Capítulo 9- El mejor día

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La noche estaba cálida, hermosa, llena de estrellas. El único rastro de la tormenta anterior parecía ser el pasto aún mojdo del parque por el cual volvían del cine. Ámbar no recordaba la última vez que había sido tan feliz, pensaba mientras caminaba tomada de la mano de Simón. Todo era tan perfecto, tan pacífico... No podía creer que durante tanto tiempo se había perdido de vivir algo así, siempre concentrada en ser la mejor y vengarse, o hacer maldades. Ni siquiera con Matteo había sentido un amor tan sincero como le pasaba con Simón, el chico le transmitía tranquilidad, amor...

- ¿En que piensas que estás tan callada? -preguntó el chico

Ámbar rió, no se animaba a confesarle algo así a Simón.

- No, te vas a reir de mi, olvidate. - dijo ella riendo y negando con la cabeza.
- Por favor, cuentame. Porfas - Dijo él frenándose y haciendo puchero. Ámbar se rió y le acarició la cara.
- No, ni loca. Es muy cursi - Le dijo ella mientras seguía caminando, él la abrazó por atrás y le susurró al oído:
- Por favor, quiero saberlo...

Ámbar no pudo evitar gemir ante la voz sexy de Simón, su aliento cálido contra su cuello mientras susurraba hizo que sintiera un escalofrío de placer. Él se dio cuenta y tambien gimió bajo, la sentía pegada a su cuerpo, completamente entregada a él. La dio vuelta suavemente y la besó, sus labios rozándose eran lentos y suaves, perfectamente sincronizados. Por primera vez no sentían la urgencia de besar al otro como si fuera a desaparecer en un abrir y cerrar de ojos, podían saborear cada centímetro de sus bocas con tranquilidad. Ámbar rió y se separó.

- Bueno, me convenciste. Pero promete que no te vas a reir. - Simón se rió cuando ella dijo eso. - ¡Ya te estás riendo!
- Me reía porque no puedo creer que te haya convencido de algo con un beso ¡imagínate la cantidad de peleas que nos hubieramos ahorrado si te hubiera besado! - él la tomó suavemente del rostro - Además, justo estaba pensando en que con ese beso me habías convencido tú a mi para dejar de insistirte ¡Pero ahora tengo mucha curiosidad y nada me va a convencer! - ambos se rieron, Simón se puso serio y levantó la palma de su mano - Ahora sí, prometo no reirme.

Ámbar pensó en lo mucho que amaba esa risa, y que si se reía de ella no le importaría ni un poco.

- Pensaba en lo distinta que me siento. Nunca en la vida alguien fue tan importante para mi - Simón le regaló la sonrisa más hermosa de todas - Mi madrina me exigía tanto que no había lugar para un chico en mi vida; si bien era novia de Matteo, mi prioridad número uno siempre fue ser la mejor en todo, y eso le sacaba el espacio al amor en mi vida. No digo que a Matteo no lo quisiera, pero no era lo que más me importaba. Siento que nunca conocí el amor de verdad, hasta ahora...

Miró hacia abajo avergonzada, nunca se había sentido tan expuesta a alguien. Por un segundo incluso sintió miedo, recordó lo que siempre le decía su madrina, que no había que volverse débil frente a nadie, que el amor nos debilitaba, que habpia que ser siempre frío y calculador. Simón la abrazó y besó con fuerza, esta vez mucho más desesperado que en el beso anterior. Deseaba que entendiera que ella era lo más importante para él, que nunca la lastimaría. Se besaban de forma que parecía que iban a fundirse uno con el otro, y cuando Ámbar se separó para respirar, Simón besó su mejilla y le susurró al oído:

- Te quiero.

Se miraron algunos segundos hasta que él la tomó en sus brazos igual que la vez anterior y empezó a correr, no podía esperar para llegar a la mansión.

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Matteo estaba ensayando su canción nueva con Luna en la sala de estar. Todavía había algo de humedad, pero no parecía tan grave, en un día o dos se secaría todo por completo. Tocaba la guitarra mientras su amada bailaba y reía, tan dulce e inocente. No se parecía en nada a Ámbar, o al menos a la que él había amado. Ella había sido muy importante para él, pero en algún momento ambos cambiaron mucho y el amor se terminó. Luego de eso la rubia se transformó en una persona vengativa y solitaria, sin escrúpulos. "No tiene la culpa, no debe ser fácil ser criada por alguien como Sharon" pensó. Según Simón Ámbar estaba muy cambiada, y eso esperaba Matteo. Ojalá su amigo pueda mostrarle que el amor era lo único que nos iba a ayudar a ser mejores personas, como Luna había hecho con él.

Desencadenados [Simbar HOT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora