Cuidando a un pecoso. [KatsuDeku]

Capítulo 5

Katsuki Bakugou:

¡Deku era un maldito!

Me hizo pasar por una vergüenza horrible por su culpa. No se lo podía perdonar. Al final, me fui. No quería verle su jodida cara, luego no me controlaba y terminaba explotandole la cara, seguramente. Fue la mejor elección.

Ya era el día siguiente e iba a ver a ese maldito pecoso. Ojalá ya se haya mejorado y así poder estar en paz nuevamente. Así no tendría que soportar las interrogaciones de todos, todos los putos días que pasan. A pesar de que siempre les digo que vayan por su cuenta, terminan diciendo que no pueden. Son unos idiotas.

Y si era sobre esa vez con los panqueques, pues él no quería hacerme caso y se excusaba con que le daba vergüenza. Y claro, hace lo mismo y me deja en vergüenza el muy maldito.

Joder.

No me iba a quedar con los brazos cruzados.

•••

Al llegar cerré la puerta, internamente agradezco que tenga las llaves y que la madre de Deku me tenga tanta confianza, así las cosas se me hacen más fáciles. Busco por toda la casa, pero no está.

Parpadeo algunas veces, ¿habían salido?

No, si fuera así la madre de Deku me hubiese avisado antes de salir. Saco mi celular, lo desbloqueo y me quedo mirando el número de contacto de esa señora. Si le avisaba iba a entrar en pánico. Lo mejor que podía hacer es buscarlo por mi cuenta, si es que no sale como yo quiero, pues allí si recurriré a la opción B.

¿A dónde andaría ese maldito?

¿Por qué saldría sin permiso?

¿Será que ya se curó?

Jodidas preguntas invaden mi mente. Me arrepiento de no haberle puesto un shipp rastreador en estos momentos. Como yo no me demoro tanto en venir hacia la casa de Deku, no debería estar tan lejos. Se supone, pues ojalá sea así.

Salgo de la casa con fastidio, no quería meterme en un jodido problema y el maldito de Deku se le ocurre escaparse. Nadie lo entiende.

No sé cuánto tiempo había buscado por los alrededores, pero no lo encontraba. Eso era un problema grave. Tenía muchos lugares a dónde ir y el clima no me dice nada bueno. Miro hacia el cielo y está todo nublado, seguro se pone a llover. Me valía mojar mi ropa.

Y como supuse, luego de otra media hora de búsqueda empezó a llover. Me había dicho a mí mismo que esta era la última vez que lo buscaba y luego le avisaba a mi madre o a alguien. Busqué por los alrededores de aquel parque dónde a veces iba a correr.