Mi exiliado (OMEGAVERSE)

Capitulo IV

Capitulo cuatro

Narrador

Habían pasado las semanas, y el pobre chico seguía vagando por el bosque sin nadie con quien hablar, sólo en el frío de las noches y más en el calor del día. Camino hasta llegar aún riachuelo en donde pudo limpiar su cara ya algo sucia, pues había matando a un jabalí cuando luna le ordenó llenarse de sangre y dejar un gran cantidad de la misma, pero sin un cuerpo, tal vez había sido un error no esperar a travis o Julian, pero aquella mujer le había dicho que debía protegerlos de un enemigo que aún no podría ver.

Midoricawa: como te extraño hermano - hablo revisando su mochila para ver si tenía algo para comer, y en ese momento vio el bote de pastillas azules, las cuales tenían una gran etiqueta con la palabra supresores prohíban su venta" - que será esto - pregunto para ver si tenía alguna advertencia, pero no tenía. Tomo un poco de agua y sin duda tomo una, eran las órdenes de luna, claro que ella dijo que no lo volvería a ver. - las pastillas neutralizan el  aroma junto con la sangre  - se levantó con la intención de irse.

Cuando de repente todo el paisaje cambio, y el se encontraba en una sala en donde se podía ver al sujeto de aquella vez vistiendo un gran esmoquin de color negro, se veía feliz lleno de vida y de amor.

Hiroto: no puedo creer que después de cuatrocientos años me casaré - el pequeño sentía su corazón oprimirse cuando el dijo aquello. - no entiendo porque tarda tanto goenji, el solamente fue haber si sus esposo están listos - al girarse pudo ver que el no se encuentraba sólo.

¿?: debe de estar por llegar no te preocupes amigo - hablo dándole una palmada en la espalda, se notaba por su pálida piel que era un vampiro Alfa. La puerta se abrió dando paso a un beta de piel morena, cabellos color crema, y ojos negros, a su lado un rostro que a pesar de que los años han pasado no he olvidado, era uno de mis hermanos Shirou.

Goenji: Alfa de verdad lo siento - se podía ver su semblante triste y a la vez enojado cuando le entregó aquella carta.

Hiroto: esto no...puede ser - sus ojos se tornaron negros, el amor que alguna vez mostraron se desvaneció como si jamas lo hubiera sentido - busquen la por las afueras del bosque ustedes saben cual es el castigo de los que se roban a una pareja marcada, iremos todos y traigan al nuevo miembro de la manada es más rápido - todos salieron detrás de él dejando el salón sólo, y en el suelo aquella nota se había caído.

Querído hiroto.

Te amo, de eso no hay duda alguna, pero he descubierto que no puedo negarme al estar con la pareja que el destino a puesto a mi lado. Se que te sentirás traicionado cuando sepas que abandone la manada junto con el, no tienes idea de cuánto lo dude, incluso me dolía ser besada por ti, mientras en silencio  ansiaba las caricias de otro que no eras tú.

Lo entenderás cuando encuentres a tu destinado, esperaste cuatrocientos años, esperar un poco más no te matara.

Att: Maria white

Narrador midoricawa

El paisaje cambio ahora estaba en la sala de un hospital, en donde pude ver a dos personas que yo deseaba ver y por lo visto travis estaba trabajando de nuevo en su campo de laboratorista y a su lado estaba una mujer de cabellos negros, ojos negros, piel tostada y un semblante igual de serio que el Alfa que tenía alfrente.

Hotomiko: hermano lo siento mucho, debíamos sospechar que algo andaba mal cuando ella pidió a trazar la presentación como luna de el convenio de la manada luna roja - grito furiosa asustando a travis y luego se calmó. - será mejor encender la alarma para que todos estén alertas - se despojo de su bata, mostrando el esmoquin negro que usaba.

Endo: Alfa aún no han cruzado los límites de la manada, se fugo con un licántropo un beta, al parecer no pertenece a ninguna manada, pero tiene un olor extraño - al decir eso aquellos dos hermanos tenían sus ojos negros y salieron de aquel lugar seguido por unas jaurías.

Travis: hotomiko ten cuidado - pude verlo sonrojarse y se quedó al lado de Shirou, y el otro no a cambiado para nada Atsuya.

Shirou: no entiendo, Maria estaba hace una semanas feliz por ser la pareja oficial de hiroto porque le jugaría tan bajo al hombre que dejaste que te marcará - reclamo alterado y travis simplemente lo miro.

Travis: en mi caso yo me enamoré de un beta cuya pareja destinada había muerto, y la mía apareció hace unas semanas, la verdad hotomiko la tiene difícil jamas olvidaré a mi James - los dos hermanos lo miraron perplejos. - pero por lo visto cuando encuentras a tu pareja destinada todo cambia, porque por lo visto tenemos más en común que una pareja que no están hechos para estar juntos, y si no se encarga una persona de alejarlos, los alejara el tiempo.

Atsuya: es una lástima, Maria era una beta muy bella.

De la nada me encontraba en el bosque, podía ver a una chica con un lindo vestido de novia manchado de barro, y corría junto a un beta, los dos se transformaron pero al parecer ya era tarde, una jauría se había puesto al frente de ellos dos, y en la delantera salió un gran lobo, mas grande que los demás, era de color negro unos ojos negros y gruñía al lobo de color marrón.

Maria: lo siento hiroto, pero dejamos ir por favor - aquella loba de color dorado se había transformado quedando desnuda ante la vista de todos.

¿?: según el convenio de la manada de la luna roja es ilegal llevarse a una persona marcada y por ello la pena es la muerte - respondió un vampiro de piel blanca, cabellos negros con una franja blanca y unos ojos verdes. Sin decir más el se acercó al beta y lo lanzó a un lobo de color oscuro casi violeta, el cual supe rápidamente que era Julian, el mordió su cuello, el pobre lobo no podía dejar de chillar, mi asombro era muy grande, más aún cuando la mujer quiso acercarse y una mano le atravesó el pecho sacándole un grito desgarrador.

Hotomiko: es lo que te mereces por deshonrar la ley que tu misma creaste - exclamó furiosa, al parecer el lobo negro era ella, y detrás de ella un lobo más grande de color negro brillante, unos ojos de color jade, pero se tornaban negros y  fríos, el amor que sentía por aquella mujer se había ido, y todo era remplazado por odio, rencor y dolor, podía sentir que esto no terminaría bien.

Hiroto: sepulten los - hablo volviendo hacer humano, y miro por última vez el cuerpo, y salió corriendo transformándose de nuevo en un lobo de imponente imagen. Voltearon todos para ver con pena al pobre hombre que habían engañando.

Sin más todo volvió a la normalidad, me contaba en el mismo  riachuelo al parecer no había pasado ni un minuto, de nuevo había visto lo que pasaría en un futuro, y por lo que se ya nada puede cambiar lo escrito, aquella mujer llamada Maria engaña a un Alfa de rango superior y terminará muerta por las mismas leyes que ella apoyaba. Tome mis cosas y sin más retome mi camino, creo que será mejor hacer lo que luna me dijo, y buscar un lugar en donde pueda entrenar para poder entrenar y conocer todos mis poderes, yo lo voy a lograr.

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