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Will estaba demasiado feliz, al fin era novio de Dipper, aunque a pesar de que él junto a Mabel lo alentaban a que conviviera con más personas sin llorar, el se negaba, aun tenía miedo, demasiado para ser sincero, trataba de convencerse a sí mismo de que eso no era lo correcto, que si debía convivir más, pero cada vez que se armaba de valor para hablar con alguien más, se desesperaba y lloraba, a su hermano mayor le pasaba lo mismo, pero el se ponia violento, el demostraba fuerza, no como el que solo demostraba miedo y debilidad, aunque sus hermanos nunca le demostraran algo, Will sentía que los decepcionaba, aunque estos siempre se empeñaban en negarlo.

Pero con Dipper, todo era diferente, se sentía protegido, con más confianza en sí mismo, sus lágrimas eran de felicidad, el lo hacia feliz.

-Ey, Will, hermoso, ¿En que piensas?

Gleeful lo sacó de sus pensamientos haciendo que se sobresaltara y lo mirara con una leve sonrisa

-E-en nada, s-solo en mis h-hermanos

En parte era cierto, aunque Gleeful sabía que en parte de esa verdad, había mentira, pero no le insistiría, sentía que lo presionaria y su amado lloraría, así que no, no insistió y solo se limitó a sonreírle.

-Como digas 

Este le robo un beso a su demonio, el cual fue correspondido de una manera torpe e inexperta, típico en aquel azulito, y eso a Gleeful le encantaba sobre todo su inocencia, si no perdía la cabeza por ese demonio, sería un milagro, sus besos eran peor que cualquier droga que podría probar, le encantaban no sabria que hacer sin ese hermoso ser que le robo su corazón, ahora entendía a las niñas que había escuchado hablar.

Siempre le habían parecido estúpidamente vacías y clichés las frases tipo "El es como aire para mis pulmones" "Me moriría sin él" "Sin él, la vida no tiene sentido" hasta ahora, ahora todas esas frases cobraban sentido para el.

Se separaron de aquel inocente beso, por lo que Gleeful como siempre, maldijo internamente y miró a Will, el cual tenía un leve rubor adornando esas pálidas mejillas, ah, como le encantaba, podría mirarlo días enteros sin cansarse.

Al Menos, ya no lloraba tanto.


Stop Crying, WillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora