❛OO2. primrose

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Soy un completo idiota. Me le he quedado viendo a su cara por quién sabe cuánto tiempo y me acabo de dar cuenta.

一Buenos días...¿Chan?

一¿Qué hace aquí?一sujeté el pomo de la puerta con más firmeza, listo para cerrarle la puerta.

一¿Te llamas Chan, no es así? Le pregunté a tu amigo Juho.

一No evite mis preguntas, ¿qué hace aquí tan temprano en la mañana?一 comienzo a recordar los rumores nuevamente. Estoy en alerta a la par que voy inspeccionando su vestimenta y qué llevaba entre manos.

Ella parece haberse dado cuenta de mi prolongada fijación en sus manos, las cuales sostenían un paquete de color marrón. En respuesta, extiende sus brazos, ofreciéndome la bolsa. 一Quería disculparme por lo de ayer. A veces soy un poco terca, pero soy una buena persona.

Casi ignorando lo que acababa de decir, cogí el paquete y lo abrí, inspeccionando su contenido. Adentro había un frasco de mermelada de fresa, un cuadro que parecía tener flores pintadas y una carta.

Saqué de la balsa de papel el cuadro con flores y pregunté一: ¿Esto lo dibujaste tú?

一Oh, no son dibujadas. ¡Son prensadas! Y sí, lo hice yo. ¿Te gusta?

Es un regalo algo inusual, pero tengo que admitir que el gesto me pareció adorable de su parte.

¿De dónde salió ella? Es peculiar. Cuando un residente está por llegar, todos nos solemos enterar con una semana de anterioridad. En cambio, Alaska salió de la nada, silenciosamente.

一Sí, me gusta...一inconscientemente, dirigo mi mirada hacia su rostro y me pierdo en sus ojos, parecían estar llenos de vida, pero hay un persistente miedo en mis entrañas, sobre el porqué de tanta energía en ella. Logro reconocer que sus labios se mueven, pero no es hasta tras varios llamados que me doy cuenta de que me he perdido en mis pensamientos.

一¿Me permites entrar?

Intentando ocultar mi pequeña incomodidad, permito que entre y dejo la puerta abierta. No sé por qué, pero me siento intimidado por su presencia. El sonido de sus tacones son fuertes, firmes y resonantes. Nunca antes una chica me había inspirado tanta inseguridad.

一Me gustaría conocerte más一anuncia junto a una sonrisa fresca一. Hasta ahora eres el único que no ha intentado alejarse de mí.

Supongo que eso ha de significar mucho para ella. No me sorprendería que después de tantos rumores 一que podrían ser o no ciertos一 los demás pueblerinos se angustien o se vuelva curiosos por revelar más de ella. Yo estoy en el partido de estar angustiado. No me hace ilusión meterme en sus asuntos.

一La carta que te deje adentro de la bolsa, es una invitación. No sé si te interesaría ser parte de la organización de la capilla.

一Linda oferta一sonrío sin humor, sarcásticamente一. Pero no me apetece pasar tardes enteras en una iglesia. Hay cosas más entretenidas que me gustaría hacer.

一¿Quién habló de estar encerrado en la iglesia?一se ríe y le da un golpe a la mesa con su puño. A mí no me causa gracia一Solo tienes que ir cuando te lo pido. Quiero que seas mi ayudante. Si te unes, hay muchos beneficios que obtendrás.

一¿Beneficios como...?

一Es una sorpresa一se limita a decir一. Considéralo rápido, no eres el único candidato para esto.

一¿Creí que dijiste que querías que fuera yo?

Ella levanta sus hombros y hace un gesto de desinterés. 一Solo elegí dos candidatos. Tú y el muchacho ese que vende cuadros que él pinta.

Esa simple descripción hizo que algo sonara en mis recuerdos. 一¿Es uno que siempre tiene los brazos manchados de pintura?

Ella asiente.

一Habla muy rápido, ¿no?一yo continúo enumerando las peculiares cualidades de quien yo creo que ella está hablando.

一Jaja, exacto. Me costó un poco entenderle lo que me decía一ella prosigue a ponerse de pie y señala con su mano por encima de su cabeza一. Era como de esta altura más o menos.

Chasqueé los dedos, por fin recordando a quién se refería. 一Ese es Seungmin, me parece一caigo en silencio poco después, preguntándome por qué habrá tomado interés en el chico calladito y tímido.

一Creo que él me dijo su nombre pero no se lo entendí一empieza a recoger sus pertenencias, pareciendo que se iría一. Por cierto, ¿dónde están tus padres?

一Ellos...一¿le digo la verdad o le miento?一Trabajan en la ciudad.

一Oh, ya veo. En fin, gracias por dejarme entrar. Espero saber tu respuesta cuanto antes一se despide y se va, cerrando la puerta detrás de sí.

Y así es como desayuné pan con mermelada de fresa.

Ah, y también no dejé de pensar en la carta que me dio.

Tal y como ella aseguró, la carta era una invitación a ser parte de la sociedad de la iglesia. No habían muchos detalles, solo decía cosas básicas como las tareas que tendría y un estimado de cuántas veces a la semana necesitaría mi ayuda...

Tengo dos opciones:

Uno, considerando que me la paso todo el día en casa y realmente no hago mucho por mi vida 一ya que mi ingresión a la universidad sería en unos nueves meses一 podría al menos intentar hacer algo productivo allá en esa capilla, asistiendo a la...extraña señorita.

O dos, que me valga verga.

Tras esta detallada reflexión, decidí que optaría la segunda opción.

Aunque, si algo le ha enseñado la vida, es que soy un indeciso.

Y así es como estoy, a las ocho de la noche en frente de la capilla, con un frío que carcomía hasta mis huesos a pesar del abrigo que estaba usando. Oh, la euforia de vivir. Anoche era un calor que sentía que se me iba a caer la piel y ahora son los huesos los que no siento.

Toqué un par de veces más a la puerta, esperando a una señal de vida, pero nada.

Ojeé una vez más la carta y la arrugué. Incluso la tiré al piso y preferí meter mis manos en los bolsillos de mi abrigo. Mientras me dirigía devuelta a casa, me di el gusto de disfrutar del cielo estrellado, sin presencias de nubes en él. Al menos hacía una linda noche...

Detrás mío, un poco a lo lejos, el sonido de las puertas abrirse captan mi atención. Era la sacerdotisa, Alaska. Seguía usando las mismas ropas de esta mañana con una chaqueta negra encima.

Lo normal sería llamar su atención, comunicarle mi decisión final sobre la invitación 一en mi caso一 pero preferí simplemente...observar.

Alaska miró alrededor suyo, de un lado al otro como si inspeccionara lo que la rodeara.

Y se adentra al bosque.

¿Está demente? ¿Cómo se le ocurre meterse ahí como si fuera un paseo en el parque en el día? 

¿Está demente? ¿Cómo se le ocurre meterse ahí como si fuera un paseo en el parque en el día? 

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𝐑𝐄𝐍𝐀𝐒𝐂𝐄𝐍𝐓 𝐅𝐄𝐀𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora