[Harry]
-Harry, ¡¿Ya estás listo?!- Gritó Draco desde el baño- Ya casi es la hora-
Draco apareció en el marco de la puerta con un semblante sensual, vigoroso, tenia puesto un traje negro, unos mocasines de terciopelo del mismo color, una corbata verde jade destacaba del outfit.-Eres sumamente seductor Draco- afirme con una sonrisa pícara
Draco sonrió por lo bajo y camino hacia su tocador., observó su cabello debidamente peinado, su piel pálida se reflejaba en aquel espejo.
-No me convence del todo- dijo
-Draco, si no estás seguro de que yo asista, aún estás a tiempo para decírmelo, lo entenderé a la perfección, es un tema muy complicado y que a ti te afecta,
No quiero obligarte a nada, sabes muy bien que esperare paciente al momento indicado, Mientras no ocultemos el amor de nosotros mismos, jamás tendremos prisa.--Harry, idiota, me refiero a la corbata, no me gusta como se ve- sus manos se dirigieron a su cuello, desató el nudo de su corbata y esta se deslizó con gracia entre sus manos, abrió un cajón y la dejó ahí, saco del mismo esa cajita de madera negruzca, saco ese primer regalo que le di en persona, lo acomodo al rededor del cuello de su camisa y sonrió dándome fuerzas, dándonos fuerzas...- Así esta mejor ¿que te parece?- Me preguntó
Siendo más que obvio que a mí me encantaba.
-Eres sumamente guapo, jodido Draco- dije mientras mis ojos lo comía centímetro a centímetroEn los más profundo de mi, moría de temor, ¿confrontaría nuestro amor todo?, ¿a sus padres?, ¿a su clase?, no eran preguntas sencillas, no eran momentos sencillos, mucho menos sentimientos sencillos.
Draco camino por la habitación, pensante, sus pasos no eran arrogantes, eran cautelosos, eran lentos y meditados.
-Ocupamos un plan b- Dijo mientras se sentaba al borde de la cama. - Temo por lo que mi padre pueda hacernos Harry-.
Entendía, entendía perfectamente su miedo, era igual al mío, era ese miedo que es mayor al miedo a la muerte, es ese sentimiento, donde tú alma grita, a mi, pero a él no., tratábamos de protegernos uno al otro más que a nosotros mismos.
Había ciertamente muchos lugares donde podíamos escondernos, o simplemente quedarnos un tiempo.
Ciertamente ni Draco, ni yo, sabíamos cómo reaccionaría Lucius ante el hecho que su hijo no estaría con nadie más que yo, ¿nos perseguiría?, obviamente me haría daño a mi, pero ¿a su unigénito?.
Había una esperanza, que corría en ambos, una mínima esperanza a la que deseábamos aferrarnos con todo el alma, esa esperanza lejana como el cielo, que lo aceptara. Realmente ambos veíamos esto difícil, imposible, pero todos, absolutamente todos, deseábamos paz, tranquilidad, reconectar con los nuestros, ese podía ser el motivo que llevará nuestra relación a la aceptación de la Familia.-Arriesgarnos Harry- dijo Draco- Está noche no dejaremos de brillar-
La noche brilla con la Luna, al día lo ilumina el sol, éramos luna, éramos sol, éramos uno.
Ese era nuestro plan b, igual al plan original y a todo lo que pudiéramos idear, arriesgarnos a estar juntos, a amarnos, a pelear por lo nuestro, ese era el único plan que tendríamos siempre, arriesgarnos.
Sonreí.
-Arriesgarnos para toda la vida, Draco- dije mientras extendía mi mano para que la tomase.
Draco se levantó de la cama, lentamente se incorporó tomó mi mano.
-Arriesgar la vida- susurró mientras su varita agitó.