Capítulo 1- Ese maldito beso

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Benicio no se movía de su lado, y esto ponía más nerviosa a Ambar. Desde que la había encontrado hablando con Simón en el camarín que no le sacaba la mirad de encima, como si sospechara algo. Incluso había insistido en acompañarla a su casa aún cuando ella le había dicho que debía irse última.

-¿Por qué? Nunca te vas cuando cierra el roller...

-Ay Benicio, ya te lo dije. Es mi primer open y soy la responsable. No te preocupes por mi, puedo volver a casa con Pedro y simón.

- Eso es justamente lo que me tiene preocupado.

Simón no dejaba de mirarla de reojo, y notaba su cara de enojo cada vez que Benicio se le acercaba o la intentaba tocar. Ella no sabía muy bien por que, pero no quería que Benicio se enterase de lo que había pasado. Tenía bien claro que le gustaba Simón, pero la última vez que se había dejado llevar por sus sentimientos, todo resultó un desastre. "Eso te pasa por enamorarte, no pude volve a suceder" pensó mientras resoplaba y agarraba su saco del perchero, aunque no podía evitar recordar el beso que ahí mismo había compartido con Simón; como él se le había declarado; como la miraba con intensidad; sus ojos, sus manos...

- ¿Pasa algo? Te estás tardando mucho - Dijo Benicio mientras se asomaba por la puerta y la sacaba de sus pensamientos.

- No, no encontraba mi saco. Vamos. - contestó mientras pasaba por la puerta y esquivaba el intento del muchacho de agarrarle la mano. Iba a ser un viaje de vuelta muy incómodo.

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- ¿No me vas a invitar a pasar?- preguntó cuando ella lo intentó saludar en la puerta

- Tuve un día muy largo, estoy con muchas responsabilidades y muero por acostarme.

- Tu cama es grande, podría quedarme... - insinuó él mientras se acercaba.

- No seas desubicado, Benicio!

- ¿Por qué desubicado? Soy tu novio ¿O no?

Ambar aprovechó la oportunidad:

- Vos sabés bien que nunca hablamos de noviazgo - Por un segundo a la rubia le pareció notar tristeza en la cara de Benicio, pero rápidamnte cambió la expresión.

- ¿Tú que sientes por mi, Ambar? Acaso no te gusto? - preguntó con un tono que no dejaba ver cuanto le importaba aquello.

- Por favor, Benicio, te dije que estoy muy cansada hoy. Mañana lo hablamos - contestó rápidamente, le dio un beso en la mejilla y entró a la mansión dejándolo solo y enojado.

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Simón no podía dejar de pensar en aquel beso. Llevaba meses esperándolo pero en el fondo no lograba sentirse bien. Le apenaba pensar en Benicio, que si bien lo odiaba, no deseaba ser el cómplice de Ámbar en sus jueguitos. Él ya había sido usado por la rubia una vez, no quería que nadie más pasara por ese dolor. Sin embargo no podía olvidar el sabor dulce de su beso, el calor de sus labios, su perfume cuando se acercó nuevamente. Fue insoportable alejarla, era como una droga y ahora que la había vuelto a besar, quería más y no sabía como haría para evitarla. Quería todo de Ámbar.

Levantó la última silla, mientras Pedro apagaba las luces; por el rabillo del ojo pudo ver a Ámbar salir del Roller seguida por Benicio. Le quemaba por dentro pensar que si bien todo era "un juego", o eso le había dicho ella, el que la estaría besando en este momento sería Benicio. "Besando y quien sabe algo más" pensó con rabia mientras intentaba no imaginarlos en una situación más comprometedora...

- Hey, ¿Vamos? - Le dijo Pedro, mientras Simón caía en la cuenta que estaba parado solo en la oscuridad. - Jazmín nos invitó a una fiesta en su casa, aprovechemos que mañana es Domingo y el Roller no abre.

- No se Pedro, estoy un poco cansado, ¿Sabes?

- ¿Qué te pasa amigo? Desde hace un rato que te veo perdido, antes del open no estabas así.

Simón dudó si debía contarle del beso, pero temía que pensara mal de él; al fin y al cabo, todos creían que Benicio y Ámbar eran novios.

- ¿Sabés que Emma está invitada? - Bromeó Pedro intentando animarlo. Intuía que la pena de su amigo tendría que ver con Ámbar, quizás se había puesto celoso al verla irse con Benicio o cuando este le dedicó la canción que él había cantado  con ella hace apenas unos pocos meses. - Vamos, dale. Te va a animar irnos de fiesta

- Tienes razón Pedro, me vendría bien tomar algo.

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Cuando Simón le había dicho a su amigo que le vendría bien tomar "algo", parece que había querido decir "mucho", porque no podía mantenerse en pie. Habían decidido hacer una competencia de chupitos de tequila, y haber salido victorioso le había costado muy caro. Había perdido la cuenta de cuantos fueron, y todo le daba vueltas; aunque a su favor, ninguno de los otros estaba mucho mejor. El tal Michael había llegado a la final con él, y se notaba que le costaba pararse; pero se encontraba mejor que Matteo, quien estaba vomitando en un baño junto con Jazmín, que vomitaba de verlo vomitar. Incluso Emma, que tan recatada parecía, estaba un poco pasada de copas. Simón no podía negar que se encontraba muy linda, con su pantalón ajustado y top rosa, la cara sonrosada, su pelo rubio... Su pelo rubio. No importaba cuanto bebiera, Ámbar siempre volvía a sus pensamientos. Ámbar y ese maldito beso que debía olvidar si deseaba no enloquecer.

Emma notó que Simón la observaba, por lo que decidió acercarse a bailar con él. Poco a poco se fueron pegando más y Simón comenzaba a sentir el cuerpo de la inglesa frotándose contra el suyo. Podía sentir su perfume y la necesidad se apoderaba de él, la necesidad de otros labios distintos, de otro cuerpo... La rubia fue acercando su boca a la suya cuando él de repente se tensó.

- ¿Que sucede? - Preguntó ella un poco confusa

Pero Simón estaba helado observando unos ojos azules que lo miraban desde la puerta. Los mismos ojos que hace unas horas podían ser tan suaves, ahora estaban cargados de odio. "¿Qué hace Ambar aquí?"

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No paraba de hablar sobre como Ámbar estaba rara y nerviosa, y que no había querido besarlo, y blablabla. Emilia estaba harta de verlo mal a Benicio por su amiga, era el único que no notaba como ella miraba a Simón.

- Ese guitarrista me quiere robar a mi chica.

-Ay Benicio, quizás ella quiere que la roben- Dijo Emilia mientras miraba su teléfono tirada en el sillón de la casa del muchacho; él la había llamado despues de dejar a Ámbar en su casa para tomar algo mientras hablaban. Se habían hecho realmente muy cercanos en este último tiempo, para todos ella era una chica dura sin sentimientos, pero él sabía todo lo que ella había pasado para estar en los Red Sharks. Como había abandonado a su familia y su país para perseguir su sueño. -No puedo creer que no te des cuenta.

- ¡Que dices? Ámbar solo quiere jugar con Simón.

- Quizás solo quiere jugar contigo...

- Emilia, cuando nos besamos en el parque sentí que era verdadero.

"Los chicos enamorados pueden ser tan idiotas" pensó ella, sin sacarle la mirada a su teléfono. Recorría el inicio de su Instagram sin encontrar nada interesante, hasta que de repente en una historia de Luna vio un detalle, una cabellera rubia que le pareción muy conocida:

-¿¡ Qué hace Ambar en una fiesta de los Jam and Losers!?

Se miraron con Benicio: Esta traición no iba a quedar así.

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¿¡Y!? Qué les pareció el primer capítulo? Es mi primera historia, escribo porque no aguanto la ansiedad de saber que va a pasar el Lunes!

Me encantaría leer sus comentarios!

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