Prólogo.

28.5K 2K 1.3K
                                    

Hola, aquí con otra historia que se me vino a la mente.

Me encanta este shipp y fue inevitable poder escribir algo de ellos(?.

Mis actualizaciones son re lentas :'v les voy advirtiendo. El colegio me mantiene ocupado ;-;. A duras penas le pedí ayuda a alguien que me revise y si quiere ponga más contenido, pero la desgraciada también es una lenta con sus historias así que no esperen mucho.

Narrador Omnisciente:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narrador Omnisciente:

Bakugō estaba harto de tener que ir a la casa de Midoriya, pero por petición de su madre, quién le prometió que haría lo que sea si se quedaba a cuidarlo, tuvo que hacerlo. Le molesta demasiado, su tiempo valía oro y la vieja de su madre hace que lo desperdicie yendo a visitar al nerd el cual ya debe de cuidarse solo.

O eso es lo que creía.

Ni bien entró a la casa se dio cuenta que tendría más trabajo de lo que creía, como en esos últimos días. Había creído la expectativa de que sólo tenía que estar sentado mirando mientras dormía e irse luego sin ningún inconveniente, pero no era así para nada.

Izuku estaba de pie en la cocina, tratando de prepararse algo, a duras penas se podía mantener de pie, se notaba su cara roja y como sus tiemblan temblaban dando leves pasos. Katsuki entró rápidamente, cerrando la puerta en un portazo.

—Kacchan, no hagas eso, la puerta se puede dañar —regaña el pecoso al rubio.

—Nadie pidió tu opinión, nerd —rueda los ojos.

Se acerca a la cocina, viendo que era lo que se preparaba con tanto esmero como para levantarse de su cama. A pesar de haberle dicho que sólo se quedara ahí sin hacerle más trabajo, a Izuku no le importó sus palabras, pues su estómago pedía algo que ingerir.

—¿Qué estás haciendo, Deku? —mira con sorpresa al ver los panqueques friéndose en el sartén. Estaban dorados y bien hechos. Era impresionante que en su estado les hayas quedado de esa manera. Sin poder evitarlo Katsuki toma una cuchara, parte un pedazo de ese panqueque que le pide a gritos probar y se lo mete a la boca saboreando—. No está nada mal para que seas un bueno para nada —opina masticando.

—Kacchan, no hables con la boca llena —regaña nuevamente a Katsuki.

—Cállate. Yo te llevo esto a tu habitación, sube y espérame —ordena con tono demandante, señalando con su cuchara la escalera.

—Está bien. Pero quisiera que no te comas todo los panqueques, la miel está dónde se guarda el aceite, por favor ponle un poco —pide con sus manos juntas.

—Okey. Ahora sube, maldito. 

—Si, Kacchan —dice Izuku para irse caminando a pasos pequeños.

Katsuki mira por si las dudas, podría desmayarse en cualquier momento, lo presentía. Algo parecido pasó ayer cuando Izuku quería ir al baño, Katsuki le dio su permiso, pero al darse cuenta que se estaba demorando fue a ver y el pecoso estaba tirado en el suelo. No quiere volver a pasar por un susto de nuevo.

Cuidando a un pecoso. [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora