Doha Assad, una chica musulmana, está a punto de enfrentar el rigor de una pena de muerte que dará un giro radical a su mente en el poco tiempo que le queda. ¿Logrará afrontar con madurez esta sentencia antes de morir?
#1 SENTENCIA: 22/11/18
#1 PENA...
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2:00pm
Después de darme un delicioso almuerzo de pan pita con hummus recargado con mucho tahini (salsa de sésamo), ¡¡¡¡uufff!!!, un manjar del Cielo; me trepé por la abertura del cuarto e intenté buscar un lado cómodo para admirar el paisaje. Me quedé ahí aproximadamente una hora, apreciando los detalles que nunca llegué a observar en todos mis años aquí en Tayma. Ver al pastor pasar con su gran rebaño de cabras, al imán que lidera las oraciones en la mezquita mientras lee un libro de cuero y se termina estrellando contra la pared... muy normal para las personas que leen bastante; la carreta llena de suministros para construir el nuevo almacén familiar...todo común y corriente, aunque al final logré ver a mis amigas, Aziza y Hamida, mientras reían a carcajadas en la calle; con sus grandes velos que cubrían todo excepto sus ojos, así como el mío. Tuve una ganas de salir corriendo y abrazarlas con todas mis fuerzas...
Viendo esta escena, se me vino la idea a la cabeza de explicar a mis lectores qué tan cierto es todo lo que hablan sobre las prohibiciones a la mujer aquí en Arabia Saudita. Primero que todo quiero afirmar que sí, la desigualdad de género es grande, tanto que la sociedad tiende siempre a segregar entre los dos géneros en todos los lugares, incluso las casas tienen su lado de mujeres y el lado de hombres. Esto se da igual en restaurantes, filas, negocios, puertas, etc... Aquí va un ejemplo:
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Además, apenas hasta hace poco se dejó a las mujeres ir sin compañía de un hombre al trabajo (si tienen, porque la mayoría no trabajan), manejar autos o ir solas al hospital; todo esto promovido por nuestro rey Salmán, que intenta modernizar el país, aunque la misma sociedad a veces se oponga a eso. Muchas medidas como las anteriores son buenas y la mayoría de saudíes las acogen bien, pero en general no queremos llegar hasta los límites como Jordania o Turquía; en que el velo es muy poco usado y son casi iguales a los occidentales. Nosotros queremos preservar nuestra cultura: amamos el velo, que un hombre nos acompañe, orar en la mezquita, son cosas que cada musulmán disfruta de su vida diaria.
Con respecto al velo, hay que aclarar que hay muchos tipos de velos, y que no todos son "burkas", como dicen muchos occidentales. Hay desde los velos suaves, que cubren sólo el cabello (shayla), hasta el niqab que sólo deja ver los ojos o la verdadera burka; la cual que tapa completamente el cuerpo y se usa muy pocas veces en los países árabes, excepto Afghanistán donde es ampliamente usado. Y en general, de vestido usamos las abayas, unos trajes completos bastante holgados, de tela gruesa, que son en su mayoría de color negro, aunque hay excepciones... como los míos, que son de colores variados. Todo este código de vestimenta lo llamamos hijab.
