Desencadenados [Simbar HOT]

Capítulo 11- Vuelta a la realidad

Simón pensó que nada en el mundo era más bello que despertarse con Ámbar desnuda y dormida sobre su pecho. Le acarició suavemente el pelo y la espalda con la punta de los dedos mientras recordaba la noche anterior y no podía evitar sonreír. Vió que la chica sonreía tambien al tiempo que se abrazaba a su cuerpo, él la apretó hacia si mismo con su brazo.

- Buen día, bonita.
- Buen día - respondió ella abriendo un poco los ojos y mirándolo. Él la subió un poco para darle un beso, pero ella lo esquivó: - No, salí, tengo un aliento asqueroso.

Simón rió y le dió un beso sobre su pelo.

- Me encanta todo de ti. - Ámbar se ruborizó un poco al recordar la noche que habían pasado juntos. - Incluso tu aliento por la mañana.

Se quedaron acostados un rato en silencio mientras se acariciaban. Ella pensaba en las veces anteriores que había estado con Matteo, pero ninguna había sido tan hermosa o placentera como esta. No lo había hecho con nadie más que el italiano, nunca nadie le había atraído lo suficiente. Hasta Simón, claro. Varias veces había fantaseado con el chico y desde su primer beso que lo deseaba de esa forma. Benicio había insistido mucho y varias veces en tener sexo con ella, pero Ámbar no había querido; habían hecho algunas cosas, pero nunca habían llegado a tanto.

- ¿En qué piensas? - le dijo Simón al verla con el ceño fruncido.
- En que nunca había deseado a alguien tanto como te deseo a vos. - Le dijo ella, el sonrió y se quedó callado.
- Si quieres puedes no contarme, y si fue con Benicio prefiero no saberlo pero... ¿Ya lo habías hecho alguna vez?
- Sí, algunas veces con Matteo... ¿Tú?
- También.
- ¿¡Con Matteo!? - Le dijo ella en chiste y rieron.
- No, con un par de chicas... - a Ámbar le dió una pequeña punzada de celos y Simón lo notó. La tomó del rostro y mirándola profundamente le dijo: - Tú fuiste la mejor de todas. Fue perfecto anoche.

Ámbar olvidó que tenía un aliento terrible y besó al muchacho, quería sentir que era solo suyo. El beso se fue transformando lentamente en algo más caliente y Simón comenzó a bajar sus manos; Ámbar lo frenó:

- Simón, es tardísimo. Acordate que nosotros abrimos el Roller. - el chico la miró pícaro y empezó a besar su cuello, Ámbar gimió. - No podemos hacerlo ahora, pero te propongo ducharnos juntos...

No terminó la frase que Simón ya la estaba cargando en brazos y corrió hacia el baño sin dejar de besarla y ella reir en sus labios.

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Los chicos desayunaban cuando llegó Simón. Sus amigos lo miraron y le guiñaron un ojo, él no pudo evitar sonrojarse. Luna comentó:

- Qué raro Ámbar dormida hasta tan tarde ¿Se sentirá bien? Voy a ir a buscarla...
- Se estaba cambiando y secando el pelo. - Contestó Simón y todos se quedaron mirándolo íncredulos.
- ¿Tú como sabes...? - preguntó Michel.
- Es que fui a preguntarle algo recién, antes de bajar ¿Luna, me pasas las tostadas? - Dijo cambiando de tema cuando entraba Ámbar evidentemente de muy buen humor.
- ¡Buen día! - Los presentes le respondieron mientras se sentaba. - ¿Simón, me pasás las tostadas?

Todos los miraron mientras él le le daba lo que había pedido y se sonreían el uno al otro, a nadie se le podía escaár que algo pasaba entre ellos.

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-¿¡Y!? ¿Qué onda ayer? - Le preguntó Matteo a Simón mientras volvía a la barra con dos vasos vacíos. El aludido vió a Ámbar de reojo mientras ella estaba muy concentrada en unos papeles y se sonrojó.
- Dale, contanos. Se los veía muy felices esta mañana, así que asumo que todo bien... - Dijo Pedro.
- Mmmma, no se si quiero saber, es mi ex... - Dijo Matteo en chiste mientras ponía cara de asco y Simón lo empujaba. - No, en serio queremos saber si estuvo todo bien anoche.
- Bien fue poco, chicos. Estuvo increíble. - Dijo Simón mientras suspiraba - La amo, es lo mejor que me pasó. Y se que ella siente lo mismo.