❛O14. apricot drift

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Me siento tan extraño y la sensación pegajosa del sudor no lo mejora en absoluto. Alaska y yo estamos jadeando, tratando de recobrar la respiración, incluso segundos después de haber llegado al final tan deseado. Ella suspira una vez más y una sonrisa débil se asoma mientras pasa sus dedos a lo largo de mi frente para apartar los mechones de cabello.

Ella se retira de encima mío y se acuesta a mi lado. Por fin siento que puedo respirar bien y dejo que mi espalda toque las sábanas desordenadas, por más asqueado me siento conmigo mismo por lo pegajoso y el calor. Se siente incómodo.

一Toma, te lo ganaste一Alaska pone su diario encima de mi pecho, casi golpeándome. Sin inmutarme a observar su expresión, que seguro es uno de burla, lo tomé y agarré firme en mi mano. Más vale que no sea algún truco.

一Pensé que los del sacerdocio no deberían tener relaciones sexuales一murmuré, sin pensarlo mucho. Estoy cansado.

一Es una mentira, Chan一su cuerpo se mueve, ahora lo siento más cerca一. Pensé que te darías cuenta temprano.

一¿Qué cosa?

一No soy una sacerdotisa. Solo logré infiltrarme para poder usarlo de excusa por los rituales que hago.

Esto causa una reacción instantánea en mí: alejarme. Le miré, incrédulo. Cuántos secretos esconde. 一Demando que me digas toda la verdad ahora mismo.

一Muy pronto para eso一se ríe一. Tal vez si te portas bien, te digo algo más.

No me causó gracia.

Su sonrisa se borra al instante. 一Ya con el diario sabrás bastante一y se da la vuelta para dormir, finalizando forzosamente la discusión.

 一Ya con el diario sabrás bastante一y se da la vuelta para dormir, finalizando forzosamente la discusión

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No pude dormir por miedo a que los demás me vean salir del cuarto de Alaska. Ella me insistió en que me quedara ahí y yo de estúpido accedí. Ya cuando vi el sol se estaba asomando, con la mayor cautela, me deslicé del apretado abrazo de la rubia.

Simplemente agarré la ropa que dejé tirada en el piso en medio del acto y me puse los pantalones. Abrí la puerta, con cuidado y antes de salir me aseguré de que el pasillo estuviera despejado.

Voy directo al baño para ducharme.

一Chan.

Me paralicé al oir la voz de Felix. No tuve las fuerzas para darme la vuelta y enfrentarlo, simplemente corrí hacia el baño y me escondí ahí.

Hubo un rato de silencio y Felix empezó a caminar de nuevo, sus pasos haciéndose menos audibles y el sonido de la puerta de su habitación me indica que se fue.

Estiré mis brazos y relajé mis hombros luego de eso. Me duele la espalda. Alaska se tiene que cortar las uñas, maldita.

Me revisé la piel de dicho lugar adolorido. Efectívamente, ahora las marcas de sus uñas están menos visibles, pero siguen ahí. En el momento no me importaba, porque estaba cegado por el placer y...

𝐑𝐄𝐍𝐀𝐒𝐂𝐄𝐍𝐓 𝐅𝐄𝐀𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora