Midoriya Izuku—¿Ya te mejoraste, Deku? —pregunta Kacchan mirando el termómetro.
—Pero se supone que tú eres el que debería sacar esa conclusión —murmura desviando la mirada.
—Cállate —pide dejando el termómetro en el mesón—. Sólo quería saber cómo te sentías ahora, ¿está mal, eh?
—N-No —apresuro a decir—. Y si, ahora me siento con mayor energía —sonrío gentil.
Me siento feliz de que hasta ahora su personalidad explosiva no haya salido tanto como yo pensaba. Es que cuidarme tan atentamente sin estar quejándose, es raro, si, lo es. No sé qué pensar. Supongo que tiene una buena razón para estar tan atento a mí, no es como si tuviera una enfermedad grave. Es por puro descuido mío que me pasó esto.
Pero cabe recalcar que su comida salió más deliciosa de lo que creí. Y mi madre en la mañana cuando desayunábamos no paraba de hablar de Kacchan y su cocina, que podría llegar a hacer un gran esposo. Fue en ese momento que me hizo una pregunta que no esperaba.
—¿Y si te casas con él, Izuku? —preguntó con una sonrisa— Yo creo que te cuidaría como ahora y serías feliz.
—¿E-Eh? —trataba de asimilar la pregunta, ¿que si quería casarme con él? No, gracias— ¿Desde cuándo piensas eso...?
—Se me acaba de ocurrir, no lo tomes a mal, era una idea.
—Esta bien —decidí ignorar aquel tema.
Luego de eso me fui a mi habitación a dormir más, ya que faltaba algunas horas para que Kacchan viniera y preferiría que el tiempo vaya rápido. Me desperté un par de horas después con hambre y decidí prepararme algo. Busqué por la cocina y encontré una caja de panqueques, no era difícil de cocinar así que me puse manos a la obra.
Todavía tenía fiebre y sabía que podía ser algo arriesgado, pero tenía demasiada hambre. Me puse a tararear una canción cualquiera para hacer un poco de ruido, pues todo estaba silencioso, ya que sólo yo estaba en casa, mi madre había salido temprano.
Ya tenía dos panqueques en el plato e iba creciendo aquella montaña, ya quería que llegará hasta arriba. Me daba gusto ver cómo me quedaban, no estaban tan mal. Pensé que se me iban a quemar.
Fue en ese momento que tuve una punzada en mi cabeza y me dolió mucho, haciendo que me tambalee un poco. Hasta ahora iba bien y que de repente me colapse sería un problema. Además, puede que Kacchan me regañe horrible.
Y como si lo hubiese invocado, alguien entra a la casa. Kacchan puede entrar libremente porque mi madre le dio mis llaves esa vez que cocinó para nosotros. Lo miro. La punzada en mi cabeza seguía y me dolía mucho, haciendo que tocara mi cabeza en reflejo.
—Oye, maldito, ¿qué haces? —pregunta poniéndose a lado mío.
—Me dio hambre y decidí prepararme algo —murmuro.
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Cuidando a un pecoso. [KatsuDeku]
FanfictionUn pecoso enfermo. La actitud extraña que tomó Izuku ese día fue pasado por alto de sus compañeros, pues éste mismo se prometió actuar de la mejor manera, no quería querer preocupar a alguien por sus propios beneficios. Todo iba en torno lo que que...