Capítulo 8

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¡AdivInen quIEnN actUaliZó!

Pues io no :v

Ok no.

Gracias por esperar 💕. Traté de hacer este capítulo lo más... Bueno, ya verán xD 7u7 ← No sé fien de la carita.

Katsuki Bakugou:

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Katsuki Bakugou:

Estaba de buen humor.

Todo estaba saliendo como yo quería y eso era bueno. No me sorprendió que Aizawa-sensei, un día antes de que Deku regresara a la academia, me haya llamado para darme la noticia de que sería una especie de maestro para ese nerd. Traté de sonar lo menos desinteresado posible, pues no iba a decirle de una vez que sí quería con tono de ultra emoción. No, claro que no. Es por eso que lo tuve hablando un buen rato de porqué me está mandando a hacer algo como eso, sus motivos, en qué me beneficiaría y todo eso.

Al final, me convenció.

Y fue así que al ver a Deku nuevamente con su uniforme y sus típicos botines rojos, me sentí extremadamente genial. Es que, se le había pasado un pequeño detalle: Una pequeña marca que le había hecho.

Lo estuve mirando como todo un acosador durante las primeras horas hasta el receso, ya que Aizawa-sensei se lo había llevado y desapareció de mi vista. En fin, parecía que no se había dado cuenta de aquel chupetón, porque ni trataba de ocultar. Prácticamente lo exhibía a todo el mundo. Una marca mía, por supuesto.

Luego de haber conversado con los idiotas fuimos hacia el curso nuevamente, ya que pronto se iba a terminar el receso. Entré al curso y lo primero que vi fueron aquellos ojos llenos de vergüenza  que luego pasaron a estar algo frustrados, ya que se toparon con los míos.

Al parecer llegó el momento de que alguien se dio cuenta y se lo dijo. No era nada más ni nada menos que su queridísima amiga la de la cara redonda.

—Deku-kun, tienes algo raro en el cuello —dijo tranquila la cara redonda acercándose y tratando de tocar la zona del cuello de Deku, sin embargo, él lo impidió y lo tapó enseguida con su mano, avergonzado a más no poder.

Sus mejillas se tornaron inmediatamente rojas y, según veo, empezaba a ponerse demasiado nervioso.

No pude evitar sonreír, si que era un maldito.

—N-No es nada, Uraraka-san —trató de que no se alterara su amiga.

¿Pero como no vas a hacer que se preocupe si tartamudeas, querido nerd? —me pregunté sin borrar aquella sonrisa de mi rostro.

Kirishima veía curioso todo lo que pasaba, me dirigió la mirada y, como si se tratase de telepatía, llegó a saber qué es lo que pasaba con sólo mirarlo. Luego miró a Deku y nuevamente me miró, haciendo revolotear sus pestañas sin saber cómo reaccionar.

Cuidando a un pecoso. [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora