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8:00pm

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8:00pm

A partir de ahora, los capítulos serán más cortos, aunque serán igual de interesantes. Disfruten mi final

Apenas pude escribir ese pequeño fragmento mientras Mawiya me veía algo atónita. Al menos, ella logró entender la situación. Después de escribir el final del capítulo anterior, me lancé hacia ella y me puse a reír como loca mientras la abrazaba fuertísimo. Aunque tuviera a mis padres cerca, ya me había acostumbrado a tener una madre adoptiva tan valiosa como ella. Me hacía falta su presencia; sus risas, sus historias, su drama... Volvía a ver a mi noble guerrera:

- Ya, bella Doha, yaa. Mira, ya estoy aquí - Mawiya se quitó su velo y lo lanzó al piso- ¿¿Cómo te han tratado, mi niña?? Sé que es duro, pero quiero apoyarte.

- Ay querida, todo lo que he pasado. El encierro es horrible y permanezco inquieta todo el tiempo. Extraño a todos... -le decía con pesar- Pero, ¡¡¡me debes una explicación!!! ¿¡¿¡Qué hacías en una limusina real?!?!? 

- Emmm..... la verdad no tienes ni la menor idea de quién soy yo...

Me quedé impactada, y de inmediato me quité de sus brazos. Me asusté; tuve rabia

- En realidad, mira. Es muy complejo de entender y es muy duro para ti. Pero no quisiera que te enojaras conmigo. Lo que hice fue por protección y para que todo fluyera mejor. Perdóname por favor - se veía su expresión pesarosa.

- A ver, cuenta -dije con la mayor indiferencia posible. Me sentí ultrajada, aunque... ya ni valía la pena, todo lo que había pasado, me convirtió en una insensible de cierto modo.

- Emmm.... primero que todo, la verdad no soy tan común y corriente como lo parezco. Mi nombre en realidad es Mawiya Bin Abdulaziz As-Saud, y... soy princesa, hija del difunto rey Abdullah -miró al suelo con miedo, mientras yo hice un fuerte suspiro; me impresioné- Yo siempre he sido escondida por mi padre, ya que era bastante polémico mostrar a una hija mujer, más si yo era de las primeras. Y pues, durante mucho tiempo estuve encerrada en lo más profundo del castillo. Durante ese tiempo conocí a Jalil, que en esa época era un joven fortachón y caballeroso. Me regalaba joyas y siempre se sentaba a mi lado en las fiestas, ya que era aún un aprendiz de su padre, quien era gran amigo de mi papá, el rey. Nuestro amor floreció y efectivamente, mi padre decidió casarnos, porque era una gran unión familar. Eramos felices y vivíamos tranquilos en una casa dentro del mismo palacio....

 Eramos felices y vivíamos tranquilos en una casa dentro del mismo palacio

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- Ohh, Mawiya... perdón, Su Majestad -me sentí algo afligida por haber dudado de ella- lo hubieras contado, por Alá....

- Ay mi niña, no te preocupes. No es tu culpa; además, no me llames Su Majestad, soy Mawiya al fin y al cabo - me acarició la cara suavemente mostrando su blanca sonrisa- Bueno, voy a continuar. Con el paso del tiempo, el padre de Jalil se puso muy débil y lo nombró el jefe de la compañía a él. Entonces, comenzaron los incidentes. Cobros exagerados, documentos extraños, enredos en los contratos de joyería, robos, etc. Por lo que mi padre nos mandó a retirarnos del castillo y engañó a mi esposo con la idea que perdía mis títulos reales, pero fue falso. Me convertí en una infiltrada. 

Mucho tiempo pasaba revolviendo expedientes en el estudio de Jalil, y no podía encontrar nada.  Pasó muchos años, y llegaste tú, a través de ti descubrí gran parte del expediente; encontré toda la evidencia de tu matrimonio forzado y de miles de robos a la Casa Real. Corrupción, torturas y asesinatos también encontré. Todo listo, aunque... yo aún lo amo. Sólo tu situación, creo valor en mí. Después de que te llevaran arrastrada por lo policías, me apaleó con un bastón y me pateó... todo lo que quieras -Mawiya se levanto la abaya y me mostró la piel negra con mucha cicatrices- También cogió una cuchilla y me empezó a herir los brazos, me maldecía, me dijo las palabras más ofensivas que pudo... me amarró y me lanzó a una de las bodegas de oro. Después de mucho esfuerzo, descubrí una salida; caminando logré llegar a una calle en que me recogieron y pude volver a mi palacio. Interrumpí a Mawiya de inmediato.

- Es decir, que si no estoy mal y tú piensas lo mismo que yo

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- Es decir, que si no estoy mal y tú piensas lo mismo que yo... ¿¿Es verdad?? -yo estaba colapsando, era impresionante que viví con una princesa por todo este tiempo.

- Si, definitivamente lo denuncié. Fue duro, porque los rezagos del amor aún quedaban en el corazón; pero lo último que hizo me dio el impulso final para realizarlo. Es que, su ira fue impresionante. Sabía que el país no debía seguir teniendo alguien así y con tanto poder. Tan pronto me rescató una familia de transportadores, me lograron llevar al palacio y gracias a mi tio, el rey Salmán, confiscaron absolutamente todo. Ahora, Jalil está encarcelado y todos sus bienes pasaron al Estado, quien reparó todo el dinero perdido y dio una parte a tu familia como indemnización; sin embargo, será imposible salvarte pequeña...

- Si, ya lo preveía -exclamé con nerviosismo- Estoy lista para partir.

- Ya lo sé querida, pero vine a traerte algunas cosas.. emm, que dejaste en la casa -llamó con un grito y rió suavemente- Ya verás...

Escuché unos pasos fuertes, y esa silueta fue lo más espléndido y reconfortante que pude ver en años... Dos pares de ojos verdosos en dos caras distintas, una varonil y barbuda, una suave y diminuta; junto a un pico majestuoso que vigila desde lo alto....

 Dos pares de ojos verdosos en dos caras distintas, una varonil y barbuda, una suave y diminuta; junto a un pico majestuoso que vigila desde lo alto

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Presa tras un veloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora