Ámbar sintió los labios suaves de Simón sobre los suyos mientras sus manos la tomaban fuertemente de la cintura. Si el beso anterior había sido casi tierno, este era algo completamente distinto. Había urgencia en sus labios mientras buscaba los suyos casi con desesperación. Y una vez pasada la sorpresa, lo correspondió con ganas. Pasó la mano por su cuello acercándolo más a ella y él la presionó con su cuerpo contra la pared haciendo escapar un gemido de su boca. Aprovechó esto para besarla más profundamente, y así estaban los dos: apretados uno al otro como si el mundo se acabara en ese intante, como si el único aire disponible en la tierra estuviera dentro del otro.
En medio del beso, Ámbar recordó la imagen de Emma y Simón bailando juntos y lo empujó con todas sus fuerzas.
- ¿¡Qué hacés Simón!? - Le gritó ella, extrañando en ese mismo momento su cercanía, casi arrepintiendose de haberlo apartado.
- No lo sé. No se que me pasa, solo que no puedo estar lejos de ti. Esto no es correcto - Dijo él, no podía pensar con claridad, el alcohol nublaba sus pensamientos, pero Ámbar lo volvía loco, lo tenía completamente hechizado. No le importó nada cuando la tuvo tan cerca de él en ese pequeño baño; no existía nadie más, ni Benicio, ni Emma. - Pero tú no estabas tan reacia en el Roller luego de nuestro beso...
- Ahora sí. Me mentiste, siempre haciendote el correcto y al final eras un mentiroso. Me dijiste que no te gustaba Emma, y lo primero que veo cuando llego es que estabas a punto de besarla. - Se cruzó de brazos, tenía miedo que en su estado pudiera fallarle la fuerza de voluntad. Se encontraban casi pegados y podía sentir el aliento del chico en su cara.
- No era lo que parecía yo yo yo...- no encontraba las palabras en su mente.
- ¿Vos qué, Simón? - Dijo ella acercandose más a él, era como un imán, irresistible.
Él no sabía como aguantar la cercanía de Ámbar, podía sentir su perfume dulce, el calor que desprendía. Si ya era dificil en su estado pensar, con ella rozando su cuerpo directamete era imposible. Ya ni recordaba que le había preguntado, y no le importaba. Los labios de la rubia tenían toda su atención.
- Estoy esperando - Susurró ella contra su boca
- Estaba muy confundido y borracho, Emma se me acercó y no pude reaccionar ¿Y tú? - Preguntó alejándose un poco al recordar a Benicio. Siempre pensar en él rompía un poco el hechizo. - Tú te fuiste con Benicio luego de lo que pasó entre nosotros.
- ¿Estás celoso? - Dijo Ámbar acercándose más. Usaría eso a su favor, no podía estar celosa de Emma, no podía volverse débil.
- Claro que lo estoy - Dijo él agarrándola de la cintura y pegándola a su cuerpo.
- ¿Y con Emma? ¿Qué te pasa? - Acercó sus labios a los de él casi tocándolos. Lo tenía donde quería, y sacaría ventaja de eso.
Simón no se pudo resistir y la besó nuevamente. Esta vez de manera suave y lenta, disfrutando de cada centímetro de su boca. "Esto no puede volver a suceder", pensó. Pero si era su último beso, lo disfrutaría; el mal ya estaba hecho. Pasó su lengua por los labios de la rubia, quien abrió la boca dándole permiso. El sabor de Ámbar lo enloquecía, nublaba todos sus sentidos por completo. Ella abrazó su cintura con las piernas y él la recargó contra la pared. Sentía a Ámbar contra todo su cuerpo, y cada rincón de sí mismo se lo agradecía. Sintió las manos de la rubia empezar a abrir su camisa y no pudo evitar gemir al imaginarse como podría terminar aquella situación. Pero... ¿Era lo correcto? Si ella decidía seguir con Benicio, nada más podría pasar después de esta noche entre ellos. Entonces no estaría bien de su parte acostarse con Ámbar aunque lo desease como nunca había deseado algo en toda su vida, ni siquiera cuando estaba enamorado de su mejor amiga. Él deseaba con todas sus ansias a la rubia, pero no podía estar con ella en una noche de borrachera y luego olvidarse. No podría hacerle eso, ni él creía que podría volver a ser feliz sin ella si eso pasaba. Si ahora estaba celoso de Benicio, no podía imaginarse lo que sería si ellos se acostaban y luego Ámbar volviera sin problemas con su novio. Su corazón no lo aguantaría, porque por mucho que la deseara, el sabía que en el fondo era más que algo físico. Y que la verdadera Ámbar, esa que él amaba, era solo suya pero que su cuerpo debía compartirlo con Benicio; una idea dolorosa e insoportable.
- Para, Ámbar - Dejó a la rubia nuevamente donde estaba
- ¿Por qué? - Dijo ella acercándose nuevamente - ¿Es por Emma? - preguntó con odio
- No, no es Emma. Es Benicio. Él sigue siendo tu novio, y mientras eso no cambie, nada más puede suceder entre nosotros.
- ¿Me estás haciendo elegir entre ustedes dos?
- Sí, no puedes tener todo lo que quieres. La Ámbar que a mi me gusta, no juega con las personas, y si no estás dispuesta a ser esa, yo no quiero estar contigo.
Ámbar se quedó callada, no sabía que hacer. Pensó que era irresistible para Simón, que él no se negaría a ella. Lo deseaba con todo su ser, pero tenía miedo ¿Si no era solo deseo? La última vez que había abierto su corazón, perdió su pista, la chance de ir a París y si no fuera por los Sliders, también perdía la competencia. Simón le había dado la espalda, y la había dejado sola y dolida ¿Quién le aseguraba que eso no pasaría nuevamente? No podía darse el lujo de ser débil en este momento. No ahora que había perdido a su madrina, su casa, la herencia y la chance de estar en los Red Sharks. Los del Roller aún no confiaba en ella, y si dejaba a Benicio, los ex Red Sharks la odiarían.
Simón vió la duda en los ojos de Ámbar, y decidió irse del pequeño baño. Si seguía un minuto más allí, quien sabe que podría pasar, le atraía demasiado y eso no lo dejaba hacer lo correcto. Cuando llegó a la pista de baile vió a Delfi y Pedro sosteniendo a Emma por lo hombros, que estaba casi inconsciente.
- ¿Qué le sucedió? - Preguntó Simón sosteniendola por la cintura, y recargando el peso de esta sobre el suyo.
- Dijo que te estaba buscando, que pensó que estabas conmigo. - Habló Pedro- Luego se puso a tomar y cuando se quiso levantar del sillón, se desmayó. Creo que hay que llevarla a su casa, no puede irse sola en este estado.
- Alguien sabe donde vive? - Preguntó preocupada Delfi y ninguno de los presentes respondió. Jazmín mientras grababa todo con su cámara, y algunos de los presentes en la fiesta tomaban fotos con su celular.
- Llevemosla a la mansión - Propuso Luna . - ¿Simón, puedes cargarla? Voy a pedirnos un táxi.
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Ámbar esperó un rato para salir del baño por si alguien había visto a Simón. Estaría en un gran problema con Benicio si la chismosa de Jazmín los veía y publicaba algo en su página. No tenía ánimos de seguir ahí, estaba cansada y mareada, y no sabía bien que hacer con lo que le había dicho Simón. Se habían besado como nunca antes, y ella por primera vez había sentido algo tan fuerte. Simón despertaba muchísimas sensaciones nuevas en su cuerpo, que ni siquiera Matteo había logrado en varios años de noviazgo.
Salió por la puerta de atrás de la casa y caminó hasta la avenida más cercana, donde paró un taxi y se subió. No daba más, solo quería llegar a su cama y dormir una semana entera. Estaba harta de dudar, el eterno debate entre su mente y su corazón¿Qué debía hacer? ¿Entregarse al amor de Simón sin importar las consecuencias o quedarse con Benicio, y la seguridad que este le brindaba? Benicio significaba tener el control, no arriegarse a salir lastimada, sus amigos y su equipo, su carrera ante nada y además quizás el día de mañana lograba sentir algo un poco más profundo. Simón era algo completamente distinto, un terreno desconocido: el amor, la pasión desbocada, la bondad... Todo lo que siempre le había dicho su madrina que estaba mal. Le pagó al taxista, como pudo bajó del auto e intentó abrir la reja de la entrada, pero estaba tan ebria que no veía donde ponía las llaves. En eso escuchó voces que se acercaba y se escondió detrás de un arbusto a espiar a los recién llegados. Desde ese lugar solo podía ver las espaldas de los que entraban, y se quedó helada al notar que detrás de Luna, Matteo y Michel iban Simón y Emma abrazados.
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Hola gente lectora! Gracias por seguir la historia!
Por fin se va poniendo picante esto! Ojalá en la serie fuera igual ¬¬
(¿Nos darán Simbar en el capítulo de la tarde?)
Me encantaría leer sus comentarios, me hacen re feliz!
Un beso y nos leemos en el próximo capítulo!
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Desencadenados [Simbar HOT]
Fanfiction¿Qué pasará luego del beso entre Simón y Ámbar del capítulo 40 de la tercera temporada? Nuestros protagonistas no pueden controlar más lo que sienten, menos ahora que ese beso liberó todo lo que llevaban tiempo guardando ¿Podrá Ámbar volver como si...