Capítulo 6

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Chen despertó sólo en aquella habitación vacía de nuevo. Tosió un poco, notando como le dolía todo el pecho, pero, de forma algo extraña, no se encontraba tan mal como debería después de haber recibido aquella paliza. Podía levantarse del suelo y caminar aunque le doliera todo el cuerpo y tuviera moretones por todos lados.

Estaba harto de todo aquello. Él no quería entrar a Edén desde un primer momento, pero aquel soldado le obligó a hacerlo. Y no iba a mentir y a decir que no había empezado a confiar en Chanyeol. Pensaba que él era alguien diferente, que le protegería de algo, pero no, ha sido todo lo contrario.

Y aquel chico, el de pelo blanco y ojos con heterocromia, se le veía tan asustado en ese momento que Chen solo deseó liberarle de todo aquello. Tal vez era una locura lo que estaba pensando, pero debería volver esos pensamientos en realidad. Salir de allí con aquel chico, tal vez incluso con el de ojos azules.

Un escalofrío recorrió por completo su espalda al pensar en aquel chico. Tal vez, ahora que le habían dejado solo era un buen momento para ir a verle de nuevo. Algo le llamaba mucho la atención de aquel chico y lo atraía hacia él, pero no sabia qué era.

Se puso de pie y anduvo lentamente hasta la puerta de la sala, asomando su cabeza por el pasillo y comprobando que nadie estaba allí. Salió con el máximo de sigilo que tenía, escuchando atentamente por si notaba el mínimo de ruido para poder huir o esconderse. Sus piernas se movían solas, guiándole hasta la sala donde estaba aquel chico. Tomó el pomo de la puerta y no lo pensó dos veces antes de entrar.

El chico parecía estar despierto, por eso le miró desde su posición en la cama nada más entrar a la habitación. Chen se rascó un brazo con nerviosismo sin saber bien qué hacer en ese momento. El chico no dijo nada, como era habitual, así que Chen se acercó a él lentamente, como si no quisiera hacer ruido para no molestarle.

—Hola. —saludó nada más estar frente a él.

El chico levantó un brazo y señaló a su rostro, más bien a su nariz donde seguía teniendo sangre.

—Oh, esto... —Chen se llevó la mano a la nariz y soltó un quejido. Si, estaba rota.

El de pelo naranja se levantó de golpe de la cama, asustando a Chen. El chico le señaló la cama, lo que Chen entendió que era una petición de que se sentara en ella, y eso hizo. El chico sin nombre empezó a ir de un lado a otro de la habitación, rebuscando en los cajones que había. Sacó un montón de agujas que dejó de forma despreocupada sobre la mesa y siguió rebuscando hasta que al parecer dio con lo que quería.

Se acercó a Chen para dejar sobre sus manos unas pastillas que, al mirarlas, supo que se trataban de analgésicos. Luego, fue hasta una nevera y sacó una botella de agua y unos cuantos hielos que tomó con una mano.

—Cuidado, te vas a quemar. —le advirtió Chen.

El chico le miró y dejó los hielos encima de una mesa. Le pasó la botella de agua y siguió andando por la habitación. Chen agradeció que ese día el chico llevara un chándal blanco, por lo menos así no tendría que verle desnudo.

El de los ojos azules envolvió los hielos con un pañuelo y se volvió a acercar a Chen, posando los hielos sobre su nariz. Chen se quejó y el chico apartó rápidamente los hielos para comprobar que no le había hecho nada grave.

—No, no, tranquilo, estoy bien. —le dijo Chen para que el chico volviera a posar los hielos sobre su nariz— ¿De verdad no sabes hablar? —le preguntó después de unos segundos de silencio.

El chico se le quedó mirando por lo que parecieron horas. Chen iba a volver a hablar, inclinando un poco el rostro al sentirse ya un poco incómodo por la mirada penetrante del otro, pero el chico de ojos azules le hizo quedarse quieto cuando agarró un mechón de pelo que se había venido hacia delante y se lo colocó detrás de la oreja.

Edén { SECHEN / CHANBAEK }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora