Melissa Hunter.
Habían pasado 2 semanas desde que yo y Liam ya no somos nada, sigo despertando en las noches para acurrucarme a su lado, sabiendo que no esta, sigo esperando sus buenos días, sigo escuchando su risa, también sigo llorando pero cada vez menos, creo que lo estoy superando, creó...
Me vestí con lo único que me sentía cómoda, una sudadera Adidas y leggins, salí a comprar a la tienda lo que faltaba.
—Esta bien, no me importa vete—Escuche a alguien decir, me volteó y era James con Melinda.
—¿Y tu que miras?—Melinda me dijo, yo levante mis manos inocentemente, James camino en dirección mía—Las cosas no van muy bien con Melinda—Dije y el río.
—Si, estoy soltero—Dijo levantando sus hombros.
—Somos dos—Le comente y el se sorprendió.
—¿En serio?
—Si—Suspire.
—Lo siento—Dijo y yo sonreí.
—No es nada. Debería irme—Dije y el asintió, moví mi mano en forma de despedida y seguí mi camino.
En la tienda cogí lo esencial, leche, cereales, pan, algún condimento para este, agua, detergente y gomitas, nunca faltan las gomitas.
—Gracias—Dije y recibí mis cosas, salí de la tienda rápidamente ya que se me estaba haciendo tarde y me siento un poco insegura caminando sola, no debería pero este mundo de mierda me hace sentirme así.
Concentrada en el camino, mi bolsa en la que llevaba todas mis cosas murió haciendo que todo se cayera al suelo.
—Mierda—Susurré, trate de tomar las cosas con mi manos pero no lo logre.
—¿Necesitas ayuda?—Escuche una voz masculina.
—No, bueno si—Dije recogiendo algunas cosas.
—¿Te puedo ayudar?—Escuché que me preguntaban.
—Si, por favor—Levante mi mirada, vi unos profundos ojos celestes, seguí contemplando su rostro, su cabellera rubia brillaba con la poca luz que daba el sol.
—Esas bolsas apestan—Dijo con la mayoría de las cosas en sus brazos.
—Si, no pensé que compraría tantas cosas—Sonreí.
—¿Donde te acompaño?—Me preguntó y yo lo mire confundida—Para dejar las cosas—Aclaro.
—Si, mi apartamento, está cruzando la calle—Dije y el asintió, caminé para cruzar.
—Cuidado—Dijo y yo frene, un carro venia muy fuerte, sonreí avergonzada—Puede sonar muy infantil, pero hay que mirar a los dos lados—Me sonrió y yo crucé.
—Este es—Dije al frente de mi puerta, saque mis llaves como pude y abrí la puerta.
—Déjalas aquí—Dije dejando las cosas que tenía en mi brazos, el me imito.
—Soy Froy, encantado de conocerte—Me sonrío.
—Melissa—Salude cerrando la puerta.
ESTÁS LEYENDO
Mis tres amores
DragosteSe dice que realmente sólo te enamoras de tres personas durante toda tu vida, y que necesitamos cada uno de estos amores por una razón diferente