Capítulo 18- Un tiempo de amor ❤

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Capítulo 18

"¿Esto es amor o es una señal
para escaparle al miedo?
No puedo evitar mi estupidez
Este no soy yo"


-Estoy MUY celoso

Simón se abalanzó contra los labios de Ámbar dejándola sin palabras, sin aire, sin fuerzas para resistirse. Gimió ante la sorpresa por el repentino cambio de rumbo de la conversación y tambien por el placer de sentir nuevamente sus besos, los únicos en el mundo capaz de volverla completamente loca; bajo los labios de Simón podía olvidarse hasta de su propia existencia. Profundizó el beso y el chico gimió en su boca, ella lo tomó del cuello mientras él la apretaba con su cuerpo contra la pared y acomodó cada una de sus curvas a cada músculo de él sintiendo cada milímetro de sus cuerpos rozarse. La temperatura de la pequeña habitación azul parecía haber subido varios grados. Simón tomó a Ámbar por los muslos mientras ella daba un pequeño salto y enredaba las piernas en su cintura provocando que su centro choque con la creciente erección del mexicano. Ella deslizó sus manos hasta el cinturón del chico, y con algo de dificultad por la posición, se deshizo de él.

- Espera bonita. - Dijo agitado Simón, si no frenaba ahora, luego sería imposible. Ya le había tomado toda su fuerza de voluntad separarse de los labios de Ámbar. Ella lo miró confundida. - No puedo hacer esto.
La chica apoyó nuevamente sus piernas en el suelo mientras corría al muchacho:
- ¿Es Emma no? - dijo triste y algo molesta, empezaba a cansarse por la situación.
- No, no es solo eso. No puedo hacerte esto, ella no lo merece, pero tú tampoco. - le dijo con los ojos llenos de lágrimas mientras le tomaba suavemente el rostro con una mano: - Te mereces algo mejor que besos a escondidas, mereces una relación de verdad, alguien con quien puedas besarte en cualquier lugar y momento.
- Yo te quiero a vos Simón, no me importa nada más - le contestó ella suplicante mientras se acercaba a sus labios.
- Yo también, eres todo para mi, me encantas Ámbar, nunca me cansaré de repetirlo.
- ¿Y entonces? - lo interrumpió.
- Quiero hacer las cosas bien, primero tengo que hablar con Emma para dejar las cosas en claro. - dijo el chico y se sentó en una de las sillas apoyando el rostro en sus manos. Ámbar sonrió esperanzadoramente.
- ¿Vas a terminar con ella? le dijo mientras se se sentaba en su regazo, él la miró y acarició su pelo rubio, incluso le regaló una pequeña sonrisa.
- Es lo correcto, ella tampoco merece perder su tiempo con alguien que no la ama.
Ámbar se apoyó sobre su pecho y él la abrazó mientras seguía acariciándola. Se quedaron un rato así, en silencio, disfrutando la respiración calmada del otro. La rubia incluso podía sentir el suave latir del corazón del mexicano bajo su musculoso pecho, un sonido que parecía tranquilizarla, asegurarle que todo iba a salir bien.
- Te extraño, extraño que pasemos el tiempo los dos solos.
- Yo tambien, bonita. Extraño eso y más, extraño todo de ti; tu piel, tu aroma, tu voz, tu cuerpo, mi nombre en tus labios... - Simón se calló, no era capaz de decir en voz alta el resto, como la forma en que sus ojos azules se derriten en el momento exacto en que entraba en ella o como se aferraba a su cuerpo cuando no aguantaban más, pero Ámbar descifró su silencio de todos modos. Ella extrañaba las mismas cosas, sus fuertes manos cuando hacían temblar todo su cuerpo, la forma en que sus ojos transmiten ternura y pasión al mirarla, como suspira su nombre mientras la hace suya...
Se miraron a los ojos, encendidos nuevamente por todos esos recuerdos. Ámbar acercó su boca a la de Simón cuando el celular los interrumpió y la chica pusó cara de susto y corrió a contestar el mensaje. El chico no intentó esconder su molestia:
- ¿Felipe Mendevilla nos interrumpe?
- No - le contestó ella mientra reía y escribía en su teléfono - Emilia.
- ¿¡Emilia!? ¿Neta? - exclamó sorprendido - Hace tiempo que no viene por aquí.
- Se enteró que dije la verdad sobre Benicio y quería que nos juntáramos a tomar algo para que hablemos.
- Espera Ámbar, ¿eso significa que la persona con la que chateabas hace un rato no era Felipe? - la chica asintió con la cabeza y ambos rieron. - ¿A donde irán?
- A ningún lado, le acabo de suspender.
- ¿Por qué? - preguntó confundido.
- Porque vos y yo vamos a ir a cenar a un restaurante nuevo que hay acá cerca, me debés una por haberte ayudado hoy en el bar.
- Será un placer - dijo el mexicano mientras simulaba una reverencia y Ámbar sonreía y ponía los ojos en blanco.

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⏰ Última actualización: Sep 04, 2018 ⏰

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