❛O13. magnolia

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advertencias: escenas r16

Puede que las historias que le contaron a Felix sobre la existencia de sirenas no sea del todo falsas

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Puede que las historias que le contaron a Felix sobre la existencia de sirenas no sea del todo falsas. Y más convencido de ello estoy cuando veo la cola de pez en la mitad inferior de aquél muchacho que se descubre del agua.

Alaska se pone de cuclillas delante del chico mitad pez y se abrazan por un largo rato. El sireno parece estar llorando en el hombro de Alaska, quien se dedica a hundir sus dedos en el cabello de este, calmándolo.

Se separan y él es el primero en hablar一: ¿Ya lo encontraste?

No puedo ver la expresión en la cara de Al, pues se ha limitado a negar con la cabeza. Podía sentir su decepción desde aquí.

一A este paso se te hará más difícil revertir lo que hizo Rigel一Al le comenta, ahora sentándose por completo en la arena一. Te lo dije o no.

一Esto me pasa por enamorarme tan fácil. Prométeme que no te olvidarás de mí y me ayudarás a ser humano de nuevo.

一Cómo me voy a olvidar de ti. Incluso regresé después de tanto.

Estoy tan metido en la conversación que ni me he dado tiempo a asimilar lo que estoy escuchando. ¿Quién es Rigel, por qué hay que revertir lo que hizo y quién es él? No, lo que más me debería preocupar es:

Un maldito sireno existente está frente a mis ojos.

¿Debería decirle de esto a alguien?

Ahora que veo esto, siento que las teorías de Seungmin y Felix no son tan descabelladas como lo creí al principio. Ni siquiera poseo una cámara para tomar esto de evidencia.

Para cuando salí de este torbellino de pensamientos y reflexión, Alaska ya estaba caminando hacia acá. Mis piernas temblaron por unos microsegundos antes de responder del todo y echar a correr en dirección a la casa de Felix.

Grande fue mi suerte el haber llegado a casa antes que ella. Y llegué fue justo a tiempo. Corrí a la cocina e hice como que estaba buscando un vaso de agua cuando Alaska abre la puerta principal con cautela.

一Oh, Chan一es lo único que musita al ver las luces encendidas y yo al estar a la mitad de servirme el dichoso vaso de agua一¿Qué haces despierto?

一Mm, nada. Solo me desperté con sed a la mitad de la noche一tomé un sorbo del vaso y casi trago mal.

Alaska se quita sus zapatos y los lleva en la mano. Luego su mirada se posa en la mía, fija por varios segundos y poco a poco va bajando hasta mis pies. 一¿Duermes con zapatillas puestas?

Se me heló la sangre. Mierda, se me olvidó quitarme los zapatos también.

一¿Vas a salir a algún lado?一ella se me acerca, pero demasiado. Estamos a unos miserables centímetros de distancia, su pecho casi tocando el mío.

Ahg, cómo detesto que me quede observando así. Cómo hace para jugar con mis nervios.

Hago un gesto de incomodidad y decido que es mejor apartar el contacto visual e ignorar su pregunta. A paso apresurado, ya estoy por el pasillo y creí haberme salvado de ser cuestionado más por ella.

Estaba tan centrado en esconder su diario que ni cerré la puerta. Lo dejé debajo de una pila de ropa al que me prometí guardar en la mañana.

Nada más darme la vuelta, me sobresalto cuando veo que Alaska ha entrado a mi habitación e incluso estuve al borde de gritar.

一¿De quién fue la idea?一me está mirando juzgante, haciéndome caminar hacia atrás y ni sé hacia dónde mirar.

一Seungmin一antes de darme cuenta de que le revelé esa información sin darle tantas vueltas, me sentí mal y me mordí el labio. Maldición, Chan. Eres más alto y fuerte que ella, échala de aquí.

一¿Y quién va a recibir el reproche?一en el preciso momento que ella dice, la parte de atrás de mis piernas dan contra el borde de la cama y termino sentado sobre este.

一¿Por qué tantos secretos, eh Alaska? ¿A caso estás huyendo de algo?

Al pone sus manos en su cintura y se endereza. 一Primero, estoy tratando de salvar a tantos individuos. Y segundo一estoy en perplejo cuando se sienta sobre mis piernas y empuja mi torso hacia las sábanas一. Deberías respetar que no quiera revelar datos sobre mí. Seungmin y tú hacen mal en intentar descubrirme.

Estoy sin palabras, mi mente se ha puesto en blanco e incluso me siento hipnotizado por sus ojos.

一Te puedo dar todas las respuestas que estás tan desesperadamente encontrar一se inclina hacia adelante, sus labios rozando la comisura de los míos一. Pero hay dos condiciones.

Por reflejo inconsciente, mi ojo derecho se cierra al sentir las heladas manos de la sacerdotisa deslizarse bajo mi camisa, haciendo su camino hacia mi pecho. 一¿Me tengo que dejar seducir o qué?

一Te gusta pasarte de listo. Eso es un error que a ti en especial te conduce a la miseria一sonríe de lado y cierra sus ojos一. En esta y otras vidas.

Cierra el minúsculo espacio que hacía falta para besarnos. El roce inicial es efímero y delicado, probando. Al separarnos, los dos estamos de acuerdo con que no fue suficiente. Lo sé, porque al pasar microsegndos, estamos uniendo nuestros labios de nuevo, esta vez por más tiempo.

Alaska retiró sus labios de los míos una vez más, y pensé que podría tener la oportunidad de recuperarme y respirar.

Por segunda vez hoy, estuve equivocado. Un jadeo imprevisto salió de mi al sentir su boca en mi cuello succionó con dureza, con los labios apretados y los dientes raspando la piel sensible y tersa debajo de la mandíbula y bajando por la columna de mi cuello, el cual seguro se está sonrojando.

Estaba cegado por el placer, que a penas pude registrar que sus manos ahora estaban bajando la cremallera del abrigo.

一Ya no le puedes decir a nadie sobre lo que te voy a revelar一sentencia一¿Estás seguro que quieres continuar?

一Sí, sí, por favor. Sigue一a duras penas estoy prestándole caso a las palabras que salen de mí, estoy concentrando en la forma que mueve sus caderas sobre las mías, causando una placentera fricción entre los dos. Desde que nos dejamos de besar, no he podido dejar mi labio inferior en paz, me lo he estado mordisqueando repetidas veces.

Me siento ahora, acercándola más a mí. La abrazo mientras volvimos a unir nuestros labios. A estas alturas, ya ni sabía bien lo que estaba haciendo.

一Entonces espero que no le tengas miedo a los demonios一susurra y coge mi labio entre sus dientes, jalando un poco y lo vuelve a soltar.

Alaska se termina de quitar su vestido, lanzándolo en alguna parte del piso.

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𝐑𝐄𝐍𝐀𝐒𝐂𝐄𝐍𝐓 𝐅𝐄𝐀𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora