Capítulo 10 - Fusión ♥

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Holaa <3 Antes que nada, avisar que este capítulo es bastante explicito.
Y ahora si, las dejo con lo más esperado! Qué lo disfruten!


Ámbar cerró con llave la puerta, nadie los interrumpiría como siempre pasaba. Se dio vuelta y fue hasta los brazos de Simón, quien tomó su rostro y la besó con pasión. Bajó lentamente las manos hasta llegar a su cintura y la apretó contra si, haciendo que suelte un gemido. Sin poder esperar, la alzó y ella enredó las piernas en la cintura del chico, sin dejar nunca de besarse. La apretó contra la pared para sentir su cuerpo contra el suyo y ambos gimieron al sentir sus zonas más sensibles chocar. Dejaron de besarse durante un segundo para mirarse, Simón le acarició suavemente el rostro y ella cerró los ojos ante su tacto. Se acercó a su cuello y lo besó lentamente, bajando ligeramente hacia su escote y arrancando suspiros de la rubia. Simón la apoyó devuelta en el suelo y se miraron largamente, Ámbar acaricio el pecho desnudo del chico. El mexicano volvió a besarla pero lento, disfrutando de cada centímetro de sus labios. Bajó las manos por sus hombros, acariciándola hasta llegar al lazo de la bata transparente y tirando de este; la suave tela se deslizó hasta caer a sus pies. Simón besó sus hombros desnudos y la tomó de la mano, animándola a dar una vueltita para apreciarla mejor. Ámbar rió mientras el chico silbaba y luego se abrazaron.

- Estás hermosísima - Le dijo al oído mientras le apretaba la mano; luego se corrigió: - Eres hermosísima.

Con una gran sonrisa y sin dejar de mirarlo a los ojos lo guió hasta los pies de la gran cama, él se dejó arrastrar encantado. Puso las manos sobre los tirantes de su camisón y la miró fijamente pidiendo permiso, ella asintió con la cabeza; la pequeña prenda cayó dejándola en ropa interior. Simón nunca había visto tanta belleza en una mujer, tuvo que respirar varias veces para contenerse y no hacerla suya en ese instante. Besó cada centímetro de piel expuesta hasta llegar a su ombligo y besó el borde elástico del encaje que cubría su parte más íntima. Ámbar suspiró y lo llamó con su dedo sensualmente mientras se sentaba en el colchón; él quedó parado frente a ella y mientras se miraban a los ojos la rubia bajo el pantalón del chico sin soltar su mirada. Mordió su labio mientras se recostaba y él la seguía de manera suave, completamente hechizado. Se besaron acostados mientras se acariciaban con la yema de los dedos, memorizando la piel del otro en sus propias manos, cuando el mexicano rozó el gancho del corpiño y con un rápido movimiento lo desabrochó. Ella no dudó y lo tiró junto con el resto de su ropa al piso, y él no esperó un segundo para besarla. Abrió su boca para invitarla, lucharon con sus lenguas, sintieron el aliento del otro como si fuera el propio, Ámbar lo mordió ligeramente y el gimió con fuerza. Corrió el cabello rubio de los suaves hombros y comenzó a dejar un camino de besos desde su cuello, entreteniendose en sus pechos, y llegando finalmente al pequeño triángulo de tela que cubría su intimidad, el cual retiró lentamente hasta dejarla completamente desnuda. Ella se sonrojó y cerró los ojos, por lo cual no vió venir cuando Simón la besó justo ahí. Soltó un gemido que a él le pareció tan increíble como su sabor. Ámbar no pudo resistirse a acariciar su pelo marrón mientras el chico lamía de manera suave su parte más sensible, se sentía totalmente entregada a él. Lo frenó y besó en los labios, probando su sabor. Ninguno de los dos podía más, necesitaban sentir al otro por completo, por lo cual, con desesperación mientras se besaban, ella sacó del camino el último trozo de tela que quedaba entre ellos, su bóxer. Simón la recostó debajo suyo, poniendo cuidado en no apoyar todo su peso sobre el delgado cuerpo de la chica, y la miró a los ojos antes de decir:

- Te amo, Ámbar.

Ella como respuesta lo besó y él supo que sentían lo mismo pero no era tan fácil decirlo para la rubia. El beso comenzó a subir su intensidad, y ellos a frotar su cuerpo el uno contra el otro, la necesidad de tenerse era demasiada. Por eso cuando él se posicionó en su entrada, ella lo abrazó fuertemente dándole todo su permiso, expresándo cuanto lo quería dentro; y él no se hizo esperar. Con un suave movimiento Simón entró en Ámbar, fusionando sus cuerpos y ambos sintieron por primera vez en la vida que estaban completos. Empezó siendo un vaivén lento mientras se besaban, para volverse cada vez un ritmo más frenético. Gemían sus nombres en la boca del otro y el mexicano creyó que nunca había escuchado una melodía tan hermosa como el sonido de su nombre en la voz inundada de placer de la muchacha. Estaban tan juntos que parecían uno solo, la fricción de sus pieles podía incendiar la mansión o el mundo y ellos seguirían amándose sin importarles quién podría apagar tanto fuego. Ámbar sentía que su cuerpo literalmente explotaría de tanto placer y cada una de sus células estaban colmadas del amor que Simón le transmitía en cada estocada. Lo miró con el celeste de sus pupilas ardiendo y soltó en un suave gemido casi imperceptible: "Yo tambien". Fue suficiente para que Simón acabara con un fuerte gemido que provocó lo mismo en Ámbar, y se desplomaron aún temblorosos contra el colchón.

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- Estuvo increíble - dijo Simón mientras acariciaba la espalda desnuda de Ámbar, quien estaba acostada sobre su pecho. Lo miró y le dio un pequeño beso en los labios. - Incluso creo que me estoy quedando cortísimo, increíble es poco para lo que fue.
- Es cierto, fue lo más de lo más. - rieron los dos.
- No te imaginas lo que llevo esperando este momento, estoy loco por ti, me encantas. - La miró a los ojos y rozó su mejilla con el pulgar - Ahora puedo asegurar que me encantas por completo, no hay una parte de ti que no sea hermosa.

La rubia pensó en como encajaban a la perfección, como sus cuerpos parecían hechos a medida.

- Fue la mejor noche de mi vida.
- ¿Neta? - preguntó con una sonrisa tan grande y brillante que encandilaría a cualquiera. - La mía también.
- Aunque faltaría algo para que sea completamente perfecta... - dijo mirándolo seria, Simón la miró asustado.
- ¿Qué es? Dime y lo tendrás.

Ámbar subió hasta sus labios sonriendo y rozó su nariz con la suya.

- Qué volvamos a hacerlo. Ahora. - dijo traviesa. Él sin dudar un momento la tomó firmemente por la cintura y la beso apasionadamente mientras la colocaba nuevamente bajo su musculoso cuerpo.

Iba a ser una noche larga, pero eso fue lo mejor para dos amantes que desearon que nunca volviera a amanecer.

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Ayyyyy mi amoreeees! No se imaginan lo que disfruté escribiendo este capítulo! Espero no haber decepcionado! Es la primera vez que escribo algo así, quería que fuera apasionado y caliente, pero no morboso o chabacano.

Realmente espero que lo hayan disfrutado tanto como yo! (Dudo que tanto como nuestros protagonistas!)

Como siempre gracias eternas por seguir esta historia, son lo mejor del mundo mundial <3

Nos leemos en el siguiente capítulo!

Luz

Desencadenados [Simbar HOT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora