido en el clóset. Ha escrito ya su testamento y solo espera que Chūya llegue para dictar la sentencia.
Al estar solo, la casa se ha sumido en silencio, por lo que es fácil escuchar cuando alguien llega. Cierra los ojos y se concentra para calcular dónde está el recién llegado, como su padre le ha enseñado.
Sabe que ha ido hacia la habitación de sus padres, ha azotado la puerta y después escucha pasos apresurados por el pasillo, hacia su propia habitación, temblando ruega a todos los dioses existentes se apiaden de su alma.
Cuando el closet es abierto y él está listo para morir, su padre Dazai entra y se sienta junto a él.Su respiración está agitada y pareciera quiere reir, pero no es una risa de las que suele dar en casa, ni siquiera la que usa en el trabajo. Jala su cabello y respira. Cuando ya se ha calmado mira a su hijo.
ー¿Qué hiciste?
ーIntentaba limpiar los vinos y quebré tres botellas. ーDazai silva bajito y ríe. ー¿Y tú?
ーCompré nuevos explosivos, pequeños, solo iba a mostrarte cómo funcionan. Los guardé en el closet de nuestra habitación. Acaban de explotar y los sombreros de Chūya estaban al lado.
Esta vez es Arata quien ríe. Dazai suspira.
ーHace algunos años, yo soñaba con morir en un suicidio doble. Irónicamente, voy a morir en manos de quien amo y será un homicidio doble, porque de esta no salimos ni tú ni yo.
Los dos empiezan a reír, no saben por qué lo hacen, pero eso les relaja un poco.
ーBueno, papá ama cuatro cosas. La primera son sus sombreros, la segunda su vino, la tercera su moto. El cuarto lo ocupamos nosotros. Ahora que ha perdido las primeras quizá nos deje vivos para no perderlo todo.
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Vidas
FanfictionDamas y caballeros esta noche les contare la trágica historia de una princesa que no era princesa, de un profeta que no era profeta y de un simpe chico que como imaginaran no era un simple chico. Pero no os he dicho todo, esta historia es completame...