39) 6 años

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Liam Harding.

Desperte con dos intrusos saltando encima mio, Melissa reia acostada a mi lado.

—Ya despertaron a papa, vengan aquí—Los mellizos se acostaron al medio de nosotros.

—¿Por que Ana tiene que estar al lado de mama?—Thomas alego.

—Porque me quiere mas a mi—Ana dijo, me rei.

—Mentira, me quiere mas a mi—Thomas se amurro.

—A ustedes los quiere pero a mi me ama—Dije Melissa me miro sonriente.

—Los amo a todos, basta—Dijo Melissa bostezando.

—¿Bomba nuclear?—Le susurre a Thomas, el asintio sonriente—BOMBA NUCLEAR—Grite, Thomas y yo nos tiramos un pedo, Ana salio corriendo de la cama y Melissa la siguio riendo.

—Ahóguense en su propio popo—Grito Ana, Thomas y yo comenzamos a reir.

—Vamos, que tienen que ir a la escuela—Dije levantandome, Thomas salio de la habitacion.

Camine a la cocina donde Megan ya nos tenia listo el desayuno.

—Buenos dias Megan—La salude.

—Buenos dias señor—Me saludo.

—¿Puedes traer a los niños para que desayunen? Estamos un poco atrasados—Le dije.

—Si, seguro—Me sonrio.

—Eres la mejor—Dije entrando al baño, Melissa se estaba quitando su pijama—Que sorpresa—Dije cerrando la puerta, me sonrio—¿Como amanecio la mama mas sexy del mundo?—Le pregunte, se acerco a mi y quito mi camisa.

—Bien—Dijo abrazandome, bese su frente.

—¿Dormiste bien?—Le dije regulando el agua de la ducha.

—Si ¿Y tu?—Me preguntó abrazándome por detrás.

—Bien tambien—Me voltee y le di un beso.

Entramos a la ducha y como todas las mañanas nos duchábamos acompañado de algunos besos y caricias que algunas veces se convertian en algo mucho mejor y mejoraba la mañana.

Salimos del baño y nos cambiamos como siempre, ordenamos la habitacion y nos dirigimos a la cocina donde los niños ya estaban tomando su desayuno.

Tome mi jugo de naranja de una vez y mordi mi tostada.

—Come mas lento—Me regaño Melissa, le sonrei y bese sus labios.

—No hagan eso, estamos comiendo—Ana regaño y Thomas asintio con disgusto, nosotros reimos.

—Papa los va a ir a dejar y a buscar hoy—Melissa les dijo.

—Claro, solo intentare salir mas temprano para que la profesora no le hable, porque si lo hace habla, habla, habla y no nos vamos nunca—Thomas dijo, Melissa me miro.

—Si y siempre me pregunta por el—Ana dijo, los mire sonrientes y mire la hora.

—Es la hora de irnos—Dije y ellos se levantaron de la mesa para tomar sus cosas.

—¿La profesora?—Me pregunto.

—Soy libre de todo pecado lo juro—Dije.

—¿Es verdad?—Me pregunto seria.

—Si—Su cara cambio aun mas seria.

—Pero, como escuchaste, ella me habla no yo, solo soy respetuoso pero hay veces en que de verdad no se como decirle que se calle.

—Espero que no se te vaya de las manos lo de respetuoso—Me dijo.

—Solo contigo soy mas que respetuoso—Dije aferrándola a mi.

—Mas te vale—Dijo sonriente.

—¿Hacemos algo esta noche?—Le pregunte susurrando.

—No lo se, quizás—Me dijo, puse los ojos en blanco.

—Eso es mio, no lo hagas—Me regaño.

—¿Si no que?—Le pregunté.

—Si no esta noche tendre mucho sueño—Dijo y rei.

—Esta bien, adios—Dije despidiendome.

—Nos vemos—Beso mis labios.

—Adios Megan—Dije saliendo de la casa con los niños—Cinturones—Dije mirando por el espejo retrovisor.

—¿Le diras a papa sobre tu mala calificacion en matematicas?—Thomas susurro un poco fuerte.

—Cállate y si, si lo hare, pero no ahora—Ana le regaño, sonrei.

—¿Han sabido algo de sus calificaciones?—Pregunte, los dos me miraron sorprendidos.

—Si, pero se nos quedaron en el salon, hoy las llevaremos a casa—Thomas hablo.

—Ok, ustedes saben que si se sacan malas calificaciones nosotros no les diremos nada—Les dije y los dos asintieron.

—Adios papi—Ana dejo un pequeño beso en mi mejilla, seguida de Thomas.

—Pórtense bien pero no tan bien—Les dije, rieron y se bajaron.

—Buenos dias señor Smith—La profesora aparecio por la ventana, suspire sin que se diera cuenta.

—Buenos días—La salude.

—Le queria decir que si se puede pasar por mi oficina cuando pueda para hablar de las calificaciones de sus hijos—Me comento.

—Si, seguro, me pasare como en dos horas mas, si le parece bien—Le dije.

—Si, me parece perfecto—Me sonrio de una manera espeluznante, con todo mi esfuerzo me aguante mi risa.

—Me tengo que ir—Le dije al darme cuenta que seguia ahi mirandome.

—Si, nos vemos—Se despidio, acelere y conduci a casa nuevamente.

Entre silenciosamente a la casa y ubique a Melissa sentada en el sofa viendo television, sin que se diera cuenta la rodee y me gane detras de sofa, toque su hombro delicadamente y me escondi rapidamente, se rasco y siguio viendo la television, esta vez toque su hombro mas fuerte pero esta vez no reaccionó.

—No seas infantil—Dijo, solte una carcajada y me sente a su lado—¿Por que no estas en el trabajo?—Me preguntó.

—No hay tanto trabajo por las mañanas—Le dije.

—Por las mañanas es cuando mas hay trabajo—Me dijo, le sonreí inocentemente, se acurruco a mi lado y siguió viendo la televisión.

—Entonces...—Comencé a hablar—La profesora de los mellizos quiere que me pase por su oficina—Dije.

—¿Tu solo?—Me preguntó.

—Mmh—Confirme.

—¿Sabes que ire de todas formas?—Me contestó con otra pregunta.

—Si—Reí.

—¿En que momento de mi vida se me ocurrió casarme con alguien tanto guapo?—Exclamo.

—Ya no hay vuelta atrás.

—Nunca superaré de que fuiste mi profesor, de verdad no lo supero—Dijo, la mire sonriente.

—Ven aquí mi amor—Dije acurrucándola a mi, bese su frente y la mire—Te amo—Me sonrió y me abrazó.

Mis tres amoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora